GARBO, ‘gracia, gentileza natural’, del it. garbo ‘plantilla, modelo’, ‘forma’, ‘gracia’, de origen incierto, probablemente del ár. qâlib ‘molde, modelo’.

1.ª doc.: 1575, Argote de Molina.

En castellano es palabra muy tardía. Todavía C. de las Casas (1570) y aun Minsheu (1617) no la admiten como tal: el primero traduce el it. garbo por «forma o talle» y por «gracia», el segundo por «elegancia, postura», y se abstienen de recogerlo en la parte castellana de sus dicc.; es ajeno a Covarr. y a Oudin, y no forma parte del léxico del Quijote ni de Góngora1. Aparece luego en Pantaleón de Ribera, h. 1625, con el sentido de ‘gracia natural’, que tiene también en Argote, y desde entonces se hace ya más corriente, vid. Aut. No sólo por razones cronológicas―en italiano es frecuente por lo menos desde el S. V―, sino también por la mayor amplitud semántica y la mayor vitalidad que demuestra el vocablo italiano, más rico en derivados (garbare ‘gustar’, garbeggiare, un uomo garbato, garbatezza, etc.), salta a la vista que garbo es uno de tantos italianismos introducidos a fines del S. XVI, y que durante mucho tiempo fueron todavía rechazados por los mejores escritores de la época. Llegan a la misma conclusión M-L. y Terlingen, 352-32. Lo mismo cabe decir del port. garbo [1547: Moraes] y del cat. garbo.

Entrar a fondo en el problema del origen del it. garbo saldría del marco de este diccionario. Sin embargo, señalaré algunos aspectos importantes. Desde Diez se le viene relacionando con el alem. gerben y su familia, que significa ‘aderezar, preparar’ y luego ‘curtir’; la comparación con el a. alem. ant. garawen (< garwjan), b. alem. ant. garuwian, ags. gearwian ‘preparar’, escand. ant. gØr(v)a ‘hacer’, permitiría en rigor suponer un gót. *GARWJAN, de donde se ha derivado el verbo it. garbare (el longobardo conviene menos, pues entonces esperaríamos por lo menos variantes dialectales con c-): así lo hace M-L. (REW 3695), pero esto no puede aceptarse por el sentido ni por la terminación (se esperaría *garbire). De ahí que Gamillscheg prefiera postular un gót. *GARWS ‘adorno’, *GARWÎS ‘adornado’3, emparentados con el a. alem. ant. garawi (o garawi, n.) ‘preparación’, ‘adorno’, ‘hábito eclesiástico’ (comp. wibgarawi «mundum muliebre»), b. alem. ant. garewi ‘preparación’, ags. gearve ‘vestido, adorno’4. No quiero negar la posibilidad de que de ‘adorno en el vestido’ se pasara a ‘gracia natural’, aunque no me parece ello muy conforme al sentido romance de la gracia. Pero ¿qué hacemos entonces de las otras acs. del it. garbo?: ‘forma’, muy frecuente desde comienzos del S. XVI por lo menos (Vasari, Soderini, Caro), y ‘plantilla o modelo’ especialmente aquel a que debe ajustarse la construcción de una nave o sus partes, de un arco, etc., que ya figura en los más antiguos técnicos en construcción naval y en arquitectura.

Con mucha razón ha visto la Crusca en sus ediciones recientes que estas acs. más concretas debían ser las primitivas. Una vez más, en el mundo mediterráneo, el buen gusto se ha visto en la adaptación a una forma, oponiéndola a lo informe o deforme: recuérdese la historia del lat. forma ‘hermosura’ y de los gr. μορưƲεις ‘hermoso’ y ıμορưος ‘feo’. ¿Es posible separar el it. garbo del prov. y langued. gàubi, gàlbi, -be, «aisance naturelle, dextérité, adresse, gentillesse, grâce, maintien, tournure, façon, forme, rhythme»? Claro está que no, y hay que aplaudir a Gamillscheg por no haberlo hecho5. Pero ¿cómo se explica entonces, con el étimo germánico, la l (> Ȯ) y la -i?6. Bastaría con estas formas para rechazar la etimología gótica.

Pero ¿no salta a la vista, también, que el it. garbo es inseparable del calabr. gálapu, gálipu, «garbo, destrezza, maestria», y del and. desgavilado ‘desvaído, desairado’ (< desgalibado), desgavilo ‘falta de gracia’? Ahora bien, junto al it. garbo ‘plantilla para naves’ se emplearon en el mismo sentido galibo y garibo en el genovés medieval (hoy gaibo), gallipo en el napolitano antiguo (Diz. Mar.), y todavía se emplean el cast. gálibo y el cat. gàlip; junto al calabr. gálapu está en bajo latín el calapus navis, siempre en el mismo sentido náutico; los cuales nadie se atreverá a mantener aparte del gr. καλάπους ‘horma de zapato’ y de su descendiente el ár. qâlib ‘molde, modelo’. Con este étimo se explica perfectamente el paso de gàlip a langued. gàlbi, prov. gàubi, trasposición debida a la eliminación en occitano moderno de los esdrújulos y paroxítonos en consonante con i postónica interna. Y si garbo ha tomado en Italia un sentido abstracto, lo mismo ha ocurrido con este otro vocablo técnico: testigos el port. alent, calibre ‘predisposición’ y el vasco kalipu ‘energía, valor’. Véase para todo esto mi artículo CALIBRE. No sé si esta sugestión etimológica es enteramente nueva, y quiero reconocer, por el contrario, que a ella me ha ayudado Tommaseo al poner en relación garbo con el caribo dantesco.

Verdad es que el sentido de este vocablo es discutidísimo. Recuérdese el pasaje del Purgatorio (XXXI, 132), en que las tres virtudes interceden en favor de Dante cerca de su amada: «sè dimostrando di più alto tribo / nelli atti, l’altre tre si fero avanti, / danzando al loro angelico carìbo: / ―Volgi, Beatrice, volgi li occhi santi...» Desde luego predomina entre ciertos comentadores modernos la idea de que se trata de una ‘canción de danza’, pero el más antiguo de los escoliastas que trataron del vocablo, Francesco da Buti, nacido tres años después de la muerte del poeta, nos da la lección garìbo, dice que es variante de garbo y explica «cioè, al loro angélico modo»; es decir, toma ahí gar(i)bo en el sentido antiguo de ‘manera, forma’. Ahora bien, suele olvidarse que otro testigo auténtico e irrefutable del pensamiento de Dante, su gran discípulo Boccaccio, nos dió prácticamente el mejor comentario empleando él mismo el vocablo en este sentido, cuando habla de la Eucaristía en el Ameto: «così nel sagrificio [= ‘la misa’] è da tenere / in Cerere e in Bacco7 il divin cibo [‘el cuerpo de Cristo’] / s’asconda a noi per debole vedere: / sol ch’operato sia degno caribo / a così alti effetti e che colui / ch’opera questo sia di degno tribo» (ed. de Bari 1940, p. 139, en la poesía «O voi ch’avete chiari gl’intelletti»): aun las tres rimas cibo, tribo, caribo, idénticas a las del pasaje dantesco, nos muestran clara la alusión o la reminiscencia.

El sentido es ‘con tal de que se haga en forma digna de tan altos efectos, y que el que lo hace pertenezca al estado eclesiástico’. En realidad, no creo que haya contradicción de fondo entre esta interpretación y la que predomina hoy entre los dantistas. Es indudable que poetas anteriores a Dante8 emplean caribo con referencia al canto, en el sentido de ‘ritmo determinado a que se conformaba el canto o la danza’, y es casi imposible separar el it. caribo del oc. ant. garip ‘género musical’ y del cast. ant. galipe (J. Ruiz, 1230b): el mismo sentido puede admitirse en el Purgatorio, pero no hay duda que esta ac. ‘ritmo determinado’ no es más que una aplicación especial del sentido general de ‘forma, manera’, ‘modelo’9. Ahora bien, entre los descendientes romances bien conocidos del ár. qâlib hay otros con -r- intervocálica, como ya debía esperarse cuando de arabismo se trata10 (port. carimbo ‘sello para marcar papeles’, hispano-americano carimbo ‘hierro para marcar esclavos o animales’, comp. it. garbo «bollo», «marca del lanaiuolo», Tommaseo, n.° 17), y hay muchísimos que tienen el acento en la i de la sílaba penúltima (ast. galípu, etc.), como caríbo, por influjo del verbo galibar (presente galíba). Por lo demás, en Italia lo más probable es que la forma garibo o garbo sea de procedencia genovesa, lo cual por sí solo ya explica la r11.

No sé si se podría relacionar con el it. garbo ‘modelo, forma’ (suponiéndole la ac. ‘molde’) el tipo GARB- ‘molde de quesos’, que del francoprovenzal pasó al alemán de Suiza y que Jud supone prerromano (VRom. VIII, 58-60).

DERIV.

Garboso [1702, Cienfuegos]. Garbear ‘afectar garbo’ [Aut.]. Agarbado sería ‘garboso’ en Rey de Artieda [1604], según el DHist., pero el contexto no es claro, quizá armadura bien agarbada sea más bien ahí ‘bien formada’12. Desgarbado [Acad. 1884, no 1817], y por cruce con el desgabilado citado arriba: and. desgarbilado (Acad.).

1 Percivale recoge las acs. «the bulke of anything, the forme, the fashion, the countenance, or behaviour», es decir, le da las acs. del vocablo italiano, que por lo demás no se usan en castellano. El autor de la Pícara Justina (1605) lo emplea dos veces en el sentido de ‘adorno mujeril a modo de collar’, que parece ser la misma palabra que gargo en la Silva de Álvarez (V. el glosario de Puyol), quizá palabra diferente de la nuestra, o a lo sumo sentido secundario.―

2 Gamillscheg, R. G. I, 370, vacila, y en RFE XIX, 149, parece admitir que el cast. garbo es autóctono, quizá sencillamente porque esto apoyaría su tesis de un origen gótico. O quizá, más bien, impresionado por el «cast. ant. garbar ‘sich zieren’». Pero esta palabra no existe. Él la saca de Diez (Wb., 156), que por lo demás no califica de antiguo este supuesto vocablo, que falta en los diccionarios, y resulta de una confusión de Diez entre garbear «afectar garbo o bizarría en lo que se hace o se dice» y el otro garbear aragonés «formar las garbas», junto al cual (pero no junto al otro) existe una variante garbar.―

3 Nótese la vaguedad de esta doble base, que parece destinada a rehuir objeciones de forma. En el EWFS, s. v. galbe, suponía un gót. *GARWI, que no satisfaría a la -o del italiano.―

4 Lo cual ya es algo más arriesgado si falta el apoyo del escandinavo. Pero no doy importancia a esta objeción.―

5 No tanto por haber citado en primer lugar una forma oc. gàrbi o gàrbe, que Mistral da como marsellesa y que es evidentemente minoritaria: no se citan ejs. de ella en el Tresor dóu Felibrige. En primer lugar, nótese que el cambio de l implosiva en r, que es general en las hablas alpinas, presenta ejs. generales a toda Provenza, como armanà, carculà, etc., es decir, en palabras tardías como debió serlo gàlbi, puesto que es ajeno a la lengua de Oc medieval.―

6 Claro que un oc. mod. gàlbi no puede explicarse por la -I de un gót. *GARWIS. ¡OC. -i representa lat. -IUM y no -is!―

7 Es decir, en las divinas especies del pan y el vino.―

8 El siciliano Giacomo Pugliese (V. el comentaio de Vandelli) y Jacopone da Todi (cita en W. W. Vernon, Readings on the Purgatorio II, 561).―

9 No hay necesidad de refutar detenidamente la etimología ár. Ɋab ‘flauta’ de Ascoli (AGI XIV, 348-51), que según ya reconoce el autor tropieza, entre otros muchos, con el hecho de que el rotacismo occitano, fenómeno excepcional, sólo se produce con la s sonora.―

10 Véanse los numerosos ejemplos de este fenómeno, propio de los arabismos, que reuní en BDC XXIV, 76.―

11 Spitzer (Lingua Nostra, XV, 1954, 65-66) trata últimamente de explicarse la relación semántica entre el it. ant. caribo y el oc. ant. garip (sobre los cuales ha escrito también Jeanroy, Studies Pope 1939, 209 ss., y comp. M. P., Poes. Jugl. 72), y además recordando el cat. esgarip, se adhiere a la etimología arábiga que para éste propuso J. M. Solà i Solé (Estudis Romànics II, 109-11) y sugiere considerar el vocablo arábigo en cuestión como fuente de la palabra dantesca y trovadoresca. No me parece fundado aquello ni probable esto. El ár. ġarîb es sólo adjetivo, con el sentido de ‘extranjero, extraño, extraordinario, bárbaro’ (derivado del muy conocido ġarb ‘lugar remoto’), vid. Dozy, Suppl. II, 205, y Lane, y se aplica a cualquier cosa (al lenguaje entre otras muchas; Solà no reproduce las definiciones bien exactamente). El cat. esgarip es ante todo ‘chillido de mujer’ (así en todos los ejs. citados por Alcover), aunque también puede extenderse al grito estridente de las aves de presa nocturnas, pero nunca al canto de los pájaros (no hay, pues, la relación que Spitzer sospecha, por una parte con les oiseaux chantaient en leur jargon, y por la otra con el supuesto significado ‘canción’ del oc. ant. e it. ant.). El cat. ant. garip no consta exactamente lo que significa, pero una lectura atenta de los textos muestra desde luego que no son concebibles ni el sentido de ‘caricia’ propuesto en Ag. ni menos aún los de ‘ave que sirve de señuelo’ y ‘silbido, chillido’ que sospecha Solà. Así el ej. de Eiximenis citado por Ag. (desfigurado en Alcover por las erratas), como los de Jaume Roig y Eiximenis que Alcover cita para garip y garipós, muestran que se trata de algo propio de mujeres galantes, de malas costumbres o sencillamente extravagantes (esto último es lo que demuestra todo el pasaje de Roig; el acoplamiento sinonímico que hace Eiximenis con cimbells, es naturalmente en el sentido, frecuentísimo en el uso medieval de esta palabra, ‘atractivo femenil, coqueteo’, vid. Alcover, s. v.); parece significar aproximadamente lo mismo que cimbell, algo como ‘coquetería, maneras o melindres incitantes’; por otra parte hoy en Ibiza y en otro texto vulgar citado por Ag. fer garips significa ‘hacer juegos que atraen a los niños’. Ambas acs. cuadran perfectamente con el sentido fundamental que he admitido ‘manera, forma’, de donde ‘maneras artificiosas para atraer (a hombres o a niños)’; de garip ‘melindre mujeril’ deriva naturalmente esgaripar y de ahí esgarip ‘lanzar chillidos una mujer’, ‘chillido femenino’. No quiero descartar del todo la posibilidad de que el garip de Jaume Roig, si valiera por ‘extravagancia de mujer caprichosa’, pueda venir del ár. ġarîb ‘extraño’, en cuyo caso deberíamos separar del todo el cat. (es)garip del it. caribo y oc. garip, lo cual al fin y al cabo es perfectamente concebible, pero me parece más probable admitir que la voz catalana va con sus análogas romances y sólo por casualidad coincide algo con el ár. ġarîb, que es sólo adjetivo. En todo caso debo objetar a Spitzer que nada en los textos que él cita (ni en los que yo agrego) prueba que caribo ni el oc. garip signifiquen ‘descort’ o ‘composición inarmónica’; por el contrario, el ejemplo boccaccesco es incompatible con esta interpretación y demuestra perentoriamente que la aparición aislada del vocablo en un discordo es una mera coincidencia.―

12 Agarbarse en la Pícara Justina ‘esconderse y ocultarse de repente (una liebre)’, no tiene que ver con garbo, y aun menos puede venir de AGGRAVARE (como quiere GdDD, 270); es cruce de agacharse con encorvarse. Quizá tenga que ver el trasm. engarbonar-se «assear-se, vertir-se com a melhor farpella, ainda que depois se fique sem garbo nenhum» (RL V, 46), pero creo más bien en un derivado de garba ‘gavilla’ como los que cita el REW, 3682. El mismo origen buscaría yo al cat. agarbonar, cat. ribagorzano garbar-se «abraonar-se, lluitar cos a cos» (Congr. de la Ll. Cat., 229), Venasque garví ‘reñir’, por la idea de agarrotar como se ata una gavilla.