GALAVARDO, antic., ‘el hombre grande, desvaído, que hace más de costa que tiene de provecho’, origen incierto.
Aut. recogió el vocablo sin otro ej., rectificando ligeramente la definición («desvaído y dexado, inútil para el trabajo»); Acad. ya en 1817 advierte que está anticuado. No conozco otra fuente. No es verosímil la etimología de Covarr. it.
galavrone (más bien
calabrone,
scalabrone) ‘zángano’ < lat.
CRABRO, -
ONIS, íd.; pues ni en Italia o Francia existen variantes en
-ardo de este vocablo ni en España en
-ón o con el significado ‘zángano’, vid.
REW 2293;
FEW II, 1265. Tampoco es probable que venga de
desgarbado >
*esgalarbado >
galabardo, pues la metátesis sería violenta, los demás cambios inverosímiles, y
garbo era italianismo todavía reciente en tiempo de Covarr. Es lícito sospechar que se trate de un derivado regresivo de
galabardina, variante de
GABARDINA, conocido como traje rústico; entonces el
galabardo sería el hombre mal arreglado, trajeado con
gabardina, como un gañán. También Paul Barbier,
ZFSL LV, 388, puso en relación con
ga(
la)
bardina e indicó alguna parentela de interés (prov. y langued.
galavart «truand, fainéant; vorace, goinfre», argot
galvauder un travail), pero coincido con Spitzer en que ha de abandonarse su etimología alem.
wallfahr(
t)
er. La forma
galavardina está documentada en catalán (Ag.) y dió el fr. e ingl.
galvardine. En valenciano
galavardèu es «galavardo; zangarullón; hombre alto y desgarbado» (Escrig); en cat. central es usual
galifardeu, que significa ‘hombre capaz de toda clase de acciones’ y familiarmente ‘muchacho crecido’ (según Fabra, además, ‘esbirro, alguacil’; y Ag. cita la variante
galifardàs); en este último debe de haber cruce con
califa, que en Almería significa ‘muchacho travieso’, ‘persona poco recomendable’.