GAFA, del cat. gafa íd., derivado del verbo cat. y oc. gafar, agafar, ‘coger’, de origen incierto, probablemente prerromano, de un radical seguramente sorotáptico GAF-, perteneciente a la raíz indoeuropea GHABH-, que es común a gran parte de las lenguas de esta gran familia: célt. gabi-, ‘coger, agarrar’, ‘aguantar’, eslavo gabati ‘coger, empuñar’, báltico gab- ‘allegar’, ‘llevarse’, etc.; es vocablo independiente del cast. ant. gafo ‘leproso’, que parece procedente del ár. qáf⺆a ‘contraída, encogida, enroscada’, por alusión a la forma encorvada que da a las manos y pies de ese enfermo la contracción de sus nervios.
1.ª doc.: S. XV, Quirós, Canc. Cast. S. XV, II, 294; 1570, C. de las Casas1.
Aunque desde la lengua de Oc gaffe y gaffer se han extendido modernamente al francés, y desde el catalán se propagaría al castellano y portugués, así como al sic. y campid. gaffa ‘grapa de hierro’, la verdadera patria de esta familia léxica se reduce a la lengua de Oc y el catalán. Se trata ahí, sobre todo en catalán y gascón, de la palabra básica y corriente para decir ‘coger’. En lengua de Oc se halla gaf ‘gancho’ desde el S. XIV, gafa «tiroir de tonnelier», «crochet», «pince», «louche», desde 1450, gafet «clou à crochet» desde el S. XIV, y una multitud de derivados verbales y sustantivos, que pueden verse en el FEW IV, 18-20; en catalán tenemos gafa con gran frecuencia desde 1373, y ya en el diccionario sin definiciones de Jacme Marc (1371), y gafet [1410; Spill, a. 1460, v. 7397] es allí el único vocablo para decir ‘corchete, broche metálico, compuesto de macho y hembra, para abrochar’, etc. Es importante poner en claro la cuestión de si es anterior y básico el verbo (a)gafar o los sustantivos mencionados; Wartburg da por seguro lo primero fijándose en que el oc. gafar ‘coger’ aparece desde el S. XIII: hay en efecto un testimonio en el Fierabrás occitano (mitad de este siglo) y tres o cuatro del S. XIV. En catalán es conspicua la ausencia de agafar ‘coger’ en casi toda la literatura medieval (pendre tenía entonces mayor amplitud semántica): Alcover sólo cita un ej. de la Brama dels Llauradors, valenciana por cierto, y compuesta en los últimos años del S. XV, aunque es verdad que agaf, que será la primera persona del presente de este verbo, ya figura en el citado diccionario de Marc, de 1371; gafar íd. ya a principios del S. XV y en varios textos de fines de este siglo o principios del XVI, incluyendo el texto catalán de la Serafina de Torres Naharro (1517), I, 100. Hoy agafar es palabra esencial y muy viva en Mallorca, Cataluña y Languedoc, gahà o gofà (dȤofà) en Gascuña y Lemosín; de todos modos se nota que apenas se conoce en el País Valenciano2, y en Mallorca mismo su extensión semántica (por la concurrencia de aferrar) es menor que en el Principado. En conclusión, la cuestión de la prioridad entre el verbo y el sustantivo, aunque los datos filológicos no la aclaren, en forma inequívoca, pues en catalán se documentan ambos desde la misma fecha, deberá resolverse en favor del verbo, no sólo porque en los textos occitanos aparece éste primero, sino por ser el verbo una de las palabras básicas de la lengua. En cuanto a la etimología, no podemos aceptar la procedencia céltica, que admitieron Gamillscheg (EWFS, s. v. gaffe), y Oehl (comp. RFE XIII, 126). Lo poco que sabemos del galo y del céltico continental indica que no conocían el sonido de F, por lo menos como representante de la bh indoeuropea, de suerte que la correspondencia del irl. gabim ‘yo cojo’, galés gafael ‘aguantar’ (cuya f es grafía del sonido sonoro labiodental v), sería gab- y no gaf-, y apenas nos queda ni el recurso de pensar en una variante dialectal céltica3, pues hoy no hay nada que lo legitime en la vasta documentación de que se dispone para el celta continental4.
Desde luego se puede desechar el ár. káffa (o más bien kíffa) ‘plato de balanza’, propuesto por Gregorio y Seybold sin fundamento semántico (rechazado ya por Baist, KJRPh. VIII, i, 205)5. Tampoco puede admitirse que gafa, gaf y gafet salieran por derivación regresiva de oc. gafo(n) ‘gozne de puerta’ (GOMPHUS + -ONEM), según quiere Brüch (ZRPh. XXXVIII, 689): ésta es forma hoy bastante extendida en Languedoc y Gascuña, pero no hay más que un ej. en la Edad Media, entre muchos de gofon, y cabe sospechar que se deba justamente al influjo de gafa.
La -f- intervocálica, en la imposibilidad de hallar una base latina o arábiga, invitaría, según indica M-L. (REW, 3633), a buscar un étimo germánico, y sin duda tiene razón Wartburg al precisar que este étimo debiera pertenecer a la lengua gótica en vista de la extensión geográfica del vocablo, pues aunque todo indica que en castellano y portugués sea importado, es sabido que los goticismos abundan más en lengua de Oc y en catalán que en parte alguna6. Pero los puntos de apoyo en germánico son vagos y remotos. El ingl. gaff ‘gancho’, ‘bichero’, ‘fisga’, señalado por Th. Braune (ZRPh. XXXVI, 83; XLII, 152-3), hoy sólo dialectal, no aparece antes del inglés medio, y pasa generalmente, y con razón, por ser un galicismo. Genuinamente germánicos parecen ser el b. alem. ant. gafala, neerl. med. gaffel(e), f., fris. orient. gaffel, isl. gafl, ‘horca’, pero además de que casi están limitados a una parte del germánico occidental, lo común en germánico mismo es la forma con b del a. alem. ant. gabala (alem. gabel), y ésta es la forma que hacen esperar las demás lenguas indoeuropeas (scr. gábhasti, célt. gabalus), de suerte que algunos suponen que en germánico sea préstamo céltico7; por lo demás, aunque supusiéramos una alternancia radical indoeuropea ghabh- ~ ghap-, siempre quedaría el hecho de que una forma germánica sin el sufijo -l- no está documentada en parte alguna. Luego la suposición de un gót. *GAFFA, aunque no deba descartarse enteramente, en realidad queda del todo en el aire.
Teniendo en cuenta la falta de documentación anterior al S. XIV, sería posible partir del ár. qáfa⺆ ‘tener los dedos corvos’, ‘contraerse, encogerse’, qáf⺆a ‘contraída, encogida, de dedos encorvados’, para los cuales vid. GAFO. Ya en la primera edición de este libro advertía yo que debería estudiarse esta sugestión más detenidamente, aunque la etimología allí propuesta es la que hasta entonces se fundaba en hechos más concretos. Tratándose de una raíz del árabe arcaico, pronto anticuada, no sorprendería el hecho de que (a)gafar, muy vivo en Cataluña, Baleares y Sur de Francia, lo sea bastante menos en Valencia, reconquistada más tarde8. Pero la gran objeción es la flaqueza semántica de esta base arábiga para explicar el sentido del sustantivo gafa y, peor, del verbo (a)gafar.
Es bien difícil que uno de los verbos básicos de dos lenguas romances derive de un sustantivo de sentido tan concreto e inesencial; pero si además suponemos a éste un origen tan tardío y una base semántica tan indirecta, salta a la vista la inverosimilitud; además, siendo arabismo, no sólo habría que esperar mayor arraigo en Valencia que en el Principado, siendo así que es al revés, sino que la ausencia total del verbo en castellano y portugués, y el menor arraigo y fecha más tardía de los sustantivos serían incomprensibles. Ahora que sabemos la importancia de la aportación sorotáptica en Cataluña9 y en los Pirineos franceses10, el problema se resuelve por sí solo.
En efecto, no hay que dudar que no se trata del célt., pero sí de la equivalencia del irl. gabim en otra lengua indoeuropea, y la -F- revela inequívocamente que es el sorotáptico. Por cierto, en céltico esta raíz es común a todas sus ramas, pues además de las citadas formas irlandesa y galesa, hay el córn. gavel ‘aguantar, empuñar’, bret. ant. gabel «saisie, reprise» ky. med. caffael ‘alcanzar’, bret. med. ka(f)font y bret. mod. kavont ‘tener’, y no cabe duda que entre las cuatro columnas de palabras en GABA (GABE-) recogidas por Holder hay muchas que revelan la presencia de esta raíz en el céltico continental (V. además aquí mismo s. v. gavilla < GABAGLA). Mas parece que en realidad esta raíz debió de tener gran difusión en indoeuropeo. Recuerdo brevemente: esl. gabaj྿, gabati, pol. gabać ‘coger, empuñar’, bielorruso habać y eslovaco habat ‘tomar, coger’, rs. ིábitĭ ‘arrebatar’ (con sorda inicial secundaria), lit. gabenù ‘llevarse algo’, gãbana ‘brazado (de hierba)’, gobùs ‘ávido’, lit. dial. guõbti ‘allegar, acumular’, scr. gabhasti ‘brazo delantero, mano’, lat. habere ‘tener’, osco haf-, umbro subahtu (< sub-habi-tod), etc.11. Todo indica, por lo demás, que la consonante interna de esta raíz era una -b- (< -BH-) no sólo porque, como admiten todos los lingüistas, a ella pertenecen el scr. gabhastiɅ y el grupo del gót. gabei (a. alem. ant. kepi) ‘riqueza’ y gabig ‘rico’ (con kepik, ags. giefig, isl. ant. gofugr) que claramente se remontan a una -BH-, sino porque la B era un sonido bastante menos frecuente que BH en indoeuropeo, y esto no sólo en posición inicial (donde es rarísimo y sólo en palabras expresivas onomatopéyicas o préstamos se halla claramente) sino porque, aun en posición medial, aparte de los casos dudosos12, es casi sólo de cierto número de raíces verbales, donde alterna casi siempre con una -BH- y a veces -P-, y donde suele constituir una ampliación de una raíz más simple, desprovista de estos elementos, que por lo común siguen entonces inmediatamente a otra consonante, o a un diptongo sujeto a apofonía, incluyendo especialmente las «sonantes» y, sobre todo, la nasal m. Ahora bien, en nuestro caso no hay tal, se trata forzosamente de una raíz primaria sin ampliación; luego, aun admitiendo la posibilidad de recusar en este caso el testimonio del sánscrito y el germánico, podríamos estar casi seguros de que se trata de una raíz GHABH-. Y siendo así que -BH- daba -F- en sorotáptico, se debe admitir que existió un sorotáptico GAF- ‘coger’, del cual proceden muy lisa y llanamente el cat. (a)gafar y el oc. gafar, con sus derivados sustantivos, luego propagados al castellano y demás lenguas vecinas. El gall. gueifas ‘orejas del arado’ (Carré) debe de ser un *GAF?AS derivado ya prerromano de este verbo.
DERIV.
Gafar [1611, Covarr., vid. arriba]. Agafar (1515, dos veces en el burgalés Fernández de Villegas, como voz de ciertos oficios especiales); también engafar (muy raros todos ellos). Gafete [Aut.; en arag. desde 1411, V. arriba]; engafetar. Para gafarrón ‘pardillo’, arag. y murc. V. mi DECat.
1 «Gafas: lieva, martinello, martinetto». En la ed. de 1592 hay gafar por errata, pero no en 1570, y en la 1.ª parte define el it. lieva como «gafas de ballesta», y martinello, -etto, con la palabra gafas escueta.― ↩
2 En Valencia gafa es ‘laña’ y gafar ‘lañar’, hablando de barreños, jarras, jarrones, ciertos objetos de madera (cuadros, cajones, mesas): han gafat els carreus del pont perqué no es desfacen, han gafat la imatge, etc. (J. Giner).― ↩
3 Ni aun del bretón kafout ‘adquirir, hallar’ podemos hacer mucho caso, pues tiene explicación especial en la historia de este idioma, que por lo demás dice normalmente ka(v)out.― ↩
4 Sólo J. Hubschmied cree (VRom. III, 104n.1) que el prov. gafà ‘vadear’ sea de origen céltico. Además éste, desde luego, nada tiene que ver con el presente vocablo.― ↩
5 Carecería asimismo de probabilidad semántica tomar como base el ár. qáffa⺆ ‘guardar (algo) en su lugar’.― ↩
6 Lo de que deba tener -FF- etimológica, si lo tomamos en rigor, es mucho menos cierto. Se fija en la a del berrichon jaffe, pero es siempre aventurado tomar como base única una forma aislada y fronteriza. En cuanto a la falta de sonorización de la -F- intervocálica, bien mirado nada prueba, pues son muchos los casos de sonorización en esta consonante, aun en palabras latinas, itálicas o griegas (tufo, rufo, fr. coffre, truffe, cat. tòfona lat. dial. T?FERA, cat. aclofar-se CUFULARE = CUBARE, etc.), sin contar los muchos germanismos. Téngase en cuenta que no existiendo históricamente la -F- intervocálica en latín, la tendencia del latín vulgar tenía que ser a duplicar todos sus casos en los extranjerismos que la tuviesen.― ↩
7 Así Falk-Torp, que desde luego hablan como si la forma con -f- fuese totalmente ajena a los idiomas escandinavos: el danés y sueco gaffel ‘tenedor’ serían préstamos del bajo alemán.― ↩
8 Una contaminación del tipo arábigo ġarfa que ha dado el cast. garra, con el grecolatino GRAPHIUM ‘punzón’ o con un a. alem. ant. krapfa (> fr. ¿agrafe?), es muy difícil que pudiera dar gafa, desde todos los puntos de vista: formal, semántico y geográfico. En cuanto a decir que gafa puede venir de garfa por vía fonética (como hace Malkiel, NRFH XI, 271-4) es revelar una notable ignorancia de la fonética histórica. Desde luego no cabe insistir en la idea de Dozy (Gloss., 271), que quería explicar gafete por metátesis del ár. ȟuƫƫâf, vulgar haƫƫâf ‘gancho’; no tendría verosimilitud alguna suponer que gafa, agafar, etc., se extrajeran secundariamente de gafet < *ȟaffâƫ < ȟaƫƫâf (por lo demás nótese que junto a ƫ la â no se puede cambiar en e).― ↩
9 Véase mi largo artículo sobre los Plomos de Arles (ZRPh. 1975) y desde luego, además de muchos artículos de este diccionario, la nota de Fontes Linguae Vasconum n.° 13; Topica Hesperica II, 204-206; 236-288; Est. de Top. Cat. I, 90; II 175-194, 207-215; sin hablar de los trabajos de Pokorny, Schmoll y Mz. Pidal.― ↩
10 V. mi estudio Ou Nouveau sur la Toponymie Occitane en Beitr. zur Namenfg.― ↩
11 Otros amplían más la extensión de esta raíz, en especial atribuyéndola al germánico: los unos admitiendo en la misma raíz la familia del alemán geben ‘dar’ ―a lo cual se oponen graves razones semánticas― otros la del alemán haben, contra lo cual hay razones fonéticas quizás aún más claras, pese a las apariencias, aunque son bastantes los que, aun en este último caso, siguen pensando en un parentesco con el lat. habere por una alternancia de un tipo especial (acaso expresiva o intensiva, cf. el caso del ruso ིabitĭ y ciertas anomalías en las formas oscoumbras; para las cuales vid. Ernout, Le Dial. Ombrien 86; y para el problema germánico vid. las ediciones antiguas de Kluge, y aun cf. Walde2 y lo que escribe Pok., IEW en 528.37-40 y 407.2); con esto último entrarían en juego aun el iranio, el griego y el albanés: casi todo el indoeuropeo. Lo último, claro, dudoso.― ↩
12 Y en algún sustantivo aislado, como el nombre de la manzana (ingl. apple, esl. (j)abloko, etc.), sin raíz verbal con la que pueda relacionarse. Algún caso menos claro como el nombre del edificio TREB- (célt. treb-, germ. ?rop-, que por lo demás no deja de tener una variante ?orp, con la labial tras r) será también puramente nominal, aunque formara algún verbo ―sin duda denominativo― en irlandés y oscoumbro. ↩