FAYANCA, ‘cosa de poco valor’, ‘postura sin firmeza’, ‘engaño’, en portugués faianca ‘objeto grosero, mal hecho’, de origen incierto; como tiene -y- antigua es seguro que no puede venir de fallar ni del lat. FALLĔREengañar’.

1.ª doc.: dar fayanca, 1620, Tirso; Lope.

Según el anotador de los Clásicos de la Lit. Esp. (citado por Fcha.) significaría ‘engañar’ en este autor; al mismo pasaje puede referirse la Acad. (después de 1899) con su ac. desusada «vaya, burla». La ac. ‘engañar’ es clara en la Villana de Vallecas de Tirso: «si hay pan cocido a buen hora / iré a Madrid. ―¿Sabéis vos / vendello? ―¿Pues soy yo zurda? ―Los cortesanos si os ven / temo que fayanca os den» (I, xiv, p. 78; Bonilla en su ed. cita ej. de hacer fayancas en el mismo sentido en otra comedia de Tirso). También está en G. Correas. Aut. recoge fayanco en las acs. «la postura del cuerpo en la qual hai poca firmeza para mantenerse», pero agrega «assí se dice que una cosa está hecha de fayanca, quando está sin la debida perfección y hecha de prisa»; Terr. da la locución de media fayanca «mal, y de mala manera». Del castellano debió de pasar al catalán, donde es palabra rara, y del Sur: maestr. fallanques ‘falsedades, embusterías’ (G. Girona), val. fallanca «simulación o engaño simulado; se usa regularmente en el juego de naipes» (Escrig)1, cat. fallanc ‘fofo (árbol, sarmiento)’ (en Montblanc, según Griera), fallanca «agachamiento del anca; se emplea mucho en el juego de trenca porrons» (Joaq. Ruyra, glos. de La Parada), lo cual aclara Griera: ‘doblamiento del anca de una bestia por cansancio o exceso de carga’.

En portugués es donde el vocablo es más antiguo y hay gran probabilidad de que proceda del portugués en todas partes. Cousa de faianca es ‘objeto grosero, mal obrado’, ya en el Arte de Furtar de Antonio Vieira (h. 1670), véase la cita extensa en el Dicc. de Domingo Vieira; de ahí el derivado fayanqueiro ‘vendedor que tiene puesto de venta en la feria’, ya dos veces en el Fuero de Beja (¿S. XIII?), vid. CortesƟo, hoy contraído en fanqueiro ‘vendedor de lienzo’ (ya en la Eufrosina de Ferreira, 1535, en CortesƟo), y su derivado fancaria ‘comercio del fanqueiro’, ‘obra o mercancía grosera’, que ya aparece en el Tratado de Feo (1609), y António Veira identifica el pasaje citado cousa de fancaria con cousa de faianca2. En la ac. ‘vendedor ambulante’ debió pasar también a España, pues en Murcia se llama fayanco la caja, escaparate o vitrina de dicho vendedor―y en este sentido lo empleó el alicantino Azorín―o en general el ‘fardo o carga’ (G. Soriano). Por otra parte hay en Portugal otras acs. secundarias de entre las que hemos hallado en España: Vila Real faianca «torto das pernas, cambado» (RL XII, 97), trazer ou pôr qualquer coisa á fancaia3. (assim como um chapéu) «ás tres pancadas, mal, torta, etc.» en Tras os Montes (RL V, 89), Évora coisa faianca «coisa raca» [‘mala’], faianca ‘atrevimiento, insolencia’ (RL XXXI, 102).

Como un caso de yeísmo en Lope o Tirso, y aun en Aut., sería cronológicamente imposible, y como este fenómeno es completamente desconocido en portugués, no hay que pensar en que fayanca venga de fallar ni menos del lat. FALLERE, aunque el vocablo al pasar modernamente al catalán haya caído bajo la atracción de esta etimología popular, y lo mismo suceda ya en algún punto del dominio español: Bierzo fallancón ‘flojo, débil (persona)’, ‘vacío, sin fruto (almendra, nuez)’ (G. Rey). Pero ¿cuál es la etimología verdadera? Nadie lo ha estudiado, que yo sepa. Como el sufijo -anco, -anca, es conocido (V. mi nota en Festschrift Jud, 582-3), la dificultad está sólo en el radical.

Recientemente ha recogido la Acad. (después de 1899) un artículo fallanca ‘vierteaguas de una puerta o ventana’, es decir, techadillo que se les pone encima para proteger de la lluvia al que se asoma. Esto recuerda el gall. fayado (Alvz. Giménez), gall. sept. montañés fayado ‘desván para trastos viejos’ (V. Risco, Terra de Melide, p. 335, véase también SABAYA), fayavo ‘sobrado, desván’ (ya en Aut.), Oporto faiao ‘techo de tablas’ (Krüger, Gegenstandsk., 82), ast. occid. fayar ‘echar piso a una sala’, fayao ‘desván’, todos los cuales es probable que vengan del gall.-port. faia ‘haya’, por hacerse los techos de tablas de este árbol. Naturalmente viene la idea de que faianca en su sentido portugués común, y en el español de ahí derivado, designara al principio un objeto construido con madera de haya, que es conocida por su gran ligereza o poco peso, y que de ahí se pasara a ‘objeto liviano, de poco fuste o valor’ (comp. Montblanc fallanc ‘(madera) fofa’), de donde ‘engaño’, ‘mala postura’, etc.; de todos modos me causa fuerte escrúpulo el hecho de que si bien la madera de haya es ligera de peso, en cambio pasa por ser de gran resistencia4.

DERIV.

Afayancarse ‘tropezar en algún objeto saliente en el suelo’, ‘apuntalarse con los pies en alguna parte’ (oído en Almería). Fayanco, V. arriba.

1 El Sr. J. Giner March me confirma que en la capital valenciana se emplea en el juego de cartas, pero sería equivalente del cast. fallo, lo cual será ac. secundaria o se basará en un informe confuso. En un texto popular de la capital leo fer una cosa de fallanca ‘engañando, haciendo trampa’ (Pensat i Fet 1952, 26).―

2 En el Brasil la contracción se extiende al primitivo fanca «conjunto de fazendas para vender; objetos de fanearía».―

3 Esta forma metatética se ha alterado más en por o á facaia «a maneira do fadista, gingando» (es decir, ‘inclinándolo, bamboleándose’), en el norteño Camilo Castelo Branco (CortesƟo, Fig.), cuyo significado nos recuerda a su vez el definido por Aut. y por Griera.―

4 Desde luego hay que rechazar la idea de que fayanca sea compuesto de anca, como probablemente opinaban Griera y Ruyra, a juzgar por sus definiciones, pues el primer elemento en que ellos piensan es fallar, y ya he dicho que esto es imposible. Aun menos es posible un *afancayar > afayancar, con metátesis como en el cat. eixarrancar < eixancarrar, derivado de anca: pues no existe una variante *fanca, con la H- germánica representada por f- según ocurre a veces en castellano; ni tampoco pudo existir, ya que estos casos de f- son siempre germanismos tomados del francés y la ca conservada se opondría a una procedencia francesa.