FANAL, tomado del it. fanale íd., y éste del gr. vg. bizantino ưανάρι, diminutivo del gr. ưανóς ‘antorcha’, ‘linterna’, ‘lámpara’.

1.ª doc.: 1570, C. de las Casas; 1574, relaciones citadas por Terlingen, 256, y por Jal, 350b; de la misma fecha aproximadamente es el ej. sacado de la relación de la batalla de Lepanto citado por Jal, 1524b.

Frecuente desde h. 1600, vid. Aut., pero todos los ejs. de esta época se refieren exclusivamente al uso náutico, y este matiz predomina todavía en la actualidad. En Cuba es ‘faro’: «los empleados del Gobierno dicen faro; los demás Fanal de Roncali, etc.; farola dice el pueblo...» (Pichardo). En Génova y en la Costa Toscana ya corre fanar o fanale en el S. XIII (Vidos, Parole Marin., 388-90), y de ahí pasó seguramente a los demás romances, desde luego al francés [S. XVI] y al castellano, quizá también al catalán1. Sin embargo se nota el empleo de fanâr en mozárabe (R. Martí; PAlc.; Juan León, morisco granadino de 1514, vid. Simonet, s. v.; y en varios dialectos norte-africanos), que ha de ser helenismo directo. Φανάρι es diminutivo genuino en griego y no derivado con. el sufijo latino -ARIUM, según cree Vidos; en griego, la forma clasicista ưανάριον está documentada desde el S. X.

1 El vocablo tiene en este idioma mucha mayor amplitud semántica y social que en castellano, pues es el equivalente normal de farol. Podría ser helenismo directo. Pero Alcover no cita ejs. anteriores a 1561, y aunque esto puede ser casual, se nota asimismo la ausencia en occitano antiguo. La Crónica de Marsili (S. XIII), citada por Jal, s. v., emplea lanterna con el valor de ‘fanal náutico’, y lo corriente en toda la Edad Media es faró (vid. FAROL).