ESTRAGÓN, ‘hierba de la familia de las compuestas, usada como condimento, Artemisia Dracunculus’, del fr. estragon y éste del ár. ƫarȟûn íd., de origen incierto.

1.ª doc.: taragona, 1592, Ríos (en Colmeiro, III, 215); estragón, 1762, Quer, Terr., no admitido por la Acad. hasta 1899.

Es planta de jardines, de origen asiático. En francés se halla ya targon en Rabelais († 1553) y en Liebault (1601), el cual agrega que los jardineros la nombran estragon. El francés Gesner (1542) la llama en latín tarchon, y como este botánico conocía lenguas orientales, parece claro que el vocablo se introdujo por vía libresca. Vid. Devic, p. 34b. En árabe se halla tarȟûn desde el Razí (fin del S. IX), y a princ. S. XII se nos señala la forma terȟūnī como persa. De cuál de estas dos lenguas pasó a la otra, no nos consta; se ha supuesto que venga en definitiva del gr. ƌράκων ‘dragón’, por cierta semejanza, nombre que se aplicó a la misma planta y a otras análogas (dragón de los herbolarios en Cienfuegos, 1627, dragoncillo, 1859; dracunculus en latín botánico; comp. DRAGONTEA ~ taragontía), para lo cual faltaría explicar el ȟ. Más bien parece que este dragón sea etimología popular. Desde luego parece claro que en la Península Ibérica es voz tardía (port. estragão sólo desde h. 1800, Brotero). En Abenɏólɏol (982) se halla Ȑištarġúnya, pero como nombre del Colchicum autumnale, planta sin relación con la nuestra, y Simonet (s. v. extragónia) cree que debe leerse Ȑištaranġúlya, derivado romance de STRANGUALRE. Steiger, Contr. 233, sugiere que el fr. estragón venga de un hispánico *etragón < *et-ƫarȟûn, por ultracorrección francesa; no es creíble, pues esperaríamos *atragón < aƫ-ƫarȟûn.