ESQUINA ‘ángulo exterior que forman dos superficies, canto’, probablemente del germ. *SKէNA ‘barrita de madera, metal o hueso’, ‘tibia’, ‘espinazo’ (a. alem. ant. scina f. ‘tibia’, ‘alfiler’, alem. schiene ‘riel’, ‘barrita de madera o metal’, neerl. scheen, ags. scinu f. ‘tibia’, noruego dial. skina ‘disco pequeño’), por comparación de una esquina con un hueso saliente; es incierto si se trata de una voz heredada del gótico o tomada en fecha muy antigua del oc. esquina ‘espinazo’.

1.ª doc.: en la ac. ‘piedra esquinada que se lanza contra el enemigo’, en Díaz de Gámez (1431-50), Cej., Voc.; en la ac. usual, APal.1

También en Nebr., y ejs. frecuentes desde med. S. XVI. El significado no es ‘ángulo’ en general, como dice M-L., sino precisamente la parte exterior de un ángulo, pues la interior es rincón: «esquina: angulus exterior», como define Nebr. Lo mismo significa el port. esquina, del que Moraes da varios ejs. clásicos, desde Rui de Pina (h. el año 1500). Diez propuso como probable la etimología germánica, comparando con el it. spìgolo ‘esquina, canto’ (lo spigolo dell’uscio, delle case, schiacciarsi il naso su uno spigolo), procedente del lat. SPICULUM ‘dardo’, ‘aguijón’, ‘punta’, pero M-L., REW, 7994, acoge esta etimología con gran escepticismo, y Gamillscheg (en R. G.) ni siquiera menciona el vocablo; Schuchardt, ZRPh. XLI, 255, más resueltamente la rechaza y, comparando con el fr. encoignure ‘rincón’, ‘rinconera’, supone una base *EXCŬNĔA, de un verbo *EXCUNEARE, derivado de CUNEUS ‘cuña’ (fr. coin ‘rincón’), pero esto sí que es imposible, por evidentes razones fonéticas.

Los reparos que opone Meyer-Lübke contra la etimología germánica son semánticos, pero este escrúpulo no tiene fuerza: era fácil pasar de la ac. ‘espinazo’, bien documentada en los demás romances ―cat. esquena, oc. esquina, fr. échine, it. schiena2―, a la idea de ‘canto’, siendo el espinazo un hueso saliente y especialmente comparable a la esquina de un edificio; además el significado en el original germánico es más general, y acs. como ‘canilla, tibia’ o ‘barrita de metal o madera’ se prestaban muy fácilmente a la evolución hispánica; puede agregarse que el significado de los demás romances no es del todo ajeno al castellano, pues el and. esquilón ‘aleta dorsal de un pez’ (A Venceslada) parece ser forma disimilada de *esquinón, según confirma esquena íd. (registrado por la Acad ya en 1843) y tomado evidentemente del cat. esquena; el significado hispánico se halla como en germen en la locución adjetiva a esquina d’ase ‘rematado en ángulo’, que es frecuente en lengua de Oc (Levy) y tiene su equivalente en catalán; y la forma en i, igual a la española, es casi general en aquel idioma y se extiende hasta las hablas catalanas del extremo Noroeste (esquina ‘dorso, espalda’, oído en Vall Ferrera), aunque en estos idiomas tiene la ac. ‘espinazo, dorso’3.

La dificultad surge solamente cuando tratamos de precisar en qué forma penetró el vocablo en las lenguas hispánicas. En germánico, el tipo *SKէNA pertenece casi únicamente al germánico occidental, pero como ahí es muy antiguo, puesto que se halla también en anglosajón y se conocen correspondencias en ciertos dialectos suecos y noruegos, no es imposible admitir que existió también un gót. *SKINÔ, y no habría dificultad en suponer que un femenino gótico en se romanizara en -a4. La dificultad mayor la presenta la forma portuguesa, pues siendo ésta autóctona esperaríamos *esquinha y no esquina5. Es casi inevitable, por lo tanto, admitir que esquina entró tardíamente en portugués, a pesar de que allí está documentado casi tan antiguamente como en castellano y presenta los mismos significados, el mismo carácter popular e igual riqueza de derivados. En rigor, puede concebirse que un vocablo gótico sólo dejara descendencia en castellano y de ahí pasara después al portugués (como supone M-L. para gana), pero de todos modos es hecho sorprendente, dado el arraigo particularmente fuerte del elemento germánico en el Oeste.

¿No es esto una invitación a que miremos esquina como germanismo advenedizo en ambos idiomas hispánicos, sobre todo cuando habría razones para creer que *SKէNA perteneció sólo al germánico occidental y no al gótico?6. Indudablemente, y la falta de testimonios de esquina anteriores al fin del S. XIV podría estar en relación con ello; es verdad que este argumento no es concluyente dada la escasa información de que dispongo. Por otra parte, el significado divergente del cast. y port. esquina, no documentado en lengua de Oc ni en los demás romances, pero más cercano al germánico, es muy favorable a la procedencia gótica. Hará falta más documentación para decidirse.

DERIV.

Esquinado ‘anguloso’ [Nebr.; con significado peculiar en dos inventarios arag. de 1497, BRAE II, 877]; esquinadura. Esquinal (‘piedra labrada a dos caras para formar la esquina de un edificio’ ast., V). Esquinar. Esquinazo. Esquinela ‘espinillera’, tomado del it. schiniera íd. Esquienta santand. [Acad. 1925 o 1936], ‘cima o cresta de una montaña’, parece relacionado con esquina, pero es forma difícil de explicar8. Sosquinado ‘a bisel, oblicuo’ ant. [fin S. XIV: «et taja las dos péñolas, tan bien la del ave como la que traes, sosquinada, por esta guisa», vid. grabado, Lz. de Ayala, Caza; y todavía en autores clásicos, vid. Cej. IX, pp. 72-73], de so-esquinado; de aquí de o en sosquín ‘de través’ [Acad. 1936], y el sustantivo sosquín ‘golpe que se da por un lado cautelosa o traidoramente’ [Quevedo, dos ejs. en Cej.; Aut.], ‘golpe de soslayo’ [Acad. 1936]; en sosquino ‘oblicuamente, al sesgo’ ant. en doc. de 1253 y en el Libro del Ajedrez de Alfonso el Sabio (vid. ed. Steiger, p. 405). Mettmann (en su glos. de las Ctgs. pp. 182 y 290) aporta una elocuente confirmación de esta etimología, con la cita de un pasaje de las Ctgs.: «alí jasian cavando un dia triinta obreiros / so esquina d?a torre» 364.22, que define «junto a y en posición oblicua»; por lo demás el sentido ahí puede ser simplemente ‘bajo y a esquina de’, cf. el cat. al caire de ‘a la esquina de, al borde de’ > ‘junto a’ que se codea con el cast. al so-caire.

1 «Cuerpo entero que tiene ocho esquinas como veemos que las tiene un dado, la qual figura se dize cubo», 96b; «exapla, de seys ángulos o esquinas, o de seys doblezes», 144d; además, 12b. Está comprobado que esta ac. existía ya a fines del S. XIV, pues el ms. T de J. Ruiz, escrito en esta época, cambia el pasaje «va en achaque de agua a verte la mala esquima», lección difícil, pero comprobada por la rima, en «a fablarte a l’esquina».―

2 Hay también i tónica en el veglioto skaina (< skina) y serviocroato škîna ‘dorso’ (Skok, ZRPh. LIV, 496).―

3 No ofrece dificultad el admitir que la է dió en unas partes i romance, en otras e, puesto que era una i abierta, intermedia entre los dos fonemas romances; de suerte que es innecesario hacer intervenir el influjo de SPզNA, como quiere M-L.; la oposición entre oc. esquina y cat. esquena es enteramente paralela a la que hay entre oc. esquila y cat. esquella < gót. *SKէLLA.―

4 Hasta ahora se ha admitido eso en el caso del gall.-port. laverca ‘alondra’ < *LAIWERKÔ, aunque últimamente Gamillscheg se inclina a preferir como base un suebo *LAWERKA.―

5 Sabido es que la palatalización de la N tras la զ es solidaria y en cierto modo idéntica a la caída del mismo fonema cuando se halla tras otra vocal. La opinión común es que este último fenómeno (y por lo tanto aquél) debe afectar también a los germanismos; así M-L. rechaza la etimología gót. *GRANUS ‘espiga’ > port. pagrana (REW 3862), justamente porque no se ajusta a esta condición, y si admite que el port. gana puede venir del gót. *GAINÔN es sólo a base de suponer que sea castellanismo, mientras que el port. ant. gãar y el actual gado ‘ganado’ serían representantes castizos del mismo verbo gótico; últimamente se ha retocado la etimología de Diez, gót. FON ‘fuego’ > port. fona ‘chispa’, porque violaba este supuesto, partiendo de un plural *FUN(U)NA. Es difícil hallar pruebas absolutamente concluyentes de este punto de vista, pues claro está que el tratamiento de las terminaciones flexivas -IN o -AN (port. guardião < gót. WARDJAN-) no prueba nada, habiendo podido ser asimiladas a las romances correspondientes. Alguien podría argüir que la alteración de la -N- intervocálica portuguesa podía ya estar empezada en el S. VII, en que todavía algunos godos y suebos conservarían quizá su idioma nacional, y que por lo tanto, en voces tomadas tardíamente de estos idiomas, la -N- forastera, recién entrada y más sólida, ya no se alteraría, según ocurrió con buena parte de los vocablos que tienen oclusivas sordas intervocálicas. Pero en general todo indica que la sonorización de estas últimas sería muy anterior a la debilitación de la -N- intervocálica, y una prueba indirecta la tenemos en los arabismos, de los cuales hay varios que participan de la alteración de la -N- intervocálica: Alcainça, almuinha, almoeda, albarrã, zaragatôa, mesquinho (Cornu, Port. Spr., § 126). Si estos advenedizos fueron todavía afectados por el fenómeno, con mayor razón debía serlo un germanismo autóctono, que a la fuerza hubo de ser anterior. De todos modos, este razonamiento no es del todo concluyente, pues es concebible una ley fonética más o menos caduca que no cesara de actuar algunas veces hasta un par de siglos más tarde.―

6 El it. schiena parece venir del longobardo, dialecto occidental, y no del ostrogodo; Gamillscheg admite una base longobarda *SKËNA, que también se halla como variante en alto alemán antiguo (ZRPh. XLIX, 337n.). El occitano y el catalán se creen procedentes del fráncico.―

7 La interpretación de Pottier (VRom. X, 149) es arbitraria, a no ser que haya errata.―

8 Falta en la 2.ª ed. de García Lomas. ¿Sería errata por esquineta? No sé si es este mismo esquienta el «segov. esquiente saliente de montaña» citado por GdDD 2558 (y que desde luego no puede venir de EXIRE); si alguna realidad existe bajo esto, quizá podría resultar de un cruce de esquina con saliente.