EJIDO, ‘campo a la salida de un pueblo, común a todos sus vecinos, donde suelen reunirse los ganados o establecerse las eras’, derivado del antiguo verbo exir ‘salir’, procedente del lat. ĔXզRE íd., que a su vez era derivado de ire ‘ir’.

1.ª doc.: exido, 1100, y en otros docs. de los S. XII y XIII citados por Oelschl1.

Exitus aparece ya con este o análogo significado en docs. en bajo latín español, citados por el mismo autor. Para ejs. posteriores, vid. Aut. En forma parecida era corriente emplear el femenino exida al describir en escrituras las pertenencias de una propiedad («con entradas e exidas...», comp. M. P., Cid, p. 678). Hoy el vocablo subsiste en muchos lugares pero alterado en lejido o lejío, por aglutinación del artículo: así en Cespedosa (RFE XV, 148), en el Ecuador (Lemos, Barbar. Fon., p. 39); en Riotinto (Huelva) es ‘el lugar de las afueras donde se vierte la basura’, en Huétor-Tájar (Granada) un lejío de gente es un gran concurso de personas, sin duda porque en el ejido se celebraban ferias y mercados (A. Castro, RFE I, 181); en la Arg. ha tomado la ac. ‘término municipal, ámbito territorial de un municipio’, y como allí es palabra de uso exclusivamente culto, muchos pronuncian bárbaramente éjido. El verbo exir (que naturalmente se pronunciaba con x = š) es de uso general en los SS. XII y XIII (Cid, Berceo, Apol., Alex., Disputa del Agua e el Vino, fueros de Castilla y de Aragón, vid. Tilander, s. v.)2, pero ya J. Ruiz emplea exclusivamente salir3; sin embargo otro resto suelto sobrevivió en la interjección «exe, como lo dezimos al perro: exi» (Nebrija). Para otro derivado, vid. JIRA.

DERIV.

Ejión [Acad. 1884, no 1843], tomado del gr. Ɔξίων, -οντος, ‘saliente’, participio activo de Ɔξιέναι ‘salir’, palabra hermana de la lat. exire.

1 Agréguese uno toledano de 1228 que figura en M. P., D. L., 276.16.―

2 Aut. cita ej. de exir todavía en Alonso de Cartagena, † 1456, pero esto ya no corresponde al uso de la época.―

3 Nótense las formas flexivas istrié ‘él saldría’ (Berceo, S. M., 209; Mil., 337), y las dialectales yex ‘él sale’ (Alex., 1166), yexen ‘ellos salen’ (Alex., 217, 1665), leonesas, y yexca ‘él salga’, aragonesa (Fueros, § 68.2). La forma catalana correspondiente es isca (plural iscam, etc.) y aun impf. subj. isqués y pret. isqué (junto a eixís, eixí, tanto o más antiguos en las forrnas de pasado) y hay formas iguales en lengua de Oc y varios dialectos de otros romances. Hay además una interjección gallegoportuguesa isca: se emplea en el Brasil para azuzar o echar a los perros (cf. cast. ant. exe < EXI, con uso igual, cuya etimología ya vió Nebr.), y en gallego tiene la misma construcción que esperaríamos de un verbo que signifique ‘salir’: hisca «‘voz con que se espanta y echa las gallinas’: hisca d’ahí / galiña maldita, / hisca d’ahí, antes que agarre un pau!», «hisca, hisca de ahí, que vas despertar o meniño!» Castelao 234.5, recogida también por Lugrís (Gram., p. 166), Carré (aplicado a los niños) y otros (pero no existe el verbo *hiscar que han supuesto ellos y ya Vall.). Quizá sí existan, en cambio, las variantes lisca e ix (que G.ª de Diego, Gr. Hist. Gall. 154) cita ya (sin documentar ni etimologizar), aunque no las tengo confirmadas (lisca «largo, vete» sí la da Carré, y Lugrís da el inexistente verbo *liscar, pero resultará de cruce de isca con largo). La dualidad isca ~ ix parece comprobar EXI, EXEAT; sin embargo hace falta mayor estudio en la cuestión gallegoportuguesa; provisionalmente me pregunto si el cat. oixque! que se dice a los caballos para que arranquen o tuerzan a un lado (opuesto entonces a o-lla-ó! que se usa para el lado contrario) no sería también oh-ixca! ‘oh, salga’ (con -e < -AT como en catalán occidental).