DERROTA ‘camino’, ‘rumbo’, participio del antiguo verbo derromper ‘romper, cortar’, derivado de ROMPER; derrota significó primero ‘camino abierto rompiendo los obstáculos’.

1.ª doc.: 1474, Woodbr.; 1570, C. de las Casas («derrota: viaggio»); consta que estaba en uso ya a principios de este siglo, pues Ramusio introduce derotta ‘rumbo’ en italiano imitándolo de su original castellano (vid. Zaccaria).

Figura también, en la ac. ‘rumbo’, en Mármol (1573) y en Solórzano (1643), y en la de ‘ruta o rumbo terrestre’ en el Quijote; Percivale, 1591, trae derrota «a course, a way»; Oudin, 1607, «derrota: route, chemin, trace, brisée, voyage», y Covarr., 1611, dice que es propiamente el rumbo marino, e «impropiamente» el camino que se hace por tierra. Hay además port. derrota ‘rumbo’, documentado por Moraes desde el 3r. cuarto del S. XVI (Mendes Pinto), y el cat. ant. derrota ‘camino por mar’ (J. Roig, Spill, v. 1802, año 1460).

Así pues el vocablo tuvo también aplicación terrestre, y el salmantino Torres Villarroel lo emplea en el sentido material de ‘vereda, camino’ (Fcha.), que ha de ser el primitivo en vista de la etimología; ast. derrota «antigua costumbre, hoy en desuso, de abrir las eríes, después de recogidos los frutos, para llevar los ganados a pastar en ellas comunalmente» (V). La idea de Covarr. de que la aplicación terrestre es impropia, viene de su etimología, lat. rota ‘rueda de los vientos’, que es inverosímil semántica y morfológicamente; además nuestro vocablo se relaciona evidentemente con el fr. route ‘camino’, que por razones fonéticas no puede venir de ROTA, y con sus congéneres romances, algunos de los cuales nos muestran claramente de qué clase de camino se trataba al principio: abruzo rott, engad. ruota ‘vereda abierta a través de la nieve’, Ille-et-Vilaine route ‘camino abierto rompiendo el bosque’ (REW 7452).

La misma palabra existió, por lo demás, en castellano, pues rota ‘rumbo’ se lee en Fz. de Oviedo y en Fr. Luis de Granada, y figura ya a fines del S. XV en documentos coleccionados por M. Fernández de Navarrete (Zaccaria, s. v.; Aut.)1; el port. rota íd., es frecuente por lo menos desde med. S. XVI (GalvƟo, Goes, J. de Barros, J. Ferreira).

El verbo derromper, que es derivado de romper con prefijo des- asimilado, fué frecuente en castellano antiguo, con aplicación a casas, cerraduras, ejércitos, etc. (cinco ejs. de los SS. XII y XIII en Oelschl. y en Cej., Voc.; lo mismo en antiguos fueros portugueses: Inéd. de Hist. Port. V, 381); de ahí el adj. asturiano derrota ‘clara’, aplicado al agua del mar (V). Además, vid. ROMPER.

DERIV.

Derrotero, primitivamente ‘libro que indicaba los rumbos’ [Nieremberg, † 1658], después ‘rumbo’; nótese la ac. argentina y chilena ‘noticia que indica el camino que debe seguirse para hallar un tesoro’ y después ‘el tesoro mismo’ (AILC I, 27). Derrotarse ‘apartarse la embarcación del rumbo que llevaba’ [S. XVII: Quevedo, Solís, Vélez de Guevara]2, derivado de rota con el prefijo des-; derrote ‘cornada que da el toro levantando la cabeza’ (¿por el cambio brusco de dirección?).

1 El derivado rotero ‘correo’ se halla en APal.: «tabelle son en las que escrivían, y son tabellarii los roteros que las lievan», 485d.―

2 «Abiendo salido a caza / con el rey aquella tarde, / se derrotaron perdidos / por diferentes paraxes», El Rey en su imaginación, v. 2355.