CURCUSILLA, ‘rabadilla, conjunto del sacro y el cóccix’, del antiguo culcasilla, de origen incierto, probablemente de un lat. vg. CULI CASELLAla casita o armazón del trasero’.

1.ª doc.: culcasilla, 1.ª mitad S. XV; curcusilla Acad. 1843, no 1817.

He oído muchas veces curcasilla en las montañas de Almería, y la forma corcusilla se emplea en otros puntos de Andalucía, en Albacete (A. Venceslada; A. Zamora Vicente, RFE XXVII, 246) y, sólo como nombre de la rabadilla de las aves, en el madrileño popular (Pastor Molina, RH XVIII, 55). Quizá venga de *carcasilla, diminutivo del fr. carcasse ‘esqueleto, armazón’, alterado por influjo de culo en curcasilla y después dilación vocálica. CARCASA ha penetrado en castellano con una ac. especial, y el port. y cat. carcassa tienen uso y significado general, aunque parecen ser de origen francés. En el catalán de Vinaroz se emplea fer carcassilla por ‘inclinar la espalda para que otro se suba encima con el objeto de alcanzar algo’ (Alcover). Sin embargo, en cuanto a la palabra castellana, el hecho es que la forma antigua es culcasilla, forma que ya leemos en una diatriba de Juan A. de Baena contra F. Manuel de Lando, a quien acusa de sodomía: «diz que vos dexó en la culcasilla / un chato pastor toda la rezmilla» (vid. W. Schmid, W. des C. de Baena). Si el vocablo ya corría en esta forma antes de 1450, podemos creer que pertenece al idioma desde sus orígenes, y que si falta en las antiguas fuentes lexicográficas es por la índole especial del significado y por la bajeza de la expresión. Siendo así no hay inconveniente en suponer que se heredara de una expresión del latín vulgar CULI CASELLA, propiamente ‘la casita o armazón del trasero’. Comp. corcusir (COSER).

Spitzer (MLN LXXI, 282) supone sea deformación del prov. faire courco-sello, cat. dial. fer carcassilla ‘inclinar la espalda para que otro se suba encima, con el objeto de alcanzar algo’, los cuales a su vez aparecerían en forma más primitiva en el fr. med. faire la combreselle, que está en el Amadis francés en un sentido casi igual (ayudar a subir sosteniendo a otro con las manos) y en Rabelais, en una ac. obscena que parece derivada de la de ‘hacer una cabriola’. Spitzer (RRQ XXXVII, 360-1) identificó estos vocablos con el pic. mod. couvercheu «culbute», antiguamente «couvercle», cuya etimología *COOPERCELLUM (diminutivo de COOPERCULUM) está clara, y que se habría alterado por etimología popular en una forma fácilmente comprensible en el caso de aquellos dos textos, algo menos en provenzal. Ahí aparecen además otras formas: cargo-sello, guinguissello, carcassello, courbo-seto (supone además que se trate propiamente del juego llamado saltar i parar en Barcelona, fr. saute-mouton, ingl. leap-frog, lo cual no sé si está bien probado, pero es detalle de menor importancia y fácil de admitir). En vista de courbo-seto, la idea puede admitirse en galo-rrománico, pues el que se sube encima de otro en cierto modo le hace de tapadera; las variantes oc. y cat. carcassello, carcassilla, dan la impresión de cavalca-sella (mall. colcar ‘cabalgar’), que sería irreprochable semántica y morfológicamente, pero quizá sea esto una mera apariencia secundaria. Y no dudo en absoluto que el cat. carcassilla (que es meramente local, de Vinaroz) enlaza a un tiempo con la locución occitana y con la castellana (cuyo influjo ha de haber sufrido); y que el nombre del juego pudiera haber dado el nombre de la rabadilla, que sirve para dar este salto, sería concebible en teoría.

Pero por lo que hace a culcasilla ‘rabadilla’, teniendo en cuenta que se documenta desde h. 1400, ¿podemos creer todavía que resulte de la evolución de una locución provenzal, a su vez profundamente alterada por etimología popular, y que por lo tanto ha de ser modernísima? Pocos se prestarán a seguirle por este camino, y creo que los más se contentarán con CULI CASELLAarmazón del trasero’. Desde luego curcusilla no viene de curcusir (GdDD 1802) por más que la de las aves tenga una forma vagamente parecida a un curcusido o zurcido chapucero.