CUJA, es probable que se hayan confundido en esta palabra dos homónimos: en la ac. ‘bolsa de cuero donde se apoyaba la lanza durante la marcha’, procede del antiguo cuxa ‘muslo’, tomado del cat. cuixa y descendiente en definitiva del lat. C֊XA íd.; en la de ‘lecho’ o ‘armadura de la cama’ será probablemente galicismo tomado de couche ‘lecho’, derivado de coucher ‘acostarse’, lat. COLLOCARE ‘poner en la cama’.
1.ª doc.: cuxa ‘muslo’, 1385, López de Ayala (Aves de Caza, cap. II, p. 20); ‘bolsa de la lanza’, 1555, primera continuación del Lazarillo, Rivad. III, 991; ‘cama’ ‘lecho’, 1604, G. de Alfarache, Cl. C. IV, 161.16.
Por otra parte, hay la cuja de la lanza. No es lo mismo que el ristre, pieza de hierro sujeta a la armadura, que servía en el momento del encuentro. Llevar la lanza en cuja era una posición de descanso relativo, diferente de ésta, como resulta del ej. de Lope citado por Aut. (la lanza passó de la cuxa al ristre), pero que permitía pasar rápidamente a ella, en lugar de llevar el arma fuera de las manos del soldado: de ahí que se considerara posición de gente apercibida («yo apercibí toda la compañía que estuviese lanza en cuja» cont. del Lazarillo). Ya explicó Covarr. que la cuja iba arrimada al muslo del caballero: de ahí el nombre que se le dió. En cuanto al antiguo cuxa ‘muslo’, nótese que no parece haber sido jamás de empleo general, sino aplicado solamente a las aves de caza o a una pieza de la armadura del caballero (de ahí quijote < cuxote). Así se explica el préstamo del léxico caballeresco catalán, que está asegurado por la evolución fonética. El castellano perdió el vocablo en esta ac. pero lo conservaron los demás romances, incluyendo el port. coxa (kóša) y el gall. couxa (Sarm. CaG., 109r < coixa; pontev. pera coixa de dona 124r, uva couxa [de] dona 92v, A13v); en el NE. (Viveiro) coxigós [cogigós, ib. 121r, cf. p. 145].
1 Ejs. de Lope en BRAE XXI, 806, y otros del S. XVII en Aut.― ↩
2 No expresa claramente su idea, aunque es posible que fuese ‘muslo’ > ‘cojín para ponerlo’ > ‘cama’ (comp. el caso de COJÍN). También podría pensarse en una comparación del descanso del cuerpo en el lecho con el de la lanza en su cuja, pero todo esto es muy audaz. ↩