Oudin, 1607, registra «
quartago: un courtaut, et selon aucuns un roussin»
1, «
quartaguillo: un petit courtaut»; Percivale (1599): «a nagge, a small horse»; Covarr. (s. v.
haca): «haca, que vale cavallejo pequeño, que por no tener su justa cantidad está falcado y cortado, de donde también le sobrevino el nombre de
quartago, quasi
curto: y este epíteto dió Horacio a un machuelo suyo... Y muchos cortesanos le llaman
curtago y no
quartago» (datos semejantes en los artículos
borde y
quartago). Sale también
cuartago en Góngora, en
La Señora Cornelia de Cervantes,
Cl C., p. 184, en dos autores del S. XVII citados por
Aut., etc. En portugués Moraes define
quartao como «cavallo corpulento e quadrado, mas curto», citando a Rodrigues Lobo (1616), pero el vocablo ya se halla en
PantaleƟo d’Aveiro (2a. mitad S. XVI), donde significa ‘caballo lleno y corpulento, pero poco largo’ (
RL XVI, 98). La otra ac. portuguesa «pieza de artillería equivalente a la cuarta parte [?] de un cañón» (con cita de J. de Barros, S. XVI, y Freire, 1.ª mitad del XVII, en Moraes), la tuvo también el fr.
courtaud ‘cañón de gran calibre, montado sobre ruedas’ (
FEW II, 1586
b, en textos de 1485 y de h. 1600), que pasó igualmente al cast.
CORTAO. Claro está que de
courtaud, quizá pasando por oc.
cortaut (documentado en el S. XVI), salió el cat. antic.
cortau ‘cuartago’ (1582, 1690, Alcover),
quartau 1575 («roci o
quartau: asturco» On. Pou,
Tes.
Puer. 34), y en castellano primero
*curtao o
*cortao, de donde por una parte el
curtago que cita Covarr. y por la otra el port.
quartao (hoy
quartau) y el cast.
cuartago, con influjo de
cuarto, que es nombre de una parte del cuerpo del caballo
2; a este cambio fonético contribuyó la vacilación fonética entre
cua-´ y
co-´ que hemos observado en
cuantía ~ contía; un caso análogo lo ofrece el port.
quartapiza (ya en autores de med. S. XVI: Moraes), alteración de
cortapisa. Como no hay palabras castellanas que terminen en
-ágo, y sí las hay esdrújulas que terminan en las mismas letras (
órdago,
rábago,
cuérrago,
cuérnago,
relámpago,
murciélago, etc.), se comprende que algunos escriban equivocadamente
cuártago (así en una parte de los pasajes de la citada edición de Rueda), pero
Aut. acentúa gráficamente la vocal penúltima, y dudo de que existiera realmente la otra acentuación.