CORO III, de ~, ‘de memoria’, alteración del antiguo de cor, que contiene una variante del cast. ant. cuer ‘corazón’, procedente del lat. C֊R íd., que en la Edad Media se miró como sede de la inteligencia.

1.ª doc.: de cor, Berceo; de coro, Nebr.

Tobler, Berliner Sitzungsber., 1904,1272; Pietsch, Mod. Philology VII, 50-53. De cor aparece también en Alex., 38, 1637 (variante de cuer), y Apol. 597; de cuer en las Partidas; de coraçon en Alex. 717 (asegurado por la rima), en los Bocados de Oro y en la 1.ª Crón. Gral. La primera de estas formas parece ser provenzalismo eclesiástico, y de ella sale de coro (que es ya frecuente en autores del S. XVI), igualando el vocablo a la palabra castellana más parecida, tanto más fácilmente cuanto que era costumbre en los coros eclesiásticos el aprender los cantos de memoria, por la dificultad que ofrecía la lectura de la antigua notación musical1. Del mismo origen port. de cor (Nobiling, ASNSL CXXV, 394), cat. y oc. de cor, fr. par coeur, ingl. by heart. Ya en bajo latín antiguo se halla ex corde con el mismo significado (Regla de San Benito, Capitular de Ahiton, obispo de Basilea, vid. Cabrera). En Villon se opone savoir par cueur a savoir par livre (FEW II, 1177, n. 34, 38 y 39; 1176a y b), del mismo modo que el Alex. y el Apol. oponen el saber o cantar de cor a saber o cantar de libro; comp. además RECORDAR.

DERIV.

Decorar ‘aprender o recitar de memoria’ [Berceo], todavía corriente en el Siglo de Oro (P. Ribadeneira); J. Ruiz emplea la forma diptongada decuere en el presente. Acerca de decorar ‘aprender o recitar de memoria’ me recuerda Spitzer su artículo de RFH VI, 176-86, donde indicó «la unidad fundamental de este vocablo y decorar ‘adornar’ [DCEC II, 20-22]». Tiene razón, pues, según recuerdo, había en este artículo interesantes hallazgos semánticos y valiosa documentación, que por desgracia se me olvidó anotar. Limitada al verbo antiguo decorar ‘recitar’ y en el sentido de que se trata del cultismo para ‘adornar’ desviado semánticamente por el influjo de de coro, esta tesis no es inverosímil. Claro está, de todos modos, que de coro ha de tener origen independiente.

1 V. la documentación aportada por H. Gavel, Homen. a M. P., I, 138-150. Mas no puede admitirse su tesis de que esta locución procede del lat. CHORUScoro’. Pietsch propone explicar de coro como haplología de una locución de *decoro, que contendría un postverbal del verbo decorar. Pero esto es hipotético.