CODESO, del lat. vg. CŬTէSUS, lat. CȷTէSUS, y éste del gr. κύτισος íd.

1.ª doc.: 1386, López de Ayala, vid. Cabrera.

En romance vive solamente en el port. codêsso, en el Bierzo cudeso (Sarm. CaG. 144r) y en castellano. Lo recogen los botánicos modernos Quer y Palau, pero falta en la tradición lexicográfica, aun en Aut. G. A. de Herrera, Laguna, Hernández de Velasco, el Brocense y Fr. L. de León emplean el cultismo citiso. La grafía portuguesa codeço (en un autor renacentista citado por Moraes, y que no puedo fechar exactamente)1 carece de autoridad, en atención a la grafía medieval del colectivo codesal, citada por CortesƟo2; será vocablo principalmente arraigado en tierras gallegoportuguesas y leonesas, en vista de la toponimia: Codesseiro, Codessada, Codessoso en Portugal, Codeso y Codeseda en Galicia, Codesal en Zamora. El lat. cutisus se halla en una glosa (CGL II, 119.35); la cantidad cǰtĭsus está bien documentada en dos pasajes de Virgilio. Para explicar la acentuación romance no bastaría suponer una forma «mediterránea» *CUTSO- (paralela a menta ~ μίνȎƓ, cupressus ~ κυπάρισσος, aresta ~ arista, etc.), según quiere Alessio (ARom. XXV, 141), puesto que esto no explica la ss portuguesa, evidentemente solidaria del cambio de acento. Tampoco es convincente el supuesto de una geminación espontánea *CUTISSUS al latinizarse la palabra griega, como propone Th. Claussen, RF XV, 848, pues los ejemplos que reúne del mismo fenómeno son heterogéneos, antiguos unos, pero debidos al diferente timbre de una consonante en griego y en latín (CALLAR ~ gr. χαλĘν), y en su mayor parte modernos o de naturaleza analógica (una forma como *BUXITTA no existiría nunca; ahí como en *CERCITTA > cerceta intervendría un sufijo romance, etc.). Quizá no baste tampoco decir, con Baist (KJRPh. VIII, i, 201), que el cambio es debido a la rareza, de los esdrújulos en -eso, pues las palabras en -esso apenas son más frecuentes. Si hubiese que volver a la idea de una variante prerromana, ésta tendría que ser en -ISSUS, terminación que en efecto se halla en el substrato mediterráneo. Pero quizá sencillamente tenga razón Schuchardt, ZRPh. XXVI, 410, al admitir influjo de CUPRESSUSciprés’ y NARCISSUSnarciso’. Y en realidad, la idea de Schuchardt me parece más verosímil que la de un «hispano-egeo» *CUTISSUS, que yo ya insinuaba (sin disimular mi incredulidad) y que ahora formula explícitamente Hubschmid, ZRPh. LXXI, 245. Lo prerromano es siempre posible tratándose de plantas, pero no es muy verosímil en vocablo de tan firmes antecedentes clásicos, ni tampoco lo son mucho las afinidades hispano-egeas.

DERIV.

Codesera.

1 También codeço en Díaz Tanco, h. 1530, con referencia a las Canarias: Rev. de Hist. de La Lag. n.º 78, p. 252.―

2 Según el Onomástico del mismo hay una docena de testimonios de este y otros derivados en los SS. XI-XIII, ninguno de ellos con ç, todos con s, en los unos, doble; en los otros, sencilla.