COCO II, ‘gusanillo’, voz de creación expresiva procedente del lenguaje infantil, como la anterior.
1.ª doc.: F. López de Villalobos († 1559): RFE IV, 259.
DERIV.
Coca ‘tarasca, en forma de serpiente’, voz de Galicia y la Mancha, según Aut. (en catalán cuca fera íd.): aquí se roza esta familia con la de COCO I, que al fin y al cabo es idéntica. Acocarse ‘agusanarse’ [1513, G. A. de Herrera]. Cocoso [1597, J. de Torres]. Gall. coquento ‘(cosa) con co[co]s o gusanos’ (Sarm. CaG. 208r). Coquín de Dios ast. ‘insecto coleóptero, especie de teléforo con los élitros de color amarillo sucio...’ (V); recoquín «el hombre pequeñuelo y gordillo» [Covarr.; de ahí pasó a Oudin 1616 (no 1607) y a Aut.] (no deriva del fr. coquin ‘bribón’, como asegura Covarr., pues ni a ello se presta el significado ni hay voces semejantes en francés ni en los dialectos galorromances, vid. FEW II, 862b-863, 822-6).
CPT.
Cocolumbrero ‘luciérnaga’, salm. (M. P., Dial. León., § 12.6).
1 Cree H. E. Allen, PMLA L, 1044-5, que coco ‘insecto, gusano’ viene de coco ‘fantasma infantil’, pasando por ‘diablo’, por una creencia popular en la naturaleza diabólica o maléfica de los gusanos. Pero es innecesaria esta hipótesis. Es indudable que los vocablos para designar las dos ideas son idénticos en varios idiomas, como oc. babot, babau, babaroto (cat. babarota), ingl. bug, etc. Pero en nuestro caso oc. cuca ‘sabandija’ se opone a coca ‘nuez’, etc.; y siempre se trata de voces infantiles expresivas, creadas contemporáneamente, sin derivación semántica de la una a la otra. ↩