CIMITARRA, origen desconocido; la etimología que se le suele dar, del persa šimšír (o šamšîr) íd., sólo en parte sería sostenible, y a condición de suponer que el vocablo se hubiese combinado o cruzado (en Europa o más bien ya en Oriente) con otra palabra incierta.
1.ª doc.: Nebr.: «cimitarra: cuchillo de turcos; acinacis».
El persa šāmšîr o šimšîr tiene realmente el sentido de ‘cimitarra’ más bien que el de ‘espada’, y no parece que venga del turco, como se ha escrito en alguna de estas obras. Debe de ser vieja palabra irania, pues se le hallan afines en esta familia lingüística, y aun ya antigua, pues es probable que ya existiera en persa medio, a fines de la Antigüedad, y de ahí pasara a alguna lengua semítica, como entonces ocurrió con otras en arameo o siríaco, a juzgar por la voz σαμψƲρα que emplea en su griego Flavio Josefo hablando de Palestina, en el S. I d. C, y que según serios filólogos designa ahí una espada lujosa para las solemnidades1. De modo que si, como étimo de cimitarra, esta palabra irania no sirve, por evidentes razones fonéticas, su antigüedad y arraigo en Asia Menor, y la identidad de sentido, nos obligan a estudiar más detenidamente el vocablo y su parentela, por si, aun no dándonos la solución, nos pudiese guiar hacia una base satisfactoria. Caben supuestos de tres tipos: 1.º semejanza casual, procediendo cimitarra de otra lengua, 2.º que en una etapa anterior del persa o de otro dialecto iranio šāmšîr tuviese una forma fonética más adecuada como base de la nuestra, 3.º que en el étimo oriental verdadero šim- estuviese combinado con otro vocablo diferente.
1.ª Hallándose la más antigua documentación de cimitarra en las lenguas hispánicas, han pensado algunos en un origen arábigo, otros en una procedencia vasca, guiándose por la terminación -tarr, de aires vascos: es lo que han conjeturado algunos italianos (Zingarelli, etc.). Pero claro que aquí se trata de un mero sonsonete, pues no se presta a este supuesto ni el valor del sufijo vasco -tarr (personal y por lo común adjetivo y gentilicio) ni hay ahí base sólida para las sílabas iniciales2, pero sobre todo es descabellada la idea de buscar en vasco el punto de partida para una arma nunca empleada por españoles, y más propia de turcos e iranios que de africanos. En cuanto al árabe, la absoluta discrepancia de las equivalencias que registran PAlc., Boqtor, Corrientes, etc. (Ʌusâm, saif, muɅaddab, guarguia, maȟô(r)t) nos disuade de buscar más por este camino.
La 2.ª y 3.ª son vías que, en parte, pueden coincidir o sumarse, y que nos obligan a indagar más de cerca el origen del persa šamšîr. Se ha dicho que es un compuesto de la palabra persa que significa ‘león’ (šer o šîr) con otra que valdría ‘garra’ (‘garra de león’ > ‘cimitarra’), pero al menos esto último es erróneo, pues ‘garra’ no es šam sino Ƈank o zang en persa, zaȧga en avéstico (vid. ZANCA); por lo demás tampoco hay nada en el pasado o en la parentela de šêr ‘león’ que nos acerque a -tarra de nuestro vocablo3.
La pista razonable nos la ofrece el nombre de la espada en curdo, que es šîr (o, dialectalmente, šûr, šyūr)4. De todos modos lo poco que se entrevé del pasado de šîr ‘espada’ no nos conduce hacia -tarra. Y en cuanto al primer miembro de šāmšîr, descartado Ƈank, es más natural pensar en la palabra indoirania representada por el scr. çámyaɅ ‘bastón’, pali sammā- fem. ‘clavija de yugo’ y su grupo, que si no me engaño está bien representada en las varias lenguas de la rama irania: avést. səmī ‘parte del yugo’, de donde se tomó el arm. sami-k’ ‘varitas del yugo’5; a ello agrego que además deben de venir de ahí el pelví (ujun)-sam, que traduce dicha palabra avéstica, el persa mod. sīm íd., el afgano šam ‘candela’, y el osetino sæmæn ‘eje’ ‘pernio’ (con compuestos como sæmænlasæn ‘resortes de madera en una carreta’ de lasæn ‘tabla, palanca’).
Esta antigüedad de sam- o šam- en las lenguas iranias para vocablos que designan algo comparable con una vara, anima a pensar que šamšîr y σαμψƲρα pueden salir de la combinación de esto con šîr ‘espada’, sólo conservado por el curdo6. Pero en cuanto a una base razonable para -tarr de cimitarra, nada se aclara por ahora. Lo que no puede descartarse del todo es que ahí tengamos otro vocablo que šir ‘espada’, sea que se trate de un cruce de vocablos o bien de un compuesto diferente, formado también con sam- (šäm-) y otra palabra, en algún dialecto iranio, y trasmitido a Occidente por conducto de alguna habla turca o arábiga. Y en efecto algo de esto parece entreverse, pues hay un nombre de la espada, bastante extendido, que satisfaría nuestras exigencias: aunque tardío y poco frecuente, existe un scr. tara-vāriɅ o tara-vālikā que designaba una espada de un solo filo (como lo son el sable y la cimitarra), voz conservada en índico moderno por el hindi tarwār (talw-), en dialectos del Nepal terbel, en ciertas lenguas munda tarwa?e, tərwōƇ; las últimas indagaciones de Kuiper, Morgenstierne, Turner y Mayrhofer (Et. Wb. I, 482) inducen a creer que el primer elemento de este compuesto no pertenece al elemento indoeuropeo del índico, pero que es muy antiguo en el Sudoeste asiático, dada su amplia difusión: dravídico ta??ī ‘espada’, munda torai, afgano tūra, armenio t’ur, todos ellos ‘espada’; y, como se ve, con los últimos llegamos ya al Irán y Asia Menor. El último paso sería la hipótesis de que en algunas hablas neoiranias, con esto y šām, unidos por el típico izafet del persa, se hubiese formado un compuesto diferente šām-i tarr literalmente ‘espada de vara’, ‘espada en forma de vara (curva)’.
A la vista está lo atrevido e hipotético de esta especulación, que sólo en calidad de tal quiero presentarla. Lo único que en firme podemos aventurar por ahora, es que aun siendo falsa la etimología šāmšîr tradicional, contenga sin embargo algún grano de verdad, a base de esta u otra combinación o cruces paralelos. Vuelva, pues, la cuestión a manos de los iranistas y turcólogos, únicos que podrán ponernos, con el hallazgo de nuevos datos, en un terreno más firme.
1 Liddell-Scott, Gr.-Engl. Dict.; Onions, Oxford Dict. of Engl. Etymology. Otros han creído que se trataba de un cetro adornado con una figura del sol, tal vez acordándose del semít. (ár., etc.) šams ‘sol’.― ↩
2 Por más que exista zimitz, -intx, en el dialecto vizcaíno como nombre de un fleje o de varitas para hacer cestos, y aun con derivado zimitzari, más o menos sinónimo (y con variante secundaria zimiztari), éste sólo registrado localmente, en el valle del Baztán. Por lo demás ya se ve que todo esto tampoco satisfaría ni en lo fonético, dada la sibilante -tz, ni por el sentido.― ↩
3 La etimología de šêr está envuelta en tinieblas, aunque las formas de sus parientes,
el pártico šarg y el juaresmí sarγ facilitan algún vago enlace con el scr. siྔhaɅ ‘león’, armenio inj ‘leopardo’. Todo ello, de origen oscuro, y acaso haya alguna relación con el osetino æིsar ‘valentía’ (por lo demás de æིsar habrá formado el osetino la palabra que ahí significa ‘sable’, æིsargard con una terminación -gard o -garz que vale ‘instrumento’). De todos modos nada hay en todo esto que nos aproxime a -tarra.― ↩
4 Como indicaron Justi y Socin, Grundr. d. Iran. Phil., Ib, 269. Bartholomae, Sitzber. Heidelberg, 1918, 15, se muestra escéptico. Ignoro si con šîr ‘espada’ se puede enlazar el citado oset. æིsar ‘valentía’, con su compuesto æིsargard ‘sable’. En virtud de las leyes fonéticas averiguadas por Benveniste (Études sur la langue ossète, 1959, p. 37), el osetino Æིsært(æg), nombre de un héroe legendario, corresponde al avéstico xšaθra-ka-, luego parece que æིsar corresponde el avést. xšaθra-, scr. kɊatrá- ‘imperium’, persa ant. hšašam ‘señorío’, persa mod. šahr ‘ciudad’ y scr. kɊatríyaྔ ‘poder del soberano’, avést. ིšaθrya- ‘poderoso’, khotanés kɊīra- ‘tierra, país’ (Bartholomae, Airan. Wb. 546; Mayrhofer, Et. Wb. I, 284-5). Es posible que šîr ‘espada’ y aun šêr ‘león’ enlacen con la idea de ‘poder heroico’.― ↩
5 Mayrhofer, K. Etym. Wb. d. Aind. III, 302; Bartholomae, Altiran. Wb. 1302, cf. 1581.― ↩
6 ¿O se trataría de un compuesto híbrido con el semít. šams ‘sol’, de comprobarse lo conjeturado para el vocablo de Josefo? ↩