CIBIACA ‘parihuelas, andas’, arag., sale por cambio de sufijo de un arag. ant. *civiara, del mismo origen incierto que el cat. xevira, civera, gasc. sebiero, oc. civiera, fr. civière, a. engad. tschiviergia, toscano civea, civera íd., probablemente prerromano.
Las varias formas romances postulan una base común en
-ĔRէA, no
-ARIA, según indiqué ya en el
Vocab.
Aran. (s. v.
siwera), lo cual se opone categóricamente al étimo
CIUBARIA ‘alimenticia’, ya poco verosímil desde el punto de vista semántico, que últimamente han tratado de rehabilitar Wartburg y Bertoldi (
FEW II, 661
a-662
b). Aplazo la discusión de esta etimología y de la gálica propuesta por Hubschmied (y con razón rechazada por Pokorny,
VRom. X, 254) hasta mi
DECat. J. Hubschmid hijo (
Alpenwörter roman.
u.
vorroman.
Ursprungs) quiere volver a
CIBARIA, a base de admitir una complicada combinación de préstamos del francés a los demás romances; Alessio propone un «mediterráneo»
*CIBER (pero no olvidemos que el vocablo es también autóctono en el Norte de Francia); comp. J. Hubschmid,
Archivio per l’Alto Adige XLIX, 405. Lo probable es que se trate de una etimología prerromana europea (aunque diferente de la de J. U. Hubschmid padre). Nótese que los arag.
acibiella,
cebilla, resultan de una ultracorrección de la tendencia sobrarbeña a cambiar
-LL- en -
r- (como en
paniquella variante de
paniquera,
paniquesa,
BDC XXIII, 301). En cuanto a
paniquella ‘comadreja’, en mi artículo de 1935 admitía yo todavía brevemente la etimología tradicional del famoso nombre pirenaico de la comadreja. Desde luego, hace ya muchos años que la he desechado y me propongo hacerlo razonadamente en mi
DECat. y sugerir allí una etimología nueva: las formas aragonesa, catalana y gascona coinciden en efecto en una base fonética
*PANէCQUĔLLA, de donde Bielsa, Gistaín y Benasque
paniquiecha, ribag. y pall.
paniquella, aran. y gasc.
panquèra,
-ero. La coincidencia entre estas varias formas en postular concordantemente, si bien con arreglo a la fonética histórica de cada dialecto, una base
*PANIUCQUELLA , es demasiado perfecta para que podamos admitir que el
paniquesa de algunas hablas aragonesas menos conservadoras sea algo más que una alteración de
paniquiecha; alteración que ha dado lugar, por etimología popular, al cantarcillo local del pan y el queso y a la traducción consiguiente de este compuesto a algunas formas locales de vasco. Provisionalmente me limito a observar que el diminutivo castellano
pequeñilla corresponde a una base
*PECQUINN-ELLA, de la cual aquél tiene aire de ser una simple metátesis. Las formas aragonesas, que incluyen Somontano
acibiella, Aineto
cebilla (
ZRPh. LV, 595), no son, en efecto, más que avanzadas de una palabra catalana y galorrománica, esencialmente ajena al español. Atiéndase a que en el Alto Aragón las formas con
-s- no tienen valor alguno como indicio de
queso CASEUM. P
OI lo visto esos eruditos ignoran que en la antigua fonética alto-aragonesa y ribagorzana -
s- (< -
z- sonora en catalán de Ribagorza) era el resultado fonético local de la evolución de
-LL- latina.