CIBELINA, ‘variedad de marta’, del fr. zibeline, fr. ant. sebelin, que vino de una lengua asiática por conducto del ruso sóbolĭ y el alem. zobel íd.

1.ª doc.: cenbellin, S. XIII (Castro, RFE VIII, 333); cebelina y cebellina, h. 1460 (DHist., s. v.), y en varios textos de los SS. XVI-XVIII; cibelina falta aún Acad. 1884.

La historia del vocablo no está bien averiguada. La trasmisión se hizo parcialmente por vía mediterránea y por conducto del italiano, según indican los testimonios de Huerta y del Viaje a Turquía (DHist.), pero las formas del S. XIII proceden del francés o del oc. cembelin, donde el vocablo se cruzó con cembel ‘señuelo’. El alem. zobel ya se documenta en el S. XI. Kluge, Gamillscheg, s. v. Otra variante fr. es sable, de donde por comparación nuestro heráldico sable [Acad. ya 1817].

Según Pokorny IEW 578.28 el eslavo sobolĭ es préstamo del indoiranio: scr. çárvara-, çábala-, karbará- ‘de piel manchada o remendada’ ‘abigarrado’, que sería hermano del griego κέρβερος; la dificultad está en que el eslavo habría debido tomarlo del iranio, donde no parece estar documentado el vocablo según los datos de Pok.; me pregunto si Saurva- nombre de un demonio en el Avesta (Bartholomae Air. Wb. 1568), y el teónimo scr. Çarvá-, no pertenecen al mismo tipo léxico, puesto que el scr. Çárvarī es un animal sagrado de los semidioses Maruts y junto al adjetivo çárvara- ~ karbará- existe también una variante karbu- (Pok.); lo cual vendría a cubrir la laguna irania.