CHUMBO, higo ~, higuera chumba, origen incierto, parece ser voz oriunda de las Antillas y originada modernamente.

1.ª doc.: 1836, Pichardo (1875).

La Acad. lo admite ya en 1884 (no en 1843), sin darle calificación regional. En España no es voz de uso general. Recuerdo que en Cataluña no era voz conocida por los años de 1915 y que poco después se extendió en el uso local del castellano; no me consta que tenga más antigüedad en el País Valenciano, aunque es cierto que allí se oye hablando en el catalán local en muchos sitios (en la Ribera Alta, etc., donde desde luego es sólo el nombre del fruto, llamándose palera la planta). En la Arg. y Chile es totalmente desusada, y lo mismo creo de la mayor parte de América del Sur.

Es conocida en cambio en Cuba, al parecer también en Puerto Rico1, y de allí es posible que pasara a Méjico, en cuya capital, según Ramos Duarte, la emplean «algunos». Macías en su diccionario cubano de 1885 da estas indicaciones que pueden ser útiles: «chumbo es vocablo que sólo se emplea para calificar a una mala especie de higos... Pues bien, a la fruta que primero se dijo higo de chumbo o higo chumbo fué a la de la tuna colorada, asaz jugosa; pero con el tiempo el nombre específico se hizo genérico, aplicándose más adelante a la tuna blanca y amarilla, no obstante de ser tan carnosa su fruta». Lo de que la tuna colorada es muy jugosa lo pone en duda Ramos Duarte haciendo notar que Macías se funda para ello en su absurda etimología gr. ζωμóς ‘jugo’, que no hace falta refutar.

Por su parte Ramos Duarte piensa en otro origen: en el port. chumbo ‘plomo’, representante regular del lat. PLUMBUS en este idioma. Esto ya no es una idea descabellada. Podría defenderse semánticamente en la forma que sugiere Ramos Duarte, como alusiva a la corteza de la tuna blanca, de color aplomado, aunque esto contradiría el informe de Macías, más cercano a la aparición de la palabra, de que primero se aplicó a la tuna colorada. También se podría pensar en una cuestión de peso, o más bien hacer referencia al per. chumo ‘soso, insípido, desabrido’ (B. Murrieta, citado por Malaret, Supl.), que podría venir de la idea de ‘pesado, sin gracia’, pero haría falta examinar si esta palabra puramente peruana no es de procedencia indígena. Es indudable que en la Arg. y el Uruguay el port. chumbo ‘plomo’, ‘bala’, ha sido voz prolífica, pues no sólo se emplea allí en el sentido de ‘bala, tiro’ (Tiscornia, M. Fierro coment., Vocab., s. v.; M. L. Wagner, RFE XX, 177) y chumbiado ‘herido de bala’ es uruguayo (F. Silva Valdés, La Prensa de B. A., 22-IX-1940), sino que chumbar y chumar significan ‘azuzar (al perro)’: el primero está documentado por Tiscornia, op. cit., 405 (también Draghi, Fuente Amer., p. LX) y el segundo es allí de uso común (Payró, Pago Chico, ed. Losada, pp. 249, 255; Alberto Córdoba, La Prensa, 29-VI-1941, etc.); además chumarse es ‘emborracharse’ en el Interior del país (Justo P. Sáenz, La Prensa, 12-X-1941; y otros), propiamente ‘quedar herido’, comp. el gallego del Limia chumbo o achumbado ‘borracho’ (Schneider, VKR, glos., s. v.). Sin embargo, todo esto no prueba mucho para las Antillas, pues es sabido que en el Río de la Plata abundan mucho los brasileñismos puramente locales, y no sé que en portugués se haya empleado jamás chumbo con aplicación al higo del nopal2.

Posiblemente habría que fijarse en la forma higo de Chumbo citada por Macías, que bien puede ser la originaria, en vista de la debilidad fonética de esta preposición cuando va entre vocales. Ahora bien, Chumbo en Cuba (Pichardo, Mz. Moles), en el Yucatán (R. Duarte) y quizá en otras partes de América, es alteración familiar del nombre de Jerónimo (Chombo en Navarra, Méjico, Colombia y Perú: Cuervo, Obr. Inéd., 159). Sospecho que higo de Chumbo tenga un origen meramente anecdótico para designar una especie determinada de higo chumbo relacionada con un personaje de este nombre.

La etimología que propone J. Vázquez Ruiz, RFE XLI, 410-7, para chumbo es desde luego mala. Sus aspectos inaceptables o inverosímiles son muchos: 1.° Que la del ár. Ɋubbarâ se pudiera cambiar en ch- es algo que debe negarse casi sin reservas (preferir la «autoridad» de Eguílaz a la de Steiger es casi como dar la preferencia a Ménage contra Diez): no hay de ello ejemplo alguno, al menos con carácter espontánea 2.° Ɋubbarâ era nombre de la zábila y no del nopal o higuera chumba: son plantas bien diferentes. 3.° La única forma que consta como usada en el árabe magrebí es Ɋabbara y no Ɋubbara; sólo aquélla ha dejado descendencia hispánica y sólo aquélla consta en fuentes fidedignas desde este punto de vista. 4.° Serían anómalos tanto el paso de bb a mb como el cambio de a en e (el Sr. Vázquez al hablar de imela revela extraña ignorancia de este fenómeno, que ni actúa en contacto con una r ni se refiere para nada a una a breve). 5.° Chumbo tendría que ser derivado retrógrado de chumbera, lo cual siempre es hecho extraordinario, y en un caso así, siendo chumbera nombre meramente local, mucho menos extendido que chumbo o higuera de chumbo, aumenta la inverosimilitud. 6.° Una etimología afro-asiática para nombrar una planta estrictamente oriunda de América sólo puede defenderse si hay algún indicio de que el nombre existió en el Viejo Mundo antes del S. XVI o tiene en éste otros significados que el de la planta americana.

DERIV.

Enchumbar cub. «empapar: se dice especialmente de ciertos comestibles cuando han sido excesivamente remojados al cocinarse» (F. Ortiz, Catauro, 109).

1 No la registra Malaret en su Vocab. de Puerto Rico, siguiendo su criterio y el de casi todos los lexicógrafos hispanoamericanos, de no registrar las voces que la Acad. admite como de uso común. Pero del hecho de que en su Dicc. de Americanismos registre chumbera como voz «americana» se deduce que debe de ser conocida en la isla.―

2 El vocablo chumino, chumina o chomino ‘órgano genital femenino’, que pertenece al uso común castellano, recuerda indudablemente el caso de higo, que en este mismo sentido es voz común a varios romances (cat. figa, it. fico, etc.). Pero sería extraño que en España se hubiera partido precisamente para ello del higo chumbo, poco conocido en la mayor parte del país. Tratándose de un vocablo jergal y popular, el origen puede ser meramente expresivo, y aludir a la idea de blandura por medio de la consonante ch- (comp. chocho).