CHISGARABÍS, ‘zascandil, mequetrefe’, voz de creación expresiva, según la fórmula rimada chis - g... bis, que sugiere una persona movediza, que va y vuelve sin cesar.

1.ª doc.: Quevedo († 1645), Visita de los Chistes, Rivad. XXIII 342a (la nota de la ed. Fdz. Guerra, según la cual vendría del ár. zogayarit ‘pequeñuelo’ no tiene defensa); 1627, Correas (en Gili); Cej. VIII, § 5; chizgarabiz, 1601, Rosal.

Existe también en portugués chisgaravís (o escrito con x-), que ya figura en Bluteau (1712); vid. otros ejemplos citados por Silva Correia, RL XXX, 111-2. Este autor, siguiendo una sugestión de JoƟo Ribeiro (1909), piensa en xis, empleado en el idioma vecino como nombre de la letra x, que en este caso indicaría un personaje desconocido, a la manera de la incógnita matemática, y el resto sería una adaptación rimada del antiguo garavim «coifa ou toucado rico de retrós com lavores de fio de ouro»; pero la aplicación semántica de este último vocablo no es convincente, y no hay razón para creer que en castellano sea voz de procedencia portuguesa; el mismo autor estuvo mejor inspirado al comparar con otras expresiones rimadas de creación expresiva, como la port. trós-cataprós, cf. val. xarxauet ‘chisgarabís’ (Sanelo, Escrig, M. Gadea). La idea de Schuchardt (ZRPh. V, 264) de derivar del gitano chiscar ‘escupir’ (comp. artículo siguiente) tampoco estuvo bien inspirada, entre otras razones, porque en tiempo de Quevedo la influencia lingüística de los gitanos en España era todavía nula. Se trata sencillamente de una de tantas fórmulas rimadas con variación de la consonante inicial, como las que estudió Morawski en la RFE. La repetición del sonido vocálico, combinada con la variación en la consonante, expresa el movimiento reiterado en varias direcciones, y la mayor longitud del segundo elemento (obtenida, como es costumbre, prolongando el vocablo por medio de la consonante intervocálica -r-) sirve para sugerir lo irregular y caprichoso de la acción.