CHINGAR, voz de origen jergal, cuyo significado primitivo parece haber sido ‘pelear, reprender’, de donde ‘fastidiar, estropear’, probablemente del gitano Ƈingarár ‘pelear’, de origen índico; pero no todas las palabras castellanas en ching- derivan de este verbo, pues en América se mezclaron con ellas algunos radicales aborígenes.
1.ª doc.: 1867, Cuervo, Ap.7, § 990 (1907); Disq. 1950, 569; datos y variantes Cej. VIII, pp. 163-4.
Claro está que todas estas acs. están íntima e inseparablemente enlazadas, y que desde ‘fastidiar, estropear’ es fácil llegar hasta ‘emborrachar’, usual en el indo-portugués de Goa (Dalgado, RL VI, 79), y registrado como castellano por los diccionarios de Zerolo y Vélez de Aragón, mientras la Acad. define chingar como ‘beber con frecuencia vinos y licores’. Por otra parte, si recordamos los muchos significados ampliamente peyorativos que han tomado el fr. foutre, cat. fotre, cast. joder, fácilmente reconoceremos que el origen de todas estas varias acs. puede hallarse en la de ‘fornicar’, que tiene chingar en el caló español (Salillas, 221, 319; Besses) y que es usual y callejera en el habla de Méjico (a ella alude R. Duarte, s. v. chingado). En vista de esta latitud y enlace semánticos, y en vista de la amplísima difusión geográfica a todos los países de lengua española y portuguesa, está claro que debemos renunciar a la etimología propuesta por Lenz, Dicc. 300, y por Román: quich. Ƈínkaଖ ‘perder, extraviar’, ‘perderse, extraviarse, desaparecer’.
Que puede tratarse de una voz de origen gitano lo indica ya el que Quindalé, en su diccionario de este lenguaje, registre chinga y chingarí ‘disputa, riña, reprensión’ (desde donde sería fácil pasar a la ac. portuguesa ‘insultar’, y de ahí se podría ir sucesivamente a ‘provocar’, ‘fastidiar’, ‘estropear’ ‘hacer fracasar’ y, por otra parte, ‘deshonrar a una mujer’, ‘cohabitar’), y el que Borrow en el suyo dé chingarar ‘pelear, reñir’ y chingaripén ‘guerra, combate’; de todos modos, y como el parentesco que este último sugiere con el scr. saȧgara y con el persa Ǥ-n-k no es evidente, quedaría la posibilidad de que estas voces gitanas fuesen hispanismos y nada se podrá afirmar mientras no se demuestre la existencia del vocablo en los dialectos zingáricos del extranjero. En el caso de que la ac. ‘fornicar’ fuese la primitiva, puede pensarse también en un origen onomatopéyico, comp. el cat. popular fer zing-zing, en él mismo sentido.
Pero el examen del diccionario comparado de los dialectos gitanos que debemos a Miklosich (Denkschr. d. Wiener Akad. XXVI, 192) resuelve la cuestión. Realmente la raíz Ƈinger-, con leves variantes, es común a las hablas zíngaras de toda Europa, con el sentido de ‘pelear’ en las de España, Inglaterra, Alemania, Polonia, y con el más etimológico de ‘cortar, agujerear, rajar, desgarrar’ en las de Grecia, Rumania, Rusia, Hungría, etc.: se trata de un compuesto de Ƈinár ‘cortar’ con kerár ‘hacer’, ambos de origen índico; comp. la variante española Ƈinkarelár ‘pelear’.
Por otra parte, es seguro que algunas de las voces que contienen el radical ching- son de procedencia americana aborigen. Chingana ‘taberna de gente baja, especie de burdel’, en el Ecuador (Tobar; Ceballos; Lemos, Rev. del Colegio Rocafuerte XIV, p. 33), Perú, Chile, Bolivia y el Oeste argentino (Rog. Díaz, s. v.; Draghi, Canc., p. CXXII; Lafone, s. v.), ‘fiesta de gente ordinaria con baile y música’ en la Arg. (Garzón) y en Chile (Lenz), a pesar de su relación aparente con chingar ‘emborrachar’ o ‘fornicar’, viene sin duda alguna del quich. Ƈinkána ‘sitio donde es fácil extraviarse’, ‘escondrijo, escondite’, ‘laberinto, dédalo, grandes galerías subterráneas trabajadas por los incas’ (comp. chingana ‘pozo’ en Bolivia: C. Bayo), puesto que según el testimonio coincidente y coetáneo de Alcedo (1789) y de los Padres Calancha y Rafael Sanz, se llamaban chinganas en la época colonial las grandes cavernas de Quispicanchi donde tuvieron su palacio los Incas (vid. Román), y puesto que Ƈinkána deriva regularmente del citado quich. Ƈínkaଖ ‘perderse, desaparecer’, con el sufijo instrumental incaico -na; claro está, sin embargo, que la evolución semántica de chingana desde ‘escondrijo’, ‘tabuco’, a ‘taberna’, y ‘diversión’ fué determinada por el influjo del verbo no americano chingar.
También tenemos derecho a sospechar que venga del quichua la voz boliviana chinga, expresiva de la idea de haberse perdido o desaparecido algo: «busqué mi caballo y chinga», «el ganado dejó el chaco chinga» (C. Bayo); pero el adjetivo chingo ‘en cueros’ («me quedé chingo»), empleado en el mismo país, ya nos lleva hacia el centroamericano chingo, que en Costa Rica significa ‘corto de vestidos’, ‘romo, mocho (cuchillo)’, ‘rabón’, ‘desnudo, en paños menores’ (Gagini), ‘rabón’, ‘corto en vestidos’ en Honduras (Membreño), ‘chato, romo, sin nariz’ en Venezuela, estar chingo por algo ‘desearlo con ansia’ (Calcaño), junto al cual existe en Costa Rica y el Salvador chingar ‘cortar la cola’; Fz. Ferraz, citado por Lenz, deriva del náhuatl tzinco ‘desnudo’, pero el hecho es que tal vocablo no figura en el diccionario azteca de Molina (sólo tzincui ‘despicar el maíz’)2; como chingo ‘corto’ es también cubano y chinco significa lo mismo en Galicia, según Gagini, y como chinga es ‘pedacito’ en Cuba y Venezuela, ‘colilla’ en Costa Rica, chingo ‘trago de líquido’ en la Beira (Fig.), quizá se trate de un derivado de chingar en el sentido de ‘estropear, hacer fracasar’, tanto más cuanto que en Andalucía se dice chingo, chindo o chíndigo para «el ojo estropeado, remellado o tierno»; o bien será palabra de creación expresiva, pero no india.
Finalmente el origen araucano de otras palabras en ching- es seguro: rioplat. chingolo, chil. chincol, ‘especie de gorrión’ (vid. Lenz, s. v.); chil. chingue, arg. chiñe, ‘mofeta, zorrino’ (ibid.).
DERIV.
Para derivados reales y aparentes, véase el cuerpo del artículo.
1 Comp. providencia chingada ‘imperfecta, estropeada, fracasada’ en el argentino Payró, Pago Chico, ed. Losada, p. 39.― ↩
2 Robelo no recoge tal aztequismo, y Gagini, más fidedigno que Ferraz, dice que tzinco es un sufijo y no una palabra en náhuatl. ↩