CHAMARILERO, ‘persona que se dedica a comprar y vender trastos viejos’, derivado del antiguo chambariles ‘instrumentos de zapatero’, primitivamente chambaril ‘palo que se adaptaba a la pierna’, ‘pierna de un animal’, derivado del port. ant. chamba ‘pierna’, que es alteración del fr. jambe íd.; el vocablo parece haber sufrido, por otra parte, el influjo de chambar (chamar) ‘trocar’, que resulta probablemente de un cruce del port. antic. cambar ‘cambiar’ con el fr. changer íd.

1.ª doc.: chamarillero ‘jugador habilidoso’ [?], Aut.; chamarilero, ac. moderna, Terr.

La definición de Aut. no está confirmada en otras fuentes, y no es imposible que resulte de una confusión1; en cuanto a la variante chamarillero, pero con el significado actual, aparece en Antonio Flores (1821-66), según Pagés. Como en Salamanca se dice chambarilero por ‘chamarilero, traficante, cambalachero’ (Lamano) se impone derivar del antiguo chambariles. Esta palabra figura en la Cetrería de Evangelista (S. XV) y en la Profecía del mismo autor, como nombre de unos instrumentos de zapatero o borceguinero: «sallirán los çapateros con sus chambariles2 e hormas», «caparaçones y albornozes y borseguis, y aun al borziguilero con sus formas y chanbariles se llevará por pluma syno se pone a buen recabdo» (ZRPh. I, 245, lin. 11; 231, lin. 12). Reaparece en la Comedia Armelina de Lope de Rueda (ed. Acad. I, 124), citado con otros nombres de útiles de zapatero: contraortes (= contrafuertes), guarniciones, hormas, boix, tijeras, trinchete, vira, alezna3; caranbiles íd. en la 2.ª mitad del S. XVI (Gillet, HispR XXVI, 274). Estos enseres aparecen como objetos raros e inservibles al que no es del oficio, por lo tanto, no es extraño que aparecieran al hombre común como característicos del tráfico del chamarilero, dedicado a comprar, almacenar y revender toda clase de objetos especiales; es concebible también que vulgarmente se tomara el plural chamariles como nombre global de todos los enseres del zapatero y de otros oficios por el estilo. Pero no fué ésta la única ac. que tuvo la palabra. En la Comedia Radiana de Agustín Ortiz (1533-5), se trata evidentemente de algo comestible: dos pastores que están merendando y jugándose al mismo tiempo los manjares que componen la merienda, proponen sucesivamente como prenda del juego las cuajadas, las rebanadas de pan y los chanbariles (Mod. Philol. VII, 538, v. 809, comp. versos 814, 816, 826); el editor, R. E. House, observa que en un pasaje relacionado de la Propaladia de Naharro se habla de pan, queso, y tasajos, y cita el diccionario portugués-inglés de H. Michaëlis, donde chambaril está definido como ‘pierna del tocino’ («gammon of bacon»). Y, en efecto, en Salamanca, chamaril es ‘zancajo’ y también ‘pingajo’, ‘despojo de un animal’ y ‘esqueleto del mismo’; Torres Villarroel empleó la variante chambariles refiriéndose a las piernas de una persona exánime que cuelgan del espinazo del que la lleva. De aquí el port. chambaril «pau curvo que se enfia nos jarretes do porco, para êste se pendurar e ser aberto» (Fig.)4, ast. occid. íd. ‘palo fuerte que se clava a los cerdos por debajo de los tendones de las patas traseras para colgarlos cabeza abajo y abrirlos mejor’ (Acevedo-F.), chamberil íd. en el Bierzo (G. Rey). También significa en portugués ‘mano de vaca o de buey’ (ac. que Vieira documenta en Fr. SimƟo, Oração Académica), y en Tras os Montes ‘hueso con poca carne’ (RL XIII, 114). Claro está que esto deriva del port. ant. chamba ‘pierna, muslo’ (ej. del Canc. de Resende, h. 1500, en Vieira), y se comprende fácilmente que el derivado chambaril ‘palo adaptado a la pierna del cerdo’ (y después la pierna misma) se pudiera aplicar también a un utensilio que el zapatero empleara para hacer la pierna de los zapatos. De las formas ahí citadas deriva el almer. chamba(d)o ‘toldo para dar sombra a los labradores en el campo’. Lo mismo chamba5 que el port. chambão ‘hueso con poca carne’ (Vieira), ‘jamón’ en las Azores (Fig.), han de venir del fr. jambe y jambon, que significan lo mismo. La transcripción de la j- francesa por ch- resulta singular en portugués y más en el S. XV, pero no puede constituir nunca dificultad grave la transcripción aproximada de un fonema extranjero, y hay varias posibilidades de explicación particular en este caso6.

Por lo demás, aunque sean más modernos, es preciso citar una serie de vocablos de raíz homónima que significan ‘cambiar, trocar’. La Acad. (desde 1899) cita chamar «entre chamarileros y gente vulgar: cambiar» (con ej. de Antonio Flores en Pagés), chama ‘cambio (entre los mismos)’, gall. chambar ‘cambiar, trocar, permutar’, chambo ‘cambio, trueque’ (Vall.), cast. de Galicia chambón ‘chamarilero, el que negocia en cosas viejas; prendero; corredor de alhajas y antigüedades’ (BRAE XIV, 113), ast. íd. ‘el que cambia objetos y lo tiene como oficio’ (Rato), nav. chama «cambio, trueque, permuta», «trato, negocio» (Iribarren), es derivado regresivo de chambar o de chamarilero; rioj. chambo ‘cambio beneficioso’, RDTP IV, 280, mejic. chambo ‘cambio de granos y semillas por otros artículos’ (Acad.), chambiar ‘cambiar, feriar’ en Querétaro, chambio ‘vuelto de una moneda’ allí mismo (Malaret, Supl.). Cabe la posibilidad de que todo esto se haya extraído secundariamente del nombre del chamarilero o chambarilero, cuya actividad consiste en trocar, pero teniendo en cuenta el hecho de que cambalachear y cambalachero derivan realmente de cambio, y que así el origen de esta palabra como el de chalán y de baratar nos muestran la ya vieja conjunción de franceses y gallego-portugueses en esta clase de actividades, es probable que chambar resulte de una alteración del port. cambar por influjo del fr. changer, y que la evolución semántica de chamarilero ‘vendedor de enseres zapateriles’ hacia ‘vendedor y cambiador de trastos viejos’ fuese determinada por el influjo de este chambar híbrido luso-francés. V. además el artículo CHAMBA.

DERIV.

Chamarilear. Chamarillón ‘el que juega mal a los naipes’ [Aut.].

1 Si es auténtica ha de ser secundaria, por comparación de los chanchullos del tahur con los del chamarilero.―

2 El texto impreso por Paz y Melia trae en lugar de esta palabra echabarriles, en este pasaje, como anotó Pietsch al margen del ejemplar que utilizo. Pero el glosario (p. 246), que quizá no sea del editor, en vista de su extraña ortografía, trae chambariles. Luego aquella forma es variante manuscrita o quizá enmienda errónea del editor. En todo caso, en el otro pasaje, así el texto como el glosario de Paz y Melia traen chambariles, forma que reaparece asimismo en una versión, muy diferente, del otro manuscrito.―

3 Luego es impertinente la explicación de Moreno Villa (ed. Cl. C.), que le da el significado definido por Lamano.―

4 Moraes, seguido por Vieira, define «garrocho com que se abrem os porcos pendurados pelos pés».―

5 De ahí trasm. chambas «homem lorpa e desajeitado, labrego», es decir = zancajo, zancarrón.―

6 Quizá el vocablo entró por el castellano cuando todavía la j- era en francés y en castellano era Ȥ. O quizá operaba ya entonces la interferencia con changer y su familia, que indico a continuación.