CASTILLO, del lat. CASTĔLLUMfuerte, reducto’, diminutivo de CASTRUMcampamento fortificado’, ‘fortificación’.

1.ª doc.: castiello, 972, Oelschl.

La variante Castil-, Castel-, sólo se ha empleado como forma apocopada integrante de nombres de lugar (Castilsabás, etc.); castil aparece además como forma mozárabe empleada por los moros en el sentido de ‘villeta chica’, en la Gr. Conq. de Ultr. (DHist.); Castiel es nombre de lugar mozárabe1.

DERIV.

Castellano ‘señor o alcaide de un castillo’ [Cid]; la variante castellán, aplicada al de Amposta, viene del cat. castellà íd., de igual origen; aplicada, más raramente, a otros castillos, en textos medievales, es forma apocopada castellana que sólo se usa junto al nombre propio unido mediante la preposición de (V. DHist.); otra variante es el arag. ant. carlán, tomado del cat. castlà, carlà, forma sincopada del lat. CASTELLANUS. Castellana. Castellanía. Castellar [1192, Oelchl.; Berceo]. Castillado [Alex.]. Castillaje. Castillejo [castellejo, Alex.]. Castillero [castellero, Berceo]; castillería. Castillete. Castilluelo. Encastillar [encastellar, Nebr.]; encastillado, encastillador, encastillamiento.

1 Para acs., además del DHist. y demás léxicos castellanos, vid. FEW II, 470a, para el hispanismo francés castille ‘disputa’, ‘desacuerdo’ [1462]. El plur. neutro CASTELLA demostró gran vitalidad, dejando multitud de descendientes toponímicos en toda la Península, desde el Rosellón (La Castella, valle en el Canigó), hasta la zona mozárabe: Cacela, villa en el Algarbe (concejo de V. la Real), Cazalla en Andalucía (el Idrisí le llama qasƫ[a]lla, BrandƟo (S. XVI) Cazala. David Lopes, RHisp. IX, 40, cita cuatro poblaciones españolas llamadas qasƫalla por Almacarí, Abensaíd, Yaqut y Almokaddasí), Castalla entre Valencia y Alicante, junto con compuestos como Triacastela en Galicia y Tramacastiella en el Valle de Tena (INTER AMBA CASTELLA); y el nombre de la nación castellana. Hay que relegar simplemente al disparatario el artículo de Oliver Asín en Al-Andalús, 1973, con la extravagante tesis de una etimología arábiga de Castilla, bajo el pretexto de un Qastîliya tunecí, llevado allá, claro está, por los refugiados moriscos. V. el espléndido libro del P. Miguel de Epalza, W. Marçais y otros varios, publicado en Túnez, 1972, sobre la huella de los moriscos en la actual República de Túnez, refugiados en su mayoría allá cuando la expulsión de 1611, el cual incluye estudio y citas de las aportaciones toponímicas.