CARTAPACIO, de un compuesto o derivado de CARTA, pero la segunda parte del vocablo es de origen incierto.
1.ª doc.: Nebr. («cartapacio: albiolus»).
Es voz de historia oscura y muy necesitada de investigación. Existen muchas posibilidades etimológicas, todas sumamente dudosas. Du C. dió un ej. del b. lat. chartapacium en los Fueros de Aragón (no sé si en la compilación primitiva de 1247 o en la adiciones de los SS. XIII-XV), donde tratando de la paz se dice «in omnibus aliis casibus, chartapaciis et foris qui de hoc loquuntur»; de ahí dedujo Du C. que cartapacio era primitivamente un documento donde el soberano hacía una proclamación de paz―seguramente lo que en la Corona de Aragón se llamaba una constitución de paz y tregua―, y que el vocablo resultaba del lat. charta pacis ‘documento de paz’, por un cambio de terminación que no sería difícil en bajo latín. No es inconcebible que de ahí se viniera a designar un legajo de textos jurídicos de índole varia, y luego un legajo cualquiera o un cuaderno. Sin embargo nótese bien que esta evolución semántica es puramente hipotética, y sobre todo, que harían falta más testimonios para probar que chartapacium era primitivamente una constitución de paz. En el estado presente de nuestros conocimientos es mucho más verosímil que Du C., guiado por una preocupación etimológica, eligiera arbitrariamente un ej. donde por casualidad se trataba de legajos relativos a la paz, entre otros muchos, no menos antiguos, de contenido diverso. Por lo tanto, debe buscarse más ejs. en el bajo latín hispánico e italiano3.
Por otra parte, no es probable que deba separarse nuestra palabra del cast. cartapel ‘la escritura larga que junta pliego y no vuelve hoja, como los edictos que se fijan a las puertas de las iglesias, tribunales y lugares públicos’ [Covarr.; Valdivielso, 1612], port. cartapelinho (o cartapolinho)4, ‘cartapacio’, ‘papel escrito por escribano’, cat. cartapell [Jaume Marc, 1371], oc. cartipel5 [S. XV] ‘acta’, ‘título’, ‘boletín’, ‘etiqueta’, cartabel [S. XIII-XIV] ‘hoja volante’, ‘cartera’, ‘papel secante’, valón cartabèle, fr. cartable m. [1630], prov., langued. íd. ‘libro en blanco para escribir’, ‘cartera’, it. scartabello ‘libro o escritura de poco valor’. Spitzer, ZRPh. XLIII, 322-5, propuso derivar cartable de un *CHARTABŬLUM, cuyo sufijo expresaría la idea de receptáculo o legajo, como en ACETABŬLUM, mientras que cartabel y scartabello saldrían del diminutivo *CHARTABELLUM: el tratamiento culto de la -b- indicaría una formación monástica medieval. Pero como ya observa Wartburg (FEW II, 629b, n.° 15 y 16; 630b) es tan extraña entonces la alternancia -ULUM ~ -ELLUM, propia solamente del latín vulgar, que me parece mejor abandonar la idea, y volver a la etimología de Caix CHARTAE TABULA o CHARTAE TABELLA ‘cuaderno de papel’, donde TABULA o TABELLA son palabras latinas conocidas con el significado de ‘cuaderno de tabletas de cera para escribir’, ‘carta’, ‘boletín’; en cuanto a cartapel se debería a influjo de oc. pel, cat. pell ‘piel’, en el sentido de ‘pergamino’, y la variante cartipel podría explicarse por duplicados del tipo de VERTIBELLUM ~ oc. bartabèu. ¿Sería entonces cartapacio una especie de aumentativo sacado de cartapel (cuya terminación -el se percibiría como diminutiva) para indicar un cartapel grande? No es imposible, pero tampoco es muy verosímil.
O ¿quizá debamos partir, como sugería el Brocense, del lat. chartophylacium, gr. χαρτοưυλάκιον (Du C.) ‘archivo’, ‘guarda-documentos’?6 Esto es más difícil, pues no se ve explicación para la reducción de *cartap(h)ilacio a cartapacio (el caso de it. fisomia, cat. fesomia, se explica por haplología de fisonomía); y aunque es cierto que la alternancia p ~ f en cartapacio ~ scartafaccio podría explicarse por un tratamiento culto de la ph (como en cast. gazapatón o gazapo junto al cat. gasafató < κακέμưατον), y sería concebible que un vulgarismo *cartaplacio > *cartapracio perdiera la segunda r por disimilación, tales expedientes extraordinarios son inaceptables cuando se trata de formas comunes romances7.
DERIV.
Cartapela salm. ‘escritura de propiedad’, V. cartapel, arriba.
1 PAlc. define con la palabra árabe kurrâsa ‘cuaderno de hojas’.― ↩
2 En Sicilia carthapaczu, S. XVI, Battisti-A.― ↩
3 Nada de eso en los glosarios forales aragoneses de Tilander y Gorosch.― ↩
4 En vista de las demás formas romances no es posible (como quiere C. Michaëlis, RL III, 138; KJRPh. IV, i, 312, 342, 344) derivar esta forma, que ya figura en la Prática de Tres Pastores, de portacollo, alteración de protocollo, empleada por las Ordenações Afonsinas; aunque es posible que el influjo de proto-, portacollo, sea el causante de la -o- de cartapolinho. De ahí, con influjo de FOLIUM, vienen el gall. cartafol y el ast. cartafueyes ‘cartapacio’ (Rato).― ↩
5 Comp. la í del cat. cartipàs.― ↩
6 Entonces, de *cartapelatz, *cartabelatz, *cartablás, tomados por aumentativos, se habrían sacado los seudo-primitivos cartapel, cartabel, cartable.― ↩
7 Sin vacilar puede rechazarse la etimología que da la Acad. para cartapel: carta + papel; pues en los demás romances esta palabra es papier, paper, etc.; también la de Cej. (La Lengua de Cervantes, s. v.) para cartapacio: carta + tapar + -acio, formación imposible en romance. ↩