CARPE, ‘árbol parecido al abedul’, tomado de oc. carpe y éste del lat. CARPէNUS íd.
El cual define «
carpe: árbol e madera peregrina; carpinus», y según indica Jordana el carpe sólo existe silvestre en la Europa central y oriental, y en España como árbol cultivado en Aranjuez y otros sitios reales de Castilla (
DHist.); la Acad. equivoca la definición al equipararlo con un arbusto, el ojaranzo (vid., además, Toro,
BRAE X, 541-2); por lo demás no tengo otra documentación que en el navarro Arbolanche (a. 1566), en una larga enumeración de árboles, en su mayor parte exóticos o de fuente latina (127
r15). Por lo tanto, es superfluo buscar, con Baist (
GGr. I, § 30) una explicación de la irregularidad fonética en el tratamiento de
CARPէNUS, admitiendo un lat. vg.
*CARPIS. Lo mismo la forma castellana que el port.
carpa saldrán de oc.
carpe,
caupre1. El cast. ant.
carmo (APal. 63
b) más que forma indígena será tomada del pic. ant.
carme, norm.
querme (
FEW II, 406).
Cárpino en dos autores de los SS. XVI y XVII es latinismo crudo. Nada tiene que ver con eso el nombre propio
Carpio, que significa ‘cerro’ en Salamanca (M. P.,
Oríg., 433), con el cual comp. el ast.
caspiu ‘peñasco saliente’ (¿comp.
CASPA?). Ni el gall.
carpaza,
-azo, ‘especie de cisto’ (Vall.), ni el santand.
carpancho ‘cesto’ (y vasco
karpan) tienen nada que ver con
carpe por el sentido ni por el origen, pese a
GdDD 1483
a, 1486. Fonéticamente
carpe no puede salir del imaginario
*CARPUS postulado innecesariamente por este erudito;
casse, del cual deduce
GdDD 1512 otro imposible
*CASSUS, no es ribagorzano, como él dice (no está en Ferraz), sino aranés, donde es la continuación normal de
CASSହNUS: si existiera en alguna parte de Aragón sería evidente préstamo del gascón; no menos imaginarios son
*FRAXUS (2196) y
*ALOXUM (453): las formas aragonesas y castellanas que G. de Diego pone bajo estos epígrafes son préstamos del cat. u oc. (cat.
alosa,
freixe y aran,
her?šu, que corresponden normalmente a
-էNUM); sólo la variante local cat.
freix parecería corresponder a un
*FRAXUS, en vista de que tal forma está quizá confirmada por ciertas variantes dialectales italianas, pero aun ahí, teniendo en cuenta que ninguna de estas variantes se documenta antiguamente, lo más probable es que se trate de alteraciones modernas, de alcance meramente local.