CARCAJADA, onomatopeya.

1.ª doc.: 1438, Corbacho; Nebr.

La misma onomatopeya tiene vigencia en Portugal (gargalhada ‘carcajada’, gargalhar ‘soltar carcajadas’; Algarbe carcalhada), y Galicia (gargall ~, Castelao 177); en vasco (karkaila, ronc., b. nav., karkara bazt., karkabilotx, karkaza, karkila, ‘carcajada’, irri-carkara ‘risotada’ bazt., Aldudes, Senpere (lab.) ) y en bearnés (gargalh, gargalet, ‘carcajada’). La -j- procede, por lo tanto, de una -- prehistórica, y así el vocablo tenía ll en aragonés antiguo: carcallada y carcallear ‘soltar carcajadas’ en el Lazarillo de Luna (1620: Cuervo, Ap.7, p. 253), de donde vendrá el val. mod. carcallada, ajeno al catalán del Principado y de las Islas; del español vendría el hispanoárabe karkél ‘soltar carcajadas’ (Alcalá; que Dozy, Suppl. II, 336b, transcribe qarqal, con q, erróneamente en vista del timbre de la vocal tónica). Se rozan con nuestra onomatopeya, pero con variante semántica, por una parte el ár. qárqar ‘crepitar’, el cast. GARGAJO, a. arag. escarcallar, carcachear, ‘cloquear, cacarear’ (RLiR XI, 160, 38), cat. or. pirenaico escarcall ‘cacareo del gallo al ver a la zorra’ (Ag.), sic. carcariari ‘cacarear’; por otra parte el ár. qahqah ‘echar carcajadas’ y el lat. cachinnus ‘carcajada’. Variante arcajada ‘carcajada’ en Torres Naharro (DHist.), con influjo de arcada ‘contorsión’.

DERIV.

De la misma raíz: carcajear ‘reír a carcajadas’, usual en Bilbao y en Méjico y Costa Rica (en estos países como reflexivo): la forma aragonesa carcallear ya figura en el aragonés Juan de Luna (V. arriba).