CANELA, del fr. ant. canele (hoy canelle) y éste del it. cannella íd., diminutivo de canna ‘caña’, por la forma de canuto que toma la corteza seca del canelo.

1.ª doc.: Alex.; Aranceles del S. XIII; también en la 1.ª Carta de Colón (1492), ed. C. Sanz, p. 3 del facs., lín. 38.

A. Castro, RFE V, 34; VIII, 329-30. No puede venir del portugués, pues los navegantes de esta nacionalidad no se dedicaban a la importación de las especias en el S. XIII. Tampoco del cat. canyella [o canella, antiguo y valenciano, 1249], que hubiera dado *canella. La palabra francesa ya se halla en el S. XII [una variante judía kaniele, h. 1100], y la italiana puede documentarse desde 1194 en el bajo latín de Génova (Du C., s. v. canella). La importación de las especies índicas se haría primero por el Mediterráneo oriental, pero a Castilla se llevaría la canela posteriormente desde los puertos franceses del Atlántico.

DERIV.

Canelada. Canelado. Acanelado. Canelilla. Canelina. Canelo; canelar; canelero; canelillo. Canelón ‘confite largo que tiene dentro una raja de canela’ [1557], ‘extremo de los ramales de las disciplinas’ [1615], ‘labor tubular de pasamanería en las charreteras de los militares’; las acs. ‘canalón’ y ‘carámbano que cuelga de los canales’ parecen resultar de una confusión con canalón, derivado de CANAL.