CANAL, del lat. CANଵLIS íd.
1.ª doc.: 1107.
Canalis es masculino en latín clásico, pero femenino en autores arcaicos (Catón, Varrón) y tardíos (Servio). No hay distinción semántica entre los dos géneros: Catón empleó ambos al parecer con referencia a un mismo significado, ‘canal de la almazara’, con vacilaciones de los manuscritos en los dos casos (ThLL). El sardo y las lenguas literarias italiana y francesa han dado la preferencia al masculino, mientras que el femenino se halla junto al masculino en portugués (cal, dial.), catalán, lengua de Oc, retorrománico (chanel), en las hablas de la Alta Italia y en dialectos franceses, singularmente del Este y del Sur; lo mismo que en español, el género femenino en estos lenguajes es característico de ciertas acs., en particular la de ‘conducto para el agua del tejado’ (ya APal., 204d: Nebr.; m. esta ac. en el cast. de Galicia, Alvz. Giménez, 47). La femenina ‘barranco empinado’, muy viva en catalán, existe también como castellana en muchas partes: arg. canaleta f. o canal m., en este sentido (F. Finó, La Prensa, 6-IV-41).
DERIV.
Acanalar. Canalado. Canaladura. Canaleja. Canalera arag. Canaleta. Canaleto. Canaliega. Canalizar; canalización, canalizable. Canalizo. Canalón. Encanalar; encanalizar. Gall. quenlla ‘la canal por donde cae el grano en el molino’ (Sarm. CaG. 97r), port. quelha ‘conducto de agua’, ‘paso estrecho’ CANALէCULA.