CAMPO, del lat. CAMPUSllanura’, ‘terreno extenso fuera de poblado’.

1.ª doc.: 931 (Oelschl.).

El sentido de ‘espacio de tierra limitado que se labra’ correspondía en latín a la palabra AGER; el empleo de CAMPUS en este sentido, resulta de una innovación romance, por lo demás común a todas las lenguas neolatinas, y que ya aparece en el latín de la decadencia. Nótese el empleo de campo en el sentido de ‘ejército’ (procedente del de ‘campo ocupado por un ejército, campamento o campo de batalla’), que hallamos en autores de los SS. XVI y XVII: Diego Núñez Alva, a. 1552, p. 57; 2.ª parte del Lazarillo, a. 1555, ed. Rivad., pp. 94,97; Pérez de Hita, ed. Blanchard, II, 37, 85; Lope, T. A. E., IV, w. 550 y 2864, y otros pasajes citados en la p. 209; DHist., 18.

DERIV.

Campa. Campaina ast. (Cangas de Onís) ‘piedrecita redonda de 10 cms. de diámetro, que en número de cinco, utilizan las niñas para jugar’ (V.). Campal [Cid]. Campamento [1702], del it. antic. campamento íd., o del fr. campement ‘instalación de un campamento’; también acampamento [1709; Aut.], que viene sin duda del it. accampamento; decampar [Terr.; Acad. ya 1834], del fr. décamper. Campanil ‘término municipal’ alav.

Campaña [Berceo, S. M., 252c, en el sentido de ‘tierra llana’, por oposición a ‘país montañoso’; la ac. ‘conjunto de operaciones de guerra’ ya aparece en Ercilla, 15691, con anterioridad a la fecha en que aparecen con este sentido el fr. campagne, 1587, y el it. campagna, 1598: FEW II, 153a y 154a], del lat. tardío CAMPANIAllanura’ [S. VI]2; nótese la ac. ‘campo abierto, terreno descampado’, muy frecuente en el Siglo de Oro (Cervantes, Quijote II, lxviii, Cl. C. VIII, 308; El Amante Liberal, ed. Hz. Ureña, p. 98; Pérez de Hita, ed. Blanchard, II, 85; Ruiz de Alarcón, La Verdad Sospechosa, ed. Reyes, 104; Calderón, El Mágico Prodigioso, ed. Losada, II, vii, p. 206; y nota de Montesinos a Lope, T. A. E. IV, 209), tiene ya antecedentes en Berceo, hoy subsiste en América (AILC I, 14, 18, 29) y no hay motivo para creerla galicismo, pues en francés [1535] es palabra importada de la lengua de Oc o del italiano; campañista. Campañol [falta aún Acad. 1884], del fr. campagnol [S. XVII], que a su vez viene del it. topo campagnuolo, derivado de campagna.

Campar [1571], Cuervo, Dicc. II, 52. Campear [Alex., en la ac. ‘guerrear, estar en campaña’]3; de aquí campeador [1075], para el cual, vid. M. P., Cid, 524-30; campeada; campeo. Campero; campería; camperero. Campesino h. 1400 [Glos. de Toledo: oliva campesina ‘olivo silvestre’; APal. 155d, 238b; Nebr.] (gall. ant. campesyno: «rustico, que é por aldeƟo ou campesyno» Gral. Est. 221.16) pasa por ser derivado del ant. campés [1548: Palmerín; en portugués Petrus Campés, como nombre propio ya se halla en un texto de 1258: PMH, Inq. 502], pero es dudoso que éste sea forma más antigua (comp. Campesino, como nombre propio en texto de 1207, Oelschl.), y podría ser, por el contrario, derivado regresivo de aquél, si campesino se formó según el modelo de montesino y el de cortesano (de donde artesano), que procedía de cortés, pero se relacionaba popularmente con corte4; de todos modos el influjo de este último es incierto, pues cortesano parece ser italianismo y no hay datos de él anteriores al S. XV. Campestre [APal., 94d], tomado del lat. campester. Campichuelo. Campillo.

Campiña [h. 1295: 1.ª Crón. Gral; en arag. a. campina ‘yermo, descampado’, Vidal «Mayor 4.23.21; y en gall. lo emplea ya Alfonso el Sabio, h. 1270 o 755]; M-L., REW 1563, y otros, han admitido para esta palabra un sufijo -զNĔA, del cual difícilmente se podrán señalar otros ejs.; pero es preferible separar esta palabra del rum. cîmpìe ‘llanura’, que tendrá, lo mismo que el sic. campìa íd., sufijo -ÍA, y atender a la sugestión de Simonet, pp. CXXVI y 82, que la cree variante mozárabe de campaña con i < a por imela. Efectivamente todos los ejs. de campiña anteriores a 1400 se refieren a Andalucía (la de Córdoba en la Crón. Grál., la de Granada en la de Fernando IV)6, y aun hoy sigue empleándose de preferencia acerca de esta región; es sabido que campiña no es vocablo muy empleado en varias partes de España, p. ej. es impopular en la zona de Albacete (J. Giner). Ahora bien, la Campiña de Córdoba es llamada Campania por San Eulogio, al-qanbâniya en varios textos árabes, desde el S. X (Rabí ben Zaid, Abenalauam, el Bayán al-Mogrib, al-kanbâniya en Almacarí, Albenaljatib y el Idrisí, y al-qanbānîya por otros que no cita Simonet, como el soberano almohade en una carta de 1173: Hespéris XXVIII, 52); el Becrí da el mismo nombre a la de Tánger; la única dificultad está en que la imela en i se considera un fenómeno tardío, posterior al año 1300, y el cast. campiña figura ya en un texto del XIII; pero no es éste el único caso romance de tal anticipación, y en albañil, que también se documenta desde el S. XIII, tenemos también la imela en i junto a una ñ, lo cual parece indicar que la proximidad de una palatal podía adelantar, como es lógico, la fecha del fenómeno.

Campirano, mej. y centroam. Campista. Benitu campiu ast. ‘yezgo’ (V). Campizal. Campuroso salm., derivado de un abstracto *campura. Acampar [Berceo]; acampo. Descampado [1552; escampado en Márquez, S. XVII]. Escampar ‘cesar de llover’ [h. 1300, trad. de Abenbassal, Al-And. XIII, 385; Covarr.; Lope; Quevedo], es probable que esta idea, pasando por la de ‘limpiarse el cielo’, salga de una ac. ‘despejar, desembarazar un lugar’, que es la que contiene el ej. de h. 1300: logares escampados (opuestos a los poblados de vides u otra vegetación); además el compuesto escampavía (ya Acad. 1884) prueba indirectamente su existencia; es inverosímil el parentesco que señala Covarr. con el it. scampare ‘huir’, y no existe el cast. ant. escampo ‘escape’, pues Covarr., en quien se fundan Aut. y Acad., sólo lo da como voz italiana; de escampar vienen: escampada y escampo; en cuanto a escampamento ‘derramamiento’, que la Acad. da como antiguo, debe proceder del cat. escampament íd., derivado de escampar ‘dispersar’, ‘derramar’.

1 El ej. del Marqués de Santillana que cita el DHist. es sospechoso. En lugar de «por ganar e non perder / noble campaña», el códice del Escorial trae compaña, y es probable que sea ésta la buena lección.―

2 Vid. ALLG XII, 128-9. En el pasaje de Plinio que allí se cita se suele leer in campanis en lugar de in campaniis.―

3 Todavía en Vélez de Guevara, T. A. E. III, v. 734 y nota. Otros ejs. en DHist., 8. La variante camprear que Guevara cita como antigua (DHist.) me es desconocida. Si es auténtica, se deberá a un cruce con el arcaico prear ‘devastar, saquear’, lat. PRAEDARE. En APal., 280d, y en otros textos antiguos aparece una forma campejar, que ha de ser de origen forastero.―

4 Variante campusino en Albacete (RFE XXVII, 235) y Andalucía; campusano en la Argentina (Cuervo, Obr. Inéd., 166). Comp. el nombre de lugar catalán Les Camposines, junto a Gandesa.―

5 Hablando de la guerra contra los musulmanes quiere «un bon galeón / que mi alongue muit’aginha / u os alacrƟes son», pues las «armas son muy perigoosas», R. Lapa, CEsc. 9.10.―

6 Escrito ya este artículo, veo que en la Biblia escurialense del ms. I j 8 (S. XIII) se habla también de «las campinnas de Moab» (Bol. del Inst. de Filol. de Chile IV, 281). Ignoramos la procedencia dialectal del autor, y no debemos extrañar que algún ej. empiece a circular en el castellano general poco después de reconquistadas Córdoba y Sevilla. En el S. XV se hace general y lo hallamos, p. ej., en el burgalés Fernando de la Torre, Canc. de Stuñiga, p. 283. Para las frecuentes alusiones a la campiña andaluza en obras de Alfonso el Sabio, vid. C. Michaëlis, ZRPh. XXV, 281n. 3.