CAMBALACHE, ‘trueque’, palabra popular, común con el portugués, posiblemente debida a un cruce de cambio (y cambiazo) con el b. lat. combinatio ‘combinación’ (que pudo alterarse vulgarmente en *combelacio).
Es término de sentido peyorativo: puede ser trueque de objetos de poco valor (Acad. y ya
Aut.), o trueque engañoso y perjudicial (Covarr., s. v.
clavo) o ilícito (Venegas, etc.); tienda donde se truecan objetos usados (Arg.). En portugués se han empleado otros postverbales:
cambalacha (Moraes) y hoy
cambalacho íd. Si fuese palabra nacida en castellano no nos explicaríamos la desaparición de la
i de
cambiar, que, por el contrario es regular, según la fonética portuguesa; y, en efecto,
cambar fué frecuente en este idioma (Edad Media, S. XVI: Fig., Moraes), aunque más tarde se le reemplazó por
cambiar a fin de evitar el equívoco con
cambar ‘torcer las piernas’, ‘tambalearse’. El origen portugués se confirmaría por
cambullón (Canarias, Méjico, Colombia, Venezuela, Perú) ‘cambalache’, especialmente el fraudulento (Perú), cuyo sufijo
-ull- denuncia claramente una formación portuguesa o leonesa, comp. port.
cambulhada, sólo documentado en las acs. secundarias ‘desorden, confusión’, ‘sarta de objetos’; la variante sufijal de
cambulhada y
camullón se explica por influjo del grupo de
BARULLO y
embarullar. Es verdad que los diccionarios no citan autoridades del port.
cambalachar, ni de los sustantivos
cambalacho,
-acha, anteriores al S. XIX, por lo que el origen portugués no resulta claro, tanto menos cuanto que entonces se explica mal la aparición recurrente en el Este (Aragón, Valencia, Murcia); por otra parte, ni
-al- ni
-acho tienen explicación clara en portugués, ni es convincente la explicación dada para la variante en
com- de Aragón, Asturias y Orense. Más convincente parece un cruce vulgar del semicultismo
combinatio (con disimilación de
m-n >
m-l) con
cambio,
cambiazo y su grupo: en el paso de
-acio a
-acho,
-ache, intervino el valor peyorativo de este sufijo (de abolengo mozárabe, pero incorporado al castellano general vulgar). Si el vocablo nació paralelamente en portugués y castellano, o pasó de éste a aquél, no lo aseguro. Por el carácter de trato ilícito que tiene el cambalache se explica la ac. ‘confabulación, conspiración’ que ya tiene el vocablo portugués, y que pasa al castellano: Sierra de Francia
cambalacharse ‘desafiarse para jugar’ (Lamano, es decir, ponerse de acuerdo para hacerlo); murc.
cambalache; de uso muy popular en Valencia, con ese mismo sentido, es
gambalache (cambio fonético seguramente condicionado por la existencia del popular
gamba junto a
cama ‘pierna’ en catalán), aun en las comarcas de lengua catalana (en la Ribera del Júcar, etc.), arag.
combalache ‘confabulación o acuerdo en mal sentido’, chil.
cambullón íd., Orense
combalachar ‘catequizar, tratar de convencer con cariños’ (
Cuad.
Est.
Gall. III, 427), ast.
combalecháse ‘confabularse’ (V) con
-o- por influjo del sinónimo
conchabarse. Aquí deberá agregarse
cambaleo ‘compañía antigua de la legua compuesta de cinco hombres y una mujer’ [1603: A. de Rojas, cita de Cotarelo,
NBAE XVII, p. CCXCI], en el sentido de ‘agrupación de cómicos confabulados’.