CALAMACO, ‘cierta tela de lana’, amer., propiamente ‘poncho colorado’, parece ser el arauc. kelü (‘rojo’) makuñ (‘poncho, manto de hombre con abertura en medio para pasar la cabeza’).

1.ª doc.: Aut.

Según este diccionario es «tela de lana delgada y angosta, que viene de Portugal y otras partes, la qual tiene un torcidillo como gerga, y es a modo de droguete»; figura también en los Aranceles de Indias de 1778, y en unos aranceles de 1782 se habla de calamacos de lana con flores de seda. En 1853 cita calamaco como nombre de tela o vestido Lerdo, Comercio de Méjico. Hoy se emplea en el Sur de Colombia (Tascón), quizá ya con el significado argentino, y en el Plata corre poncho calamaco (1853, 1870, 1879) como nombre de un poncho de lana listado de colores chillones, entre ellos el rojo (Tiscornia), o de un poncho de lana delgada gris (Lugones) o listado (Berro García; vid. Malaret, Supl.); también se emplea calamaco como sustantivo designando un poncho de este tipo (Guiraldes, D. S. Sombra, ed. Espasa, p. 95). Por otra parte en algunos estados de Méjico corre el vocablo con otras acs.: ‘bebida parecida al aguardiente’ en Guerrero y Querétaro, ‘frijol, judía’ en Guanajuato (R. Duarte). Hay port. calamaco «seda tecida amigamente, da qual havia uma sorte que tinha frisa» (Moraes), ya documentado en 1695 («tecido lustroso de lƟ» Fig., mal escrito calamaço). La etimología indicada arriba es de Lehmann-Nitsche, reproducida por Tiscornia, M. Fierro coment., p. 387 (que vacila entre kelü ‘rojo’ y kolü ‘castaño’ ―Augusta―, confundiéndolos). Es de suponer que, tomado en la Argentina del lenguaje de los indios pampas, el vocablo se extendería desde Buenos Aires al resto de América y en especial al Brasil, desde el S. XVII, como nombre de la tela con que se hacían los ponchos calamacos o de otros objetos de color semejante, y pudo llegar ocasionalmente hasta Europa. Nótese que PONCHO es también araucanismo1. Los Aranceles de 1782 dan calamandra como variante de calamaco, y aquella forma existe en sardo campidanés (Wagner, RFE IX, 233), en italiano (Fanfani) y, con las variantes calamandre, calamande, calmande ‘paño de lana lustroso’, en francés (desde 1723). Estas formas serán de origen castellano y podrían explicarse por un cruce de calamaco con otra palabra, quizá hopalanda ‘falda grande y pomposa que vestían los estudiantes’. Otras variantes: calimaco [ya Acad. 1884] y calomanco arag. ant. (Borao).

1 Sin embargo comp. «camalacus: carapuza» del glosario del Escorial, variante del conocido calamaucos ‘especie de gorro’, gr. καμƓλαύκιον (vid. Walde-H., s. v.), y comp. el ingl. calamanco, alem. kalmank, con el arag. calomanco.