PONCHO, es palabra que aparece mucho en Chile, y con referencia a los indios, pero no puede venir del araucano; quizá del adj. cast. poncho o pocho ‘descolorido’, por designar una clase de manta de un solo color y sin dibujos.

1.ª doc.: 1530, Alonso de Santa Cruz, con referencia al litoral del Paraná; h. 1673, en los chilenos Pineda Bascuñán y Rosales.

Estos dos se refieren a los indios del país: el primero lo da como sinónimo de frazadilla que se lleva a la grupa del caballo, para el segundo es una camiseta gruesa que se emplea en la cama; la ac. moderna ‘capote hecho con una manta agujereada en un extremo’ no aparece hasta el S. XVIII. Como voz araucana falta en Valdivia (1606) y no aparece hasta Febrés (1766) y Havestadt (1777): aquél da como indias las formas vacilantes poncho, pontho y ponto y lo define ‘manta gruesa y burda’; éste vacila entre poncho y ponchu y precisa que es manta gruesa de un solo color y sin figuras; agrega Lenz que hoy entre los indios pontro es frazada sin abertura y de un solo color, o bien con una o dos listas en los extremos1.

En vista de estos datos Rodolfo Lenz, Dicc. 624-6 (y Friederici, Am. Wb., 520-1) no se decide entre la etimología castellana arriba resumida y un origen mapuche. La vacilación de las formas de este idioma parece, sin embargo, inclinarle por creer que están tomadas del cast., y que es vocablo nacido en boca de los conquistadores; la idea es posible, en efecto, pues el aumentativo del adjetivo (ponchón) ya se documenta en 1596, el adjetivo poncho en 1737, y aunque ambos figuran con el sentido de ‘manso, perezoso, dejado’, no cabe dudar de que es el mismo vocablo que pocho ‘descolorido, quebrado de color’ (V. PACHÓN). Conviene observar que la ch cast. tiene sonido análogo al th y al tr araucanos, notaciones aproximadas de una especie de africadas cacuminales. Quizá desde Chile, de donde son típicas las frazadas indias, se propagó el vocablo a toda Sudamérica y aun a España; en la Arg. aparece ya en 174 (Tiscornia, M. Fierro coment., 463-4), en el Perú desde h. 1740. Nótese la frase arg. venir(se) a poncho ‘presentarse a examen un estudiante sin haber estudiado’, que quizá aluda a los que van «con el poncho sobre las carnes» (Carrizo, Canc. de Jujuy, s. v.); a no ser que se trate ahí del adjetivo poncho.

Así la cuestión, la nota reciente de M. A. Morínigo (NRFH IX, 33-35) viene a resolver nuestras dudas, por lo menos en cuanto se refiere origen geográfico, señalando el pasaje de la declaración de Santa Cruz en 1530, en el expediente relativo a la fracasada expedición de Caboto al Río de la Plata. Ahí se trata de una ropa o capote de pieles de nutria empleada por los indios ribereños del Paraná, unas 240 leguas por el río de Solís arriba. La fecha basta para probar que no podía venir de Chile, todavía no descubierto, pero tampoco puede ser guaraní, según correspondería a la primera localización, pues no es palabra de este idioma, y como el declarante emplea poncho sin aclaraciones, como voz conocida de todo el mundo, hemos de creer que era usual en España, si bien pudo ser particular a los marinos o a otro grupo social.

DERIV.

Ponchada ‘gran cantidad’ arg. (una p. de pesos, de años, etc.). Ponchar ‘dar golpes con el poncho’ (Carrizo, Canc. de Tucumán II, 495). Emponchar.

1 En efecto, leí en el anuncio de una casa de Temuco, especializada en la venta de objetos araucanos: «pontros, choapinos, lamas y mantas indianas».