CAJA, probablemente del cat. caixa u oc. caissa íd., procedentes del lat. CAPSA íd.

1.ª doc.: caxa, 1251, Calila, ed. Allen, 12; h. 1290, Libro de la Casa de Sancho IV; 1300, Gr. Conq. de Ultr.

Es vocablo raro en la Edad Media, sólo lo conozco en los tres textos citados (el Libro de Sancho IV es copia del S. XVIII, Calila lo es del S. XV, y la ed. de la Gr. Conq. no es fidedigna). Posteriormente no se hallan ejs. hasta APal., Nebr., Fr. Íñigo de Mendoza, que pertenecen a la última década del S. XV. Es ajeno al vocabulario del Cid, Berceo, Alex., F. Juzgo, Apol., Conde Luc., J. Ruiz, y no figura en los demás glosarios medievales (incluyendo el del Canc. de Baena por W. Schmid). Aunque las tres excepciones citadas sean auténticas, esta rareza, tratándose de palabra tan importante, lleva ya por sí sola a creer en un extranjerismo, tanto más cuanto que en dichos ejs. se trata de artículos importados o de comercio («dexó el mercador la caxa de las piedras» Calila, «5 caxas d’oro de Luca» L. de Sancho IV). Indica también origen catalán la frecuencia del vocablo en invent. arag., desde 1365, caxeta desde 1331 (BRAE, IV, 211; IX, 551; otros en VRom. X, 126). Son quizá autóctonas (o latinizantes) otras formas en que CAPSA aparece en el español medieval: capsa, doc. de Sahagún, 959 (Oelschl.); capseta en Berceo (Signos 22); casa en la Astronomía de Alfonso X; casa, caseta en los Inventarios de la Catedral de Toledo; caseta, invent. arag. de 1331 y 1444; capsa íd. 1402; causa íd. 1493 (BRAE II, 557, 224; IX, 263); y otros muchos en A. Castro, RFE VIII, 331-21. También murc. cauza ‘cajilla de esparto donde se incuba la simiente del gusano de seda’ [1634].

Por otra parte, el tratamiento fonético -PS- > -iss- o -ix- es enteramente normal en lengua de Oc y catalán (IPSUM > eis, eix, ABSINTHIUM > aissens, GYPSUM > geis, guix, CYPSĔLA > Guíxols), pero ajeno al español y portugués (que también emplea caixa). Sin embargo, con notable insistencia, se han empeñado muchos filólogos en buscar una explicación peculiar a un problema que no la necesita. Guarnerio, Parodi, y últimamente Brunel (Rom. XLVI, 115-120) y Wartburg (FEW II, 314) aseguran que oc. caissa viene de un *CAPSĔA, cuya existencia cree demostrar el cartista Brunel mediante las grafías caxia, capsea y análogas de documentos provenzales de los SS. XIII y siguientes. Pero salta a la vista que éstas son latinizaciones de oc. caissa, sin valor alguno para el latín vulgar. Como ya hizo notar Ronjat tal derivado *CAPSEA no se comprendería dado el significado de la palabra. Ante el empeño de estos filólogos, se ha replicado con no menos empeño, pero hasta ahora sin resultado, que los casos evidentes de IPSUM > eix y GYPSUM > guix hacen innecesaria esta explicación2. Claro está que las formas genov. y pisana cascia, piam. cassia, engad. chascha, son importaciones occitanas (como reconoce Bertoni, Rom. XLVII, 579), y que el sardo cascia es catalanismo, como nadie duda de que el fr. caisse viene de la lengua de Oc. Ya hace tiempo que quedó definitivamente probada la extensión general en todas las lenguas célticas del regular cambio fonético de PT en t, que primero se creía peculiar del céltico insular; no sólo es probable que se diera en galo la forma kato- = irl. cacht ‘criado’ (< CAPTO-) sino que desde los hallazgos de la Gaufresenque (S. I, d. C., dpto. Aveyron) nos consta que ‘séptimo’ se decía ahí s1tametos, como en todas las lenguas de la familia, y por lo tanto admite ya todo el mundo que la forma alemana nichte, lat. NEPTIS ‘sobrina’ se generalizó desde la Renania germanocéltica3 y que formas galorrománicas como caitiu ‘desdichado, mezquino’ (también catalán ant. y no ajena del todo al hispano-portugués, en vez de cativo) se deben al influjo que sobre el lat. CAPTIVUS ejerció el céltico (en particular la citada familia de cacht). El paralelismo fonético exige admitir que PS se cambiaba también en ȟs en el céltico de todas partes (por más que ahí se cuente con menos datos, por ser grupo consonántico menos corriente). No cabe ya dudar de que en este punto el latín vulgar de las dos vertientes pirenáicas orientales siguió obedeciendo al hábito fonético de los celtas locales.

En cuanto a las formas abulense caja ‘quijada’, soriana cajilla, castellano quijada, portugués queixo, que García de Diego (RFE III, 317) y A. Castro (RFE II, 180), consideran prueba del carácter autóctono de caja, sólo pueden indicar que las palabras para ‘quijada’ salen de *CAPSĔUM: en este caso sí se justifica la derivación adjetiva, pues la quijada no es una caja, sino un objeto comparable.

DERIV.

Cajero, -ra. Cajería. Cajeta. Cajetilla. Cajetín. Cajilla. Cajista. Cajo ‘pestaña en el lomo del libro para encajar los cartones al encuadernar’ [Terr.]. Gall. orient. couso4 ‘agujero para coger lobos’ (hacia Samos y en la toponimia) (Sarm. CaG. 138r) < *causo, semiculto del lat. capsum. Cajón [APal., 28b]; cajonada; cajonera; cajonería; cajonero. Cajuela. Encajar [APal. 285d; Nebr.]; encajador; encajadura; encaje [1575; la acepción ‘puntillas’, 1680]; encajerarse; encajero; encajetillar; encajonar, -ado, -amiento. Desencajar; desencajadura; desencajamiento; desencaje; desencajonar.

Encasar [Aut.; encasar y desencasar los huesos, en Nebr.], del it. incassare ‘encajar, poner (un hueso) en su sitio’, derivado de cassa, forma que en italiano corresponde al cast. caja: esta voz de cirugía, al entrar en castellano, sufriría el influjo fonético de casa, de donde la s sencilla de Nebr.; encasamento ‘nicho para una estatua, abierto en una pared’ [1637, Colmenares], del it. incassamento.

Cápsula, tomado del lat. capsŭla, diminutivo de capsa (deformado en cláusula, la de las armas de fuego, en ast., V); capsular.

Chasis [falta aún Acad. 1899], del fr. châssis ‘marco’, ‘chasis’, derivado de châsse ‘cofre’, ‘montura’, del mismo origen que el cast. caja. Gaceta ‘caja refractaria que sirve para colocar dentro del horno los baldosines que han de cocerse’ [Acad. ya 1899] del it. cassetta ‘cajita’, que tiene muchas acs. técnicas análogas (o acaso del fr. cassette ‘cofrecito’, FEW II, 312a).

1 De ahí causeta ‘cajita’ en las Partidas, y como nombre de una simiente ―de forma seguramente capsular― que nace entre el lino, según un tratado médico de Chirino de 1505 (DHist); por haber entendido mal una observación de Román, la Academia clasifica como chilenismo causeta, voz desconocida en Chile, según Medina.―

2 Clovis Brunel llega a suponer que eis viene de un *IPSIUS (!) que se halla en 888 (por lo tanto, latinización romance). No da ni asomo de explicación morfológica de estas extrañas formas.―

3 Más sobre el asunto en L. Weisgerber, SFK y RhGC, p. 72. Sechtem, población a siete leguas de Colonia = SEPTIMUS.―

4 Cousela ‘sepulcro o nicho donde se guardaba la cabeza de Santiago Alfeo’ MirSgo. 69.4 y 6, ‘cada uno de los siete receptáculos de una lámpara, para el aceite’ ib. 137.5, 7, 9; de donde quizá deriva el gallego moderno couselo (también coucelo) ‘ombligo de Venus, umbilicus pendulinus’ (Vall.), Limia cousarello (Ape. a Eladio).