CÍA ‘hueso de la cadera’, antic., tomado del lat. vg. scĭa, lat. ischĭa, -ōrum, ‘huesos de la cadera’, con la acentuación del gr. Ƅσχία, -ιNjν, íd., de donde procede la palabra latina.

1.ª doc.: Nebrija1.

La forma vulgar scia figura en Plinio Valeriano (S. IV d. C.) y en otros autores tardíos, y es ultracorrección de pronunciaciones vulgares como iscala por scala. Torres Villarroel cita una variante cea2, con influjo de ceática por ciática. En el sentido aragonés de ‘silo’ [Peralta, 1836] se trata de un vocablo completamente distinto, idéntico a la forma cija que emplearon escritores aragoneses: Manero (1644) y el traductor del De las Ilustres mujeres boccaccesco por encargo de Hurus (1494) ―en el sentido de ‘calabozo para esclavos’― y Juan Ag. de Funes (1626), en el de ‘cavidad subterránea para guardar trigo y aprisionar esclavos’ (Aut.)3; encuentro cía ‘sima’ en Seira, Barbaruéns, Gabás (Ribag. occid.) e incluso en Plan (Valle de Gistáu); y se lee en un documento b. lat. de Monzón, 1136-50, duobus zeis, EEMCA V, 589. Se trata de un vocablo tomado del cat. sitja íd., cat. ant. cija ‘foso, sima’ [cegia en bajo latín, 1171, Cartulari de Poblet, 301.11], que junto con el langued. siejo (Aude)4 y el logud. chea, campid. cea ‘hoyo, foso’, supone una base *CĔIA, quizá prerromana (comp. el río Cea en Castilla; llamado Ceia en documentos latinos), o acaso un *CAEDէA derivado de CAEDĔREcortar, hender (la roca, las montañas)’; vid. BDC XIX, 36-37; Festschrift Jud, 578; y mi DECat. La forma aragonesa cía se propagó desde el catalán de Ribagorza y Pallars5.

Es la que he anotado en varios pueblos catalanes de la provincia de Huesca, siempre con el sentido de ‘silo para grano’: en Sant Esteve de Llitera θía, en Algaió síya, en Albelda sía (éstos dos sesean; el otro, aunque catalán, distingue entre θ y s; en todos ellos hay -y- en lugar de la -j- catalana).

Doy ahora por más probable el origen prerromano y precéltico, aunque indoeuropeo, cf. griego antiguo dialectal καίατα ƺρύƔματα ([fosos] Hesiquio) y, con variante sufijal, καιάƌας ‘pozo en el que en Esparta lanzaban a los malhechores’, con lo cual suele relacionarse καιετάεσσα o κƓτǠεσσα, epíteto de Lacedemonia en Hornero, y καιέτας o καιετóς ‘foso’ en Estrabón. Benveniste (Or. de la form. des noms. en Ie. 21, 30, 111) y Pok. IEW 521, lo emparejan con el védico tardío kévaƫa-Ʌ ‘fosa’ que ya sale en el libro VI del Rig Veda. Sería forma prácrita por kévta-, para lo cual remite a Wackernagel Altind. Grammatik I, 169 (cuya demostración no está a mi alcance): éste sería ieur. KAI-W?-TO-, aquél KAI-Wև-T- con la alternancia arcaica R/N tan estudiada por Benveniste. No hay pruebas claras, sin embargo, de que el griego hubiera eliminado una F tras αι en este vocablo, así que un singular sorotáptico *KA?IA (equivalente del griego y latinizado en *CAEJA) también es posible, y además pudo haber duplicidad de ampliación radical *KAI-IA ~ *KAI-WA, o bien paso de KA?-?A (cf. el vocablo latino cauus) ora a *KAI?A (por trasposición) ora a *KAIA.

Como cultismo técnico se emplean isquion y su derivado isquiático.

DERIV.

Cianco, ‘hueso de la cadera’, como término de pintura [1715, Palomino en Gili; Aut.]6; cianquear [Aut.]. Ciático ‘que sufre de ciática’ [Nebr.; 1605, Pícara Justina: ceático], ‘relativo a la cadera’, tomado del lat. vg. sciatĭcus ‘que sufre ciática’; ciática ‘neuralgia del nervio ciático’ [ceática 1438, Corbacho; Vidal Mayor, 2.ª mitad S. XIII, 1.43.22; 1539, Guevara: ciática]. Además vid. CIAR.

1 «Cia, por el anca: coxendix; ischia». Covarr.: «Dixose ciar, de cia, palabra corrompida del nombre griego ischia, de ischion, que vale anca». Cej. VIII, § 12.―

2 «La ceática es una fluxión de humor o rehuma, contenido en el hueso de la cadera, que llaman cea».―

3 En 1884 la Acad. da cija como variante aragonesa de cilla ‘cámara donde se recogían los granos’; se trata de una identificación aproximada con una voz que nada tiene que ver históricamente con la aragonesa, pues cilla viene de CELLA y LL no da j en aragonés (casos como ceboja son ultracorrecciones locales y recientes). Desde 1899 aparece una nueva ac. ‘cuadra para encerrar el ganado lanar durante el mal tiempo’ y en 1936 ‘pajar’, ambas sin localización. También ahí se tratará de definiciones parciales o aproximadas de la palabra aragonesa, pues el silo puede emplearse ocasionalmente para estas finalidades.―

4 En el Blanquerna de Lulio (h. 1290), donde el ms. catalán trae cija ‘silo’ (N. Cl. II, 36.18, etc.) el ms. occitano P, cuya lengua corresponde a la zona de Narbona-Tolosa-Montpellier, lleva repetidamente sieja (1.ª ed. de Galmés, pp. 215-6).―

5 La forma aragonesa cija no puede ser autóctona, por su j y su i. Cía, por la segunda de estas razones, ha de estar tomado del catalán de Pallars o Ribagorza, donde se pronuncia, roia, puia, fai, etc., por roja, puja, faig y análogos.―

6 ¿O compuesto de cía y anca? No se comprende bien la definición de cianquear.