CÁNDANO o CÁNDALO, ‘rama seca’, ‘árbol quemado’, emparentado con el lat. CANDREarder’; probablemente de una palabra céltica del mismo origen indoeuropeo que la voz latina.

1.ª doc.: doc. de Santoña, 1210, Bol. Acad. Hist. LXXV, 343: «del cabu de la casa al candano»; Candena, nombre de lugar mirandés en 1538; cándalo, Barahona de Soto († 1595); el derivado Candanoso, nombre de lugar, ya figura en doc. portugués de 926. (CortesƟo, s. v. candoso).

Leite de V., Philol. Mirand. II, 17; M. P., Festgabe Mussafia, 395; Krüger, Gegenstandsk. 101-2. M-L., REW 1579a, fijándose en el citado nombre de lugar de Miranda, postula una base *CANDNA como nombre de una planta de color blanco; y aunque no lo dice explícitamente, piensa probablemente en un étimo céltico, en vista del sufijo -NA. Pero todo lleva a suponer que Candena era esdrújulo, como todos los representantes modernos del vocablo: cándalo ‘rama seca de los pinos, que tiene color de ceniza’ en Mosqueruela (Teruel), ‘pino seco’ en Barahona de Soto, ‘rama seca de árbol’ en Jordana (1900), ‘árbol quemado’ en Andalucía (AV), cándalo ‘rama de pino’ y figuradamente ‘estalactita’ en la Alcudia de Beo (frontera lingüística del valenciano entre Nules y Segorbe). Cuéllar (Segovia) cándalo «leño que se echa a la lumbre, de cualquier árbol, aunque no sea pino» (BRAE XXXI, 148), ‘rama deshojada o panocha desgranada’ en Salamanca (Lamano); cándano ‘cada uno de los objetos que el Duero deja en sus arrastres’, ‘grumo o poso como el que dejan los líquidos en el fondo de las vasijas’ en Salamanca (íd.); Vila-Real (Tras os Montes) candos, candros o cándaros «ramos ou pernadas secas de qualquer árvore, sobretudo pinheiro, castanheiro e carvalho» (RL XI, 300; ej. en la p. 209), Moura (Orense) candos ‘retoños grandes de los castaños’, candeón ‘espiga de trigo’ (Cuad. Est. Gall. III, 427), trasm. gândara ‘pedazo de jara seca que quedó después de arder el monte’ (Fig.). ¿Viene también de ahí el alto-santand. gándaro ‘grosella del monte’, gandaral ‘grosellero’ BRAE XXV, 388? Miñoto candeeira ‘varita de brezo seca que se enciende para alumbrar’ (RL I, 206) y candeiro (< *candãeiro) ‘rama de encina seca’ (REW, 1583: prerrom. *CANDAROSblanco’, ‘seco’, artículo que debe suprimirse); y los nombres de lugar Candanosa o Candenosa (Santander), Candenal (Asturias)1, Candendo (< Candanedo; en Galicia). De la comparación de estas formas se deduce claro un tipo originario *CANDNOS, cuya segunda -N- pudo disimilarse en -l- o en -r-. Es probable que sea céltico, con el significado originario ‘objeto de color blanquecino o ceniciento’ (como las ramas quemadas o secas), comp. galés cann ‘claro, blanco’, bret. med. cann ‘luna llena’, bret. ant. cant ‘cano, blanco’, los galos Cantobennicus, candosoccus, beliucandas ‘milenrama’, el celtibérico CANDAMIUS (vid. CANDAMO) y el sánscrito ƇandanaɅ ‘madera de sándalo’, ‘sahumerios’, emparentados con el lat. CANDREarder, ser blanco’ (Walde-H.). M. P. piensa en un derivado romance del verbo latino2. Joaquim da Silveira estudió también esta palabra, aportando datos de valor, sobre todo acerca de sus representantes en la toponimia gallego-portuguesa, vid. O Instituto (Coímbra), vol. 97, 1940, p. 278. Parece injustificado (semánticamente y en todos los aspectos) identificar la raíz de cándano con la de GÁNDARA, como hace M. P., NRFH VII, 41-42. Y claro que es imposible partir del lat. SCANDŬLA, ‘tabla, ripia’, como quisiera GdDD 5953, fundándose en una forma soriana escándalo (cuya fuente y sentido no precisa y que de todos modos carece de importancia, por ser hecho trivial la aglutinación de es- en voces muy empleadas con el artículo plural); agrega bastantes variantes dialectales del tipo cándano, muy necesitadas de comprobación.

DERIV.

Candelilla ‘flor blanquecina del álamo, del castaño o de la encina’ [1513, G. A. de Herrera], y el derivado regresivo candela [Nebr.]3 en la misma ac. Escandalar ‘quitar el ramaje a los pinos’, en Cuenca. Encandelar ‘florecer los álamos’ [G. A. de Herrera].

1 Rato da ast. candanal ‘sitio de tierra blanquecina’, pero según toda probabilidad esto no es más que una interpretación conjetural del sentido de un nombre de lugar, como las que se hallan frecuentemente en este vocabulario. Nuestro vocablo sólo está bien documentado en el sentido de ‘vegetal o pedazo de vegetal quemado o seco’; de ahí se puede llegar a ‘rama o flor blanca’.―

2 Me escribe Jud: «J’ai l’impression que le rapport des noms de lieu avec les significations de cand- devrait être mieux précisé: cand- doit être un arbre (ou la bruyère) dont les rameaux sont employés pour allumer le feu: c’est la bruyère ou l’arbre qui a fourni les noms de lieu». Esto me parece muy probable., pero más bien creería yo que se trata de una planta o parte de la misma llamada cand- por su color o por haberse agostado o quemado en el monte mismo. Agrega el maestro: «Si l’on se rappelle l’étymologie de dail (cf. Rev. Celt. L, 264), daille ‘pin’ (< *DAGLAflambeau de bois de pin’), daȤa ‘branches de pin’ ( < DAG-SIA, irl. daig ‘feu’), on se demande si la famille de cánd-ano ne se rattache pas en dernier lieu au bret. keuneud ‘bois à brûler’, qui reparaît dans le corn. kunys, cymr. cynnud íd., que Pedersen II, p. 39, ramène a un type avoisinant de KOM-DAUTO-: reste à savoir comment on explique l’A des formes ibéroromanes cand- (influence postérieure de CAND-blanc’?). Le bois pour allumer le feu est, souvent, appelé d’après l’acte d’allumer: prov. mod. alumo, alucal, Bresse aifwane (dérivé de aifwa ‘allumer’, dérivé de feu)». Me inspira dudas, sin embargo, cualquier etimología que exija un cruce de palabras (sobre todo si es de fecha tan remota), cruce cuya realidad no pueda demostrarse más que por esta misma etimología.―

3 Candéda «the flower of chestnuts» Percivale, «fleur de noyer, vulgairement chaton ou minon» Oudin (1607), e igual forma en Palet (1604) y Covarr., pero trátase de una errata que todos ellos copian de la edición de Nebr. de 1581 (vid. Gili), como se ve por la referencia que a él hace Covarr.