BURIL, del cat. burí, palabra del mismo origen incierto que el fr. burin y el it. antic. burino (hoy bulino, bolino, íd.); es muy dudoso que pertenezca a la familia germánica del alem. bohren ‘taladrar’; acaso más bien prerromano.

1.ª doc.: Nebr.1.

En 1550 y 1578 se halla la variante boril. El cat. burí aparece desde 1412-24, el oc. ant. burin desde 1506 (Pansier, y además Levy pequeño), el fr. burin desde 1483; la Crusca no da ejs. del it. bulino anteriores a la mitad del S. XVI, pero quizá la forma con -r- sea anterior. Para la adición de la -l tras vocal final acentuada, V. los ejs. análogos reunidos por M. L. Wagner, RFE XXI, 237-43. Gamillscheg, EWFS, s. v., hace notar las dificultades fonéticas y semánticas que ofrece la etimología germánica, pero no se conoce otra (formas dialectales italianas de significado muy diferente en Gamillscheg, R. G. II, p. 135). Quizá sería preferible decir con Battisti-A. que el origen es desconocido. Realmente, si hemos de hacer caso de lo documentado, habríamos de creer que el vocablo es oriundo de Cataluña y no de Italia; y aun parece ser así teniendo en cuenta la riqueza y autoctonismo de los derivados catalanes: burinot ‘abejorro’ (propiamente ‘agujereador’), burinar [1549], borinar o burinyar ‘agujerear’, ‘labrar con buril’, borinejar ‘cuchichear, murmurar’, borineig ‘rumor’, y el local buridor ‘sierra circular para taladrar’ (Alcover). Quizá debamos aceptar esta impresión como definitiva y partir en catalán de una reliquia céltica afín a las que estudio a propósito de buraco ‘agujero’ (vid. HORADAR).

1 En cuanto a los dos ejs. anteriores que cita Pottier en los inventarios aragoneses, el contexto está lejos de asegurarnos que se trate de buriles (en el primero parece tratarse de un recipiente): «15 dozenas de potes grandes; seys potes chiquos; quatro burines; capsas verdes et vermellas» (a. 1488, BRAE IX, 126); «dos martiellos de reblar; diez boriles; una mola d’oli» (a. 1406, BRAE III, 361).