BUDIÓN, ‘clase de pescado’, origen incierto.

1.ª doc.: 1627.

Acaso de BODE ‘macho cabrío’ por el aspecto repulsivo que conferirá al budión la viscosidad de sus muchas escamas. Según Carus (II, 596, 598) budión es el Labrus bimaculatus y bodión verde es el Labrus turdus. Según Oudin bodián o budián es «un poisson de mer ressemblant à la tenche» (tenca, en efecto, se llama el budión en Provenza según Carus), y ambas formas en -án están confirmadas por muchos lexicógrafos del S. XVII (Gili). Pero la forma en -ón está comprobada por la rima en el Mtro. Correas, quien lo relaciona también con la tenca. También gallego: ‘pintado, como un barbo colorado, pero bueno sólo para sopa’ (Sarm. CaG. 81v).

En el supuesto probable de que budión ~ bodión salga de bode, en el que están probadas las variantes radicales bote y botiondo, existe buena base para añadir a este conjunto ―atendiendo a que el bodión es pez marino de tamaño considerable―, otro nombre de pez atlántico, el boto, del grupo de los cetáceos y grandes teleostios y acantopterigios. Lo enumera ya en compañía de éstos Fz. de Oviedo (1535): «muchos marraxos e votos, toñinas, vallenas...» Consta sobre todo, por Sarm., como nombre del pez gallego, análogo pero más pequeño que el delfín: «balea, peixe espada, candorca, espolarte, delfín, boto...», y allí mismo y en otros pasajes precisa que es menor y distinto del delfín y mayor que la bufa (CaG. 82v, 85r); vid. datos reunidos por Pensado, p. 202, que confirman documentalmente el uso ya antiguo de boto en Pontevedra y la existencia de un pez del mismo nombre, semejante al atún, en las Azores; parece que este nombre existe más al Este: hay un fr. bout y un cat. bot, éste también grande y comparado con el delfín (DAlcM.; no me es conocido). Que haya derivación de bote o botar es lo que parece en todo caso más dudoso, pues tal derivación no quedaría clara desde el punto de vista morfológico, y para mí y aun para los demás que lo han dicho, tampoco lo está en lo semántico: ya que unos tratan de justificarlo por los hábitos del delfín (aunque no sabemos si el boto tiene hábitos más semejantes a los del atún, etc.) y otros ―probable leyenda etimológica― porque se harían pelotas con su piel. Más sólida parece la idea de un influjo por parte de botar ‘echar’, de uso tan copioso y popular en Galicia.