BRAÑA, santand., ast., gall., ‘prado húmedo’, de origen seguramente prerromano, tal vez céltico.
1.ª doc.: 780; 1055, Branias, doc. montañés, M. P., Oríg., 34.
Téngase en cuenta además el miñoto branda ‘pasto para el ganado’ (Leite de Vasconcelos, Opúsc, II, i, 24), junto al cual, tomando en consideración que braña es también la ‘broza que se hace en el prado’ (Cuveiro), o ‘que se extrae de la braña’ (DAcGall), ‘broza y hojarasca’ (según M-L.), puede citarse oc. ant. branda ‘brezo’, fr. occid. y centr. brande íd. (ya en Rabelais: «Pantagruel... feut enflambé... tel estoit son esperit, entre les livres, comme est le feu parmy les brandes», Pantagruel, cap. 9, p. 45), lemos. brando, gasc. brano3 ‘brezal’ (FEW I, 499b). El FEW (I, 242b) relaciona, quizá atinadamente, con Forez y frprov. baragne ‘lugar estéril cubierto de zarzas’ (comp. MARAÑA). Finalmente hay el cat. ribag. braina ‘sembrado de cereales antes de espigar’, que ya se aparta algo semánticamente; el Dicc. Alcover lo relaciona con Poitou branger ‘arar un campo cosechado’, cuya etimología céltica estudió Jud, Rom. LII, 330-1: *BRAKNହRO-, étimo del galés braenar ‘tierra de barbecho’.
Esto sí podría señalarnos una pista útil para la etimología de BRAÑA. La citada voz galesa deriva de la palabra de esta lengua braen, irl. med. brēn, ‘podrido, corrompido’, que suponen una base BRAKNO-, perteneciente a una amplia familia indoeuropea MRK- con el sentido de ‘fango’, ‘cosa húmeda’: galo BRACU- ‘pantano, cieno’ (FEW I, 489), galos ƒμβρεκτον e imbractarium ‘pan mojado, sopa’, ‘salsa para mojar’, a. alem. med. mer(h)en ‘sopa mojada en pan o vino’, lit. merkiù ‘ensopar, poner en remojo’, ucraíno morokvá ‘balsa’, ‘lugar pantanoso’ (Walde-H., s. v. marceo)4.
Un femenino *BRAKNA con tal significado es probable que existiera también en celta, y latinizado en *BRAGNA explicaría sin dificultad nuestro braña, puesto que éste significa ‘prado húmedo’. Sin embargo insisto en que debe de haber un parentesco con el miñoto branda ‘pasto para el ganado’ (y quizá también con el oc. branda ‘brezo’), cuya -d- difícilmente podría conciliarse con esta base céltica (a no ser que postulemos un derivado *BRAKNĔTA, o que supongamos una evolución desacostumbrada *BRAKNA > *brána diferenciado en *bráda). Habrá que estudiar el problema más detenidamente. De todos modos esta etimología es mucho más atendible que las anteriores. De este vocablo han tratado últimamente M. P. (Archivum IV [Oviedo, 1954], especialmente pp. 32 y 34n.), J. M. Piel (Bol. del Inst. de Est. Ast. VIII [1954], n.° 21) y G. de Diego («El esp. braña, breña, y el fr. bréhaigne», RFE XXXVI, 257-86), y en parte aportan materiales y consideraciones valiosas, aunque siguen adheridos a los viejos prejuicios etimológicos. Especialmente significativo es el hecho que hace observar aquel admirado maestro: de 67 poblados llamados Braña (o Brañuela y análogos) sólo cuatro están situados en la parte alta de Asturias, todos los demás en la parte baja y marítima (y ya Sarm. en 1755 observaba que en Pontevedra braña «es una pradería con agua sin ser en montes»). Ahora bien, en esta región, como M. P. reconoce, el uso invernal y no veraniego de la braña «está en abierta repugnancia con la etimología VERANEA». Pues la única consecuencia que se debe sacar de ahí es que esta etimología es falsa, y dar otra, que es seguramente la que he propuesto.
Bertoldi (Silloge Ling. Ascoli, 520) relacionaba el ast. braña con Valtelina braña, Antrona bart༱la, ‘helecho’, mientras que Jud (VRom. VIII, 100-1) y Jokl (ibid., 177-8) ven en ellos representantes «ilirios» del indoeur. PER- ‘helecho’ (de donde el alem. farn, etc.), sin relación con la voz asturiana. Comp. además lo que digo acerca de breña.
DERIV.
Santand. brañales o brañizas ‘pastizales, puertos altos’; Pas braniza ‘finca de verano en el puerto’ (G. Lomas). Gall. brañego ‘campesino montañés de la tierra de Mondoñedo’ (DAcGall.), gall. fronterizo embrayar ‘pastar de verano’ (que Sarm. CaG. 231v recoge en Ponte de Domingo Flórez, extremo SO. del Bierzo y coloca junto a braña y embrañar el ganado; quizá desnasalizado por disimilación).
1 Para una descripción de las Brañas del Sudoeste asturiano, vid. Krüger, VKR XVI, 158-203, quien por razones semánticas acepta la etimología *VERANĔA sin referirse a la dificultad fonética. Del mismo «Las Brañas, ein Beitrag zur Geschichte der Rundbauten im asturisch-galizisch-portug. Raum» en Congresso do Mundo Português XVIII (Lisboa, 1940), pp. 239-95. Se refiere a los conglomerados circulares de casas de los vaqueiros de alzada, que toman secundariamente el nombre de brañas. Y vid. Caro, Pueblos de Esp. 305, 309, 326 (n. 57).― ↩
2 La imposibilidad total de este último es aún más evidente. Se ha citado ast. brano ‘verano’, paralelo que adolece del defecto de ser modernísimo. Pero la pérdida de una o en sílaba inicial no se halla ni en hablas modernas. Nadie cree ya en que el it. frana venga de VORAGINEM: hoy se admite *FRAGէNEM, emparentado con FRAGUM > oc., cat. frau. El tratamiento -AGINEM > -aña se halla esporádicamente en Galicia y en algún dialecto leonés del N., pero no en otras partes, y sería inconcebible verlo consumado y general desde el S. VIII.― ↩
3 De donde un vco. brana, según Bouda-Baumg., 23; Azkue sólo registra brama ‘brezo’ en Saint Pée de Labourd (quizá por brana).― ↩
4 Cf. todavía scr. marcáyati ‘él lastima, consuma’, avést. markāi, mər?n༧yāi ‘destruir, arruinar’ (gát. mər༰gəidyāi, mər༜šyaȶ: Reichelt §§ 121, 371 y páginas 437, 475) y las citas de Ernout-Meillet (Berneker, s. v. morky II, 79; Pedersen I, 163). ↩