BRANZA ‘la argolla a que iba asegurada la cadena de los forzados’; es errata por branca, tomado del it. branca íd., propiamente ‘garra de una fiera’, que viene del lat. tardío BRANCA ‘pata’.
Aut. es el primer dicc. que recoge el vocablo, citando ej. en las
Novelas Ej. de Cervantes; de
Aut. pasó a varios dicc., entre ellos el de la Acad., que hasta hoy sigue admitiéndolo. En realidad no hay tal palabra
branza. El citado pasaje cervantino, perteneciente a
La Española Inglesa, se lee así en la primera ed.: «los Christianos, de
qui? veniƟ armadas las galeras,
arrƟcando las
brãças, y rompiendo las cadenas, mezclados con los Turcos,
tƟbien se
acogier? a la nave» (f° 93r°). No existe otro testimonio y no cabe duda que, en éste,
brãças es errata por
brãcas.
Branca es lo que traen varios diccionarios de la época, definido por Minsheu «chaines in galleyes or prisons to tie the slaves or prisoners» (1617, 1623) y por Sobrino «la masse des chaînes d’une galere, a laquelle on atache les forçats» (1705). Se trata del it.
branca, que significaba lo mismo, y que es propiamente ‘garra de una fiera’ y ‘gancho’. Es la misma palabra que el fr.
branche, cat.
branca ‘rama’, alguna vez empleado en cast., y procedente del lat. tardío
BRANCA ‘pata’. El origen de éste es oscuro; quizá galo, según admite Jud (
Indog.
Jahrbuch IX, 7), como palabra hermana del eslavón
r༜ka, lit.
rankà (<
wranka) ‘mano’; quizá, teniendo en cuenta la falta completa de huellas en el celta insular, será más bien voz indoeuropea precéltica, perteneciente a los
Urnenfelder (V. mi observación a
BORONA).