BRAMAR de una raíz común a todas las lenguas romances meridionales y muchas germánicas e indoeuropeas, que en romance parece ser ya de fecha prerromana.

1.ª doc.: 1251, Calila 19.56.

Cuervo, Dicc. I 897-9. También port., cat., oc. bramar, it. bramire, it. dial. bramare íd., y, con otro significado, it. bramare ‘codiciar’, ac. que se explica de la misma manera que la del cast. brama. Braune, ZRPh. XIX, 355; Gamillscheg, RFE XIX, 143; R. G. I, 366-7. Ast. bramar ‘mugir’ (V). En Galicia, además de bramar (DAcGall.) existen bramir (Lugrís, Gram. 149) y bremar, éste en el sentido de ‘estar impaciente, desasosegado (por hacer algo)’ (ejemplo del erudito novelista histórico López Ferreiro, de estilo arcaizante, en el DAcGall; Vall.). Acaso una de estas formas sea allí de origen suebo (BREMAN = a. alem. ant. brëman) y otra u otras del gótico. En Cespedosa ha tomado bramarse la ac. ‘henderse’ (RFE XV, 259) por el ruido que produce la madera al hacerlo. Para la variante gramar de Bogotá y de otras partes (Cuervo, Ap., 7a.ed., p. 596), vid. s. v. BRAMANTE; ya Alex. O, 965c, tiene gramido. De este gramar deriva el nav. gramutiar (< gramotar) ‘mugir los terneros’ (no de un *MUGITARE, GdDD 4474). No es probable que bramar sea onomatopeya coincidente en romance y en germánico, como cree Sainéan, Sources Indig. II, 67, dada la existencia de otras variantes apofónicas en esta última familia lingüística, lo que indica arraigo muy antiguo. Comp. el b. al. med. brammen íd. con el a. al. ant. brëman y ags. bremman, por otra parte a. y b. al. med. y mod. brummen y el a. al. med. brimmen, de suerte que se ha supuesto (y no es imposible) que en gótico (donde falta documentación) tuviera una forma *bramôn como la atestiguada en bajo alemán medio, y que de aquélla vengan las formas romances. Esto es lo que se viene haciendo desde Diez y Meyer-Lübke.

Que no sea mera creación onomatopéyica en germánico no significa, sin embargo, que en romance tenga que ser forzosamente un germanismo. Ni el campo semántico a que pertenece el vocablo es el propio de los germanismos, ni la familia léxica germánica presenta una amplitud geográfica, usuaria y semántica tan grande como en romance (recuérdense desarrollos tan importantes como it. bramare ‘desear, codiciar’, brama ‘deseo’, bramoso, cat. brama ‘fama, lo que se dice’, bram ‘torrente alpino impetuoso’, etc.), y sobre todo son las formas en e y en u las que predominan en germánico, donde la variante con a es rara; además el vocablo no aparece en las lenguas escandinavas, sólo en germánico occidental, de suerte que la probabilidad de que existiera en gótico es muy incierta; ahora bien en francés el vocablo es un préstamo reciente, lo cual en un germanismo sólo se comprendería si viniera del gótico. Por lo demás se trata de una raíz BHREM- común a la mayor parte de las familias indoeuropeas, griego, latín (fremere), céltico y eslavo, y no ajena del todo al sánscrito y el báltico, vid. Pok. IEW 142.2f1, de suerte que una procedencia celto-sorotáptica en romance es más probable que un germanismo, lo cual no es decir que corrientes onomatopéyicas y germánicas no pudieran sumarse a lo prerromano reforzándolo.

DERIV.

Brama ‘celo de los ciervos y otros animales’ (porque les hace bramar) [1.ª mitad S. XIV], ‘sensualidad o pasión’ [Lope]. Bramadera. Bramadero. Bramido [h. 1280, 1.ª Crón. Gral. 189b35]. Bramo. Bramura ‘bramido’ [J. Ruiz], ‘bravata’ [1508]. Embramar arg. ‘atar al bramadero los animales para reducirlos’ [1879: Tiscornia, M. Fierro coment., p. 4O9]2. Rebramar; rebramo.

1 Es verosímil además que al vocablo de sentido auditivo se sumara un homónimo de acepciones más generales con las cuales se rozaban y se han rozado siempre las de este verbo, como lo prueba el sentido del it. bramare y el caso de FREMERE > fr. frémir, cuyo sentido ha pasado de la esfera de aquél a la de éste, y el del scr. bhramaráɅ ‘abeja’ de significado intermedio entre los dos. Me refiero a la familia del scr. bhramati palabra básica del idioma, de enorme desarrollo semántico, abarcando todas las ideas en torno a ‘agitarse’ ‘vagabundear’ ‘turbarse’, etc. (Pok. IEW, 152). Ésta es formación indoeuropea muy antigua, como puso de relieve Benveniste (Or. F. N. en Ie. 120) al coleccionar las palabras donde una ampliación radical -EM- (lat. tremo, dormio, gr. ƒοραμον, etc.) viene a agregarse a una raíz más simple (la de bhuráti ‘se mueve, agita, patalea’) confiriéndole carácter durativo.―

2 Comp. en Ercilla, III, ed. Acad. 1866, p. 58: «Como el furioso toro que, apremiado / con fuerte amarra al palo, está bramando, / de la tímida gente rodeado».