BORRASCA, parece ser derivado del griego ático βορρĘς ‘viento del Norte’, variante de βορέας ‘bóreas’; la historia de borrasca en romance es oscura.

1.ª doc.: h. 1510, Andrés Bernáldez, en Terlingen1.

El REW, 1219; Vidos, Parole Marin., 247; Terlingen, y otros, aseguran que del italiano pasó a los demás romances, y el Vocabulario de la Academia de Italia, 1941, afirma que el punto de partida es Venecia. Por otra parte Zaccaria cree que el it. burrasca (o borrasca) viene del español, observando que en los SS. XVI y XVII se halla, sobre todo, en autores españolizantes, y que en italiano sólo es palabra marina, mientras en español puede aplicarse a tempestades terrestres. Lo único claro es que el fr. bourrasque [1555] debe estar tomado de una lengua meridional; además hay oc. mod. bourrasco, y port. y cat. borrasca, este último desde 1420, en tanto que en Italia no aparece antes de Fracastoro († 1553). La forma βορρĘς se halla en Tucídides y otros clásicos (también en glosas: CGL II, 20.35; 258.47; 18.28; III 245.40)2, y en latín borras figura en la Ítala, Prudencio y Paulino de Nola. De aquí también el ast. borrina ‘niebla densa y húmeda’ (V; R; M. P., RFE VII, 34), forma que podría invocarse en favor del origen español de borrasca. El sufijo -asca lo mismo es corriente en Italia que en Castilla, algo menos en Cataluña, donde aparece la palabra por primera vez, y donde borrasca no es hoy tan vivo como en castellano.

Hay además un grupo de palabras afín, en Cataluña y en Galicia sobre todo, cuyo origen es menos claro: El cat. occid. pirenaico borrufa ‘viento que trae nieve’ (Pallars, Andorra, Alto Urgel), aran. borrofada, pall. brufada ‘viento blanco, tormenta de nieve’ (BDC XXIII, 1935, 279; II, 78), coinciden con el gall. barrufa ‘niebla’ recogidos junto con un verbo barrufar por Sarm. (CatVG. 62v, 63r): deben de ser voces de uso local (seguramente zona de Pontevedra) y hoy quizá anticuadas, pues no las recogen los dicc.; se acerca esto al verbo barrufar (Añón, en DAcG.; Fig. como ant. y dial.) variante de borrifar más general en ambos países, pero éste se aparta ya por el significado, que es ‘salpicar (mojando o humedeciendo) con gotitas de agua’. Como en catalán es voz no sólo costeña sino montañesa, y allí existe también rufaca, rufa, rufejar ‘viento tormentoso’, etc. (V. aquí RÁFAGA) y rúfol ‘(tiempo) desapacible’ (V. aquí bajo RUFIÁN) es probable que en Galicia fuese préstamo náutico catalán, y en esta lengua se deba a una derivación bes-ruf- (como dije en 1935) o a un cruce de ruf- con borrasca y su grupo.

DERIV.

Borrascada [1528, Woodbr.]. Borrascoso. Emborrascar. Ast. emborrináse ‘cubrirse la tierra de borrina’ (V); GdDD 1095 acumula muchas voces heterogéneas sin relación etimológica con ésta.

1 Barrusca ‘tormenta marina’ en la carta sobre la expedición de Legazpi a las Filipinas (1565), impresa en Roma, 1566, p. 1. Pero esta carta contiene varias erratas tipográficas (entre ellas la trasposición venyte por veynte).―

2 En cambio βορέƓσ es lo general en Homero, pues por más que algunos manuscritos de procedencia ática traigan βορρŲς, parece ser forma alterada, ya que la palabra figura casi siempre como un anapesto en los dos epos y sólo en dos pasajes de la Ilíada se mide; pero se trata de una mera sinizesis poética con compensación métrica: Chantraine, Gramm. Hom. I, 103. Lejeune (Phon. Myc. Gr. Anc. § 263 y n. 4) vacila en la explicación de βορρĘς entre una geminación expresiva y una evolución fonética rg > rr (comparable a la norma eolia r > rr, περρέχοιτα = περιέχουσα y en efecto existe un ático στερρóς < στερεóς de valor algo dudoso), en cuyo último caso se reforzaría la seguridad de la procedencia helénica de borrasca.