BORCEGUÍ, voz común al castellano con varios romances―incluyendo el fr. med. brosequin (hoy brodequin, por influencia de broder ‘bordar’)―y con el neerl. broseken íd., de origen desconocido.

1.ª doc.: borzeguía, borzeguina, 13511; borceguí h. 1460 (A. de Cartagena, DHist.); borseguí (pero borziguilero), S. XV (Cetrería de Evangelista, ZRPh. I, 231, lín. 12).

Se halla también en port. borzeguim (Moraes, sin autoridades), cat. borseguí [1459, variantes antiguas borzeguí, borçaguí, borsaquí], it. borzacchino [1508]2. En la mayor parte de los pueblos de Cáceres que distinguen tiene z sonora (Espinosa, Arc. Dial. 98-99), comp. Echo bordeguín (RLiR XI, 207)3. En francés la forma broissequin aparece en 1316, con el significado, quizá originario, de ‘especie de paño’ (el fr. antic. brussequin es estudiado detenidamente por Kurt Zangger, Contribution à la terminologie des tissus en anc. français, Bienne, 1945); posteriormente aparecen, ya en la ac. moderna, brosequin y brodequin, éste a fines del S. XV y explicable porque los borceguíes llevaban con frecuencia bordados. Desde Diez se viene afirmando que borceguí viene del neerl. medio broseken (anteriormente *brosekin), diminutivo de brôze íd. (hoy broos) (así REW, FEW, Gamillscheg, y con reservas Bloch); en opinión de Diez broos f. podría ser el lat. byrsa ‘cuero’. Pero Franck afirma que en ningún caso broos puede ser palabra genuina en el idioma y se inclina por creer que es derivado regresivo de broseken, de origen desconocido. El vocablo es ajeno a los demás idiomas germánicos, y la aparición temprana en español, casi tan antigua como en francés, corrobora el escepticismo de Franck, e invitaría a buscar un origen árabe, teniendo en cuenta la terminación , y la antigua fama de los borceguíes de Marruecos, atestiguada por romances (vid. Covarr.). Pero las etimologías arábigas propuestas por Dozy (šarkî) y Eguílaz (baġdā, baldaquí) son manifiestamente imposibles4.

DERIV.

Borceguinero [1406-1412].

1 En las Cortes de Valladolid: RFE XXII, 124; VIII, 343.―

2 Borgechinus en unos estatutos piamonteses del a. 1582, en b. lat. (Du C). Comp. borgequí en Pérez de Guzmán, h. 1440, citado por Zaccaria. Formas dialectales italianas: borgiacchen, borzacchè, napol. bordacchè, flor. brodochei.―

3 Como también hay brodeguí en localidades de Mallorca, la forma de Echo no será un caso de z sonora sino un préstamo del fr. brodequin, o un caso de la misma etimología popular a que se debe la d francesa.―

4 Es arbitrario suponer con Dozy que el español pudo agregar caprichosamente un prefijo árabe mo- (el otro ej. del caso, que él cita, es falso, vid. MOHARRA). Las formas portuguesas antiguas morsequill (a. 1418) y mosequin (a. 1359), citadas por Dozy, es difícil que tengan relación alguna con borceguí, pues según el contexto se trata evidentemente de una pieza de armadura. En docs. aragoneses he hallado mosequines pl. (a. 1354), monsequi (a. 1374), mosequis pl. (a. 1403), y moseguines (a. 1463: BRAE II, 707, 343; IV, 522; XI, 741), mencionadas también junto con piezas de armadura, y según la Acad. musequí sería el espaldar. Leguina, que cita muchos textos desde el S. XIV, no llega a poner en claro de qué pieza se trata. Para algunos cubre parte de la cabeza, para otros el cuerpo, mientras que otro atestigua la posibilidad de que se empleara en lugar del quijote, o pieza que cubría el muslo. Según el texto aragonés de 1403, era de hierro, pero a juzgar por el de 1374 podía ser de cuero. Existió en francés antiguo musequin (vid. Du C.). Está claro en todo caso que esta palabra designaba otra cosa que el borceguí. En cuanto a la posibilidad de que de ahí derivaran más tarde el nombre y la cosa que nos interesan, no hay por qué rechazarla del todo, pero es posibilidad ciertamente muy dudosa. Lo que ya sería más razonable sería admitir que las dos palabras, de origen diferente, se influyeron o cruzaron mutuamente. Aun sería defendible suponer que el ár. šarkî ‘cuero curtido’ dió borceguí por cruce con musequí de otro origen. Pero cuál fuese la etimología de éste, lo ignoro del todo: no parece ser arábigo, pues entonces no tendría -s- sino -ç-. Hay tendencia naturalmente a buscar el origen en un diminutivo germánico, acaso, pero difícilmente, de munth ‘boca’: ¿quizá un b. alem. ant. *mûthikîn ‘bocado, bocadito’ (derivado de mûth, forma bajo-alemana de munth) con -s- por influjo del fr. mus, museau? Idea problemática que no puedo seguir más lejos.