BOQUE, arag., ‘macho cabrío’, del cat. boc, de origen incierto, quizá prerromano o más bien palabra de creación expresiva (alem. bock).

1.ª doc.: Aut.

Se emplea en el Alto y Bajo Aragón oriental; en el Oeste (Echo) subsiste la variante autóctona buco (BDC XXIV, 163), que figura ya en las Ordenaciones de Tarazona (DHist.)1. Es posible que el vocablo existiera en mozárabe, pues el anónimo botánico de 1100 registra bukûn, bukûna, como epíteto de dos plantas, explicando que se llaman así por su hedor, y aunque Asín (p. 97) entiende ‘vacuno’, y esto es posible fonéticamente, satisface menos desde el punto de vista semántico.

Suele decirse que viene del fráncico BUKK íd., hermano del a. alem. ant. y mod. bo(c)k, ags. bucca, isl. ant. bukkr (no documentado en gótico). Por otra parte es común a todas las lenguas célticas isleñas (irl. med. bocc, ky. bewch, córn. boch, bret. bouc’h); se cita un scr. bukkaɅ en léxicos, y aparece būza- m. en el Avesta; discrepan algo estas formas fonéticas pues en principio el iranio supone BȢཧO-, el índico BŬKKO-, el germ. BHŬGGO-, el céltico B(H)UKKO-, y hay todavía un tipo boƇ ~ buƇ en otras lenguas iranias (Pok., IEW 174). De todos modos es muy poco probable que en romance una palabra de tal sentido sea un germanismo, más convincente resultaría un celtismo, y Pedersen (Litteris VII 23 s.) sugiere que lo sea no sólo en romance sino también en germánico, con objeto de explicar aquellas discordancias fonéticas. Pero éstas son tantas que sólo me satisface la idea de que en todas partes es creación elemental del idioma con adaptación al valor expresivo de los sonidos en el sistema de cada una.

DERIV.

Boquina ‘piel de boque’ [arag., 1664].

1 De aquí arag. bucardo ‘macho de la cabra montés’ (Borao), cuya terminación está tomada de la de chizardo, xixardo, sisardo (Plan, Bielsa, Espuña), cat. isard ‘cabra montés’, para el cual puede verse RFH V, 9, y aquí, s. v. SARRIO.