BONANZA, del lat. vg. *BONACIA alteración del lat. MALACIA ‘calma chicha, bonanza’ debida a BONUS ‘bueno’ por haberse tomado MALACIA por un derivado de MALUS1; en realidad MALACIA procedía del gr. μαλακία ‘blandura, flojedad’ derivado de μαλακóς ‘blando’.
1.ª doc.: 1276, Alfonso X, Ochava Esfera; 1399, Gower (Gillet, HispR. XXVI, 271); Villasandino († h. 1428)2.
Por lo demás no es probable, según indicó A. Castro, que las varias formas romances sean italianismos, pues si bien partiendo del genov. bonassa podríamos explicarnos la z (y no ch) castellana, no hay razones cronológicas que nos inviten a partir de Italia, siendo así que tanto el fr. bonace, como el cat. bonança y el gall.-port. ant. bõaça, bonaça (Nobiling, ASNSL CXXIV, 344) ya están documentados en el S. XIII4, es decir, algo antes que en italiano, donde aparece en Dante. Lo más probable parece que todos los romances heredaran directamente del latín vulgar una palabra tan importante. La forma originaria bonaza (todavía bonacible en Tomé Cano, a. 1611) se alteró tomando una segunda n por influjo del sufijo -anza.
DERIV.
Bonancible [1575, Marmolejo, p. 185a (Nougué, BHisp. LXVI); bonacible, 1611]. Abonanzar [1493, Woodbr.], de aquí abonanza ‘bonanza’ [S. XV: DHist., Nebr.]. En las Coplas de Mingo Revulgo (a. 1464) se lee: «Échaste a dormir de pechos / siete oras amortiguado. / Torna, tórnate a buen hanço, / enfuzia tu [o enhiéstate] esse corpanço / porque puedas rebevir; / sy no, meto quel morir / te verná de mal relanço» (XX, 5; Bibl. Gallardo I, 843). Como esta palabra hanço es conocida sólo por un pequeño número de textos pastoriles de los SS. XV-XVI (V. Gillet, HispR. XXVI, 282-3, quien quiere partir de FզDANTIA para explicar esta palabra, lo cual choca con graves dificultades fonéticas) y los comentaristas vacilan en su interpretación (el comentarista anónimo de fin del S. XV dado a conocer por Gallardo, dice que es «a buena recordación [= ‘despertar’] o fuzia», mientras Pulgar explica «dicen los labradores que aquel está de buen hanzo, que está de placer»), sospecho que la forma primitiva (y aun quizá la lectura correcta) fuese bonanza, mal separado, y que se trate de la ac. de bonanza ‘tranquilidad’, de la cual cita muchos ejs. el DHist., comp. especialmente en el Canc. de Baena: «torna mi fortuna en calma / mansa, con mucha bonança»5.
1 Comp. BONETA, artículo siguiente.― ↩
2 Canc. de Baena, n.° 2, v. 10. Más ejs. en A. Castro, RFE VI, 344; Terlingen, s. v.; 1492, Woodbr.― ↩
3 M. L. Wagner, VKR XII, 173, prueba que uno de los fundamentos de esta opinión, el sardo bonazza, no existe en el sentido de ‘bondad’. Para la cuestión de si el sic. y napol. maccarìa, svcr. mlàkajica, son o no derivados directos de MALACIA, vid. Maver, VRom. V, 219-20.― ↩
4 «Polo mar ouveron tan gran bonaça» Ctgs. 35.46. También Vidos (ZFSL LVIII, 448-9; ARom. XIV, 136-7) admite, a pesar de ello, que la forma francesa viene del italiano. Si se estima que siendo un vocablo mediterráneo, no debe ser autóctono en francés―argumento discutible en una palabra ya latina―, valdría más partir de oc. ant. bonassa.― ↩
5 En las Leyes de Moros castellanas del S. XIV, donde el ms. trae «non enpeçe dar dineros adelantados por pan... et sy quisiere tomar del que lo conpró a ese hanço segunt vale, çevada o çenteno, non enpesçe», el editor (¿Gayangos?) lee a semejança (Mem. Hist. Esp. V, 86); de todos modos no veo palabra arábiga que se parezca a hanço. ↩