BESTIA, tomado del lat. bēstĭa íd.

1.ª doc.: vistia, 2.ª mitad S. X, Glosas Silenses, 312; bestia, Berceo.

Cej. VIII, § 129. Semicultismo, precedido en el idioma por la forma más popular vistia, de las Glosas. Comp. BICHO.

DERIV.

Bestezuela. Bestial, tomado del lat. eclesiástico bestialis. Bestialidad [Guevara, Epístolas, t. 2, p. 243 (Nougué, BHisp. LXVI)]. Bestión [Berceo]. Bestiar, fin S. XIV, Fz. de Heredia, BHisp. LVII, 450 comp. cat. bestiar ‘ganado’. Bestiario [med. S. XIII, Fueros de la Novenera]. Bestiame, italianismo sólo empleado por autores del Siglo de Oro, con referencia a Italia o a asuntos militares.

Vestiglo [1240, F. Juzgo, ‘reptil’; 1251, Calila, Rivad. LI, 67, término genérico para animal silvestre, incluyendo los inofensivos; Gral. Est. 309a 54; frecuente en la E. Media; Cej. VIII, § 129; ejs. y útiles consideraciones semánticas en Spitzer, Bol. C. y C. II, 9-10; la ac. ‘monstruo fantástico’, consagrada por el Quijote, viene a ser ya la que se halla en Sem Tob, copla 634; port. arcaico bestígoo, bestígulo, en CortesƟo; «aquel bestigo astroso», una araña, Ctgs. 225.29; trasm. vestigo ‘culebra’, RL II, 258], tomado del b. lat. *BESTICŬLUM, sacado secundariamente de BESTICULA, dimin. de BESTIA, según ya indicó C. Michaëlis, Misc. Caix-Canello, 162-3; es innecesario el rodeo a través de un *bestiaja, latinizado con cambio de sufijo, que imagina Spitzer, pues BESTICULA está documentado (traducido ‘pequeño insecto’ en CGL II, 496.34, «imago vel figura» II, 569.39). Cat. bestiola ‘bicho’ y en forma no autóctona, gall. ant. bestiola, Ctgs. 354.1, 10 («una bestiola que chaman donez?a»). En el aspecto morfológico cierto es que un diminutivo en -ICULUM y tampoco en -ICULA no forma parte del tipo de derivación corriente en las palabras en -IA, y que tampoco lo es el tipo BESTŬLA y BESTULUS del que hablaré extensamente en BICHO. En este sentido es importante tener en cuenta el ir. ant. béist, que además lo es por su perfecta coincidencia con el sentido de vestiglo «monstre fabuleux, vermiforme», «serpent (de mer), ver (solitaire)». Es desde luego voz tomada del latín vulgar, no de abolengo céltico. Pero como establece Pedersen (Litteris II, 78) el irl. béist, dada la historia fonética, no puede venir de BSTIA sino de una forma vulgar arcaica de terminación diferente *BËSTIS , que pasaría a las antiguas hablas goidélicas en fecha muy arcaica, y que debió de coexistir con BESTIA (que luego se impuso en el latín de Roma) desde fecha antiquísima, pues es fácilmente justificable desde el punto de vista indoeuropeo. Partiendo de *BËSTIS se comprenden automáticamente los diminutivos BESTULA y BESTICULA documentados y que persistieron duraderamente en el latín vulgar.