BERRENDO ‘que tiene la piel manchada o de dos colores’, origen incierto, probablemente del célt. *BARROVէNDOS ‘blanco en un extremo’.
1.ª doc.: verrendo, 972, doc. leonés (Oelschl.); Nebr.: «berrendo albo: maculosus».
La variante berrondio sugiere un *VARIABŬNDUS, muy convincente desde el punto de vista semántico, y que fácilmente pudo cambiarse en *ber(r)iondo por influjo de los numerosos adjetivos en -IBUNDUS > -iondo: toriondo, verriondo, butiondo, sabiondo. Pero no está claro cómo se podría llegar desde ahí a berrendo. Suponer -էBŬNDUS (como en furĭbundus, morĭbundus) > -evondo > -o(v)ondo > -uondo > -uendo, y finalmente reducción de *ber(r)uendo a berrendo (como Burueba > Bureba), es forzado y es mucho suponer, además de que los adjetivos en -BUNDUS conservados en castellano son los que tienen զ, correspondientes a verbos en -IRE.
He aquí la verdadera etimología (que he publicado ya en ZCPh. XXV, 54-55). Un pormenor que parece ser constante en el sentido del vocablo es que uno de los colores que componen lo berrendo ha de ser precisamente el blanco: Nebrija registra sólo berrendo albo (al que define «maculosus»), hoy se define el and. berrendo en castaño como ‘blanco y castaño’ y berrendo en colorado como ‘blanco y colorado’, en Méjico berrendo es el nombre del antílope americano, cuya barriga y cola son blancas y el resto pardo, y ya en doc. de 980 se habla de «duos bobes, ille uno albo et alio per colore verrendo», el último de los cuales es probable que fuese blanco sólo en parte; lo mismo puede ser el caso del doc. leonés de 972, donde verrendo vuelve a aplicarse a un buey. Y no tengo noticia de otras combinaciones de colores a las que se haya calificado de berrendas. Pues bien, un vocablo notablemente parecido existió en celta antiguo: barrfind, en calidad de adjetivo común, significa ‘de cabello claro’ en dos textos en irlandés medio, y el propio vocablo aparece como frecuente nombre propio de persona en la misma forma (K. Meyer), ya como nombre de un obispo irlandés del S. VII (Holder), y en el galés Barrwyn.
Ahí reconocemos inmediatamente las dos palabras célticas BARRO- ‘cumbre, fin’ y VINDOS ‘blanco’: *BARROVINDOS ‘blanco en lo alto, en la cabeza o extremo’. Con leve variante se lee también en una vieja inscripción britónica «Barrivendi filius Vendubarri», y ahí tenemos además una variante con los dos componentes en orden inverso. Efectivamente sabemos que, en céltico, ambas combinaciones disfrutaron de cierta boga en todas las épocas, puesto que así Finnbharr como Barrfhinn han sobrevivido en irlandés como nombres propios de hombre, y un PENNOVINDOS (donde Penno- ‘cabeza’ sustituye a su equivalente Barro-) figura en una de las inscripciones galas más arcaicas3. De suerte que BARRէVէNDOS o BARROVէNDOS ha de ser muy antiguo como denominación de una persona o animal ‘blanco en su extremo’, y poco nos costará sacar de ahí el cast. berrendo, pues la desaparición de la -v- intervocálica es muy corriente en las palabras romances que ya contienen otra labial4.
En fin, el cast. antiguo berrondio ‘cobertor de varios colores’, variante evidente del mismo vocablo, puede explicarse como metátesis de un leonés *berróindo BARRO(V)INDOS, comp. salm. torondia < torionda (Lamano).
1 Quizá ya sale con esta ac. en Gutiérrez Santaclara (1548), quien lo compara con un guanaco. Dudo que pueda entenderse como adjetivo, según hace el DHist., pues los guanacos no tienen la piel berrenda. Friederici da testimonios de verrendo, nombre de animal, desde 1746 (Am. Wb. 87).― ↩
2 Un *VARIOTէNUS, con el sufijo de nombres de animal que se halla en ANNOTէNUS, SEROTէNUS, así como éste dió seruendo y serendillas (G. de Diego, Contr., § 542), pudo dar *veruendo y verrendo, pero es sufijo raro y extrañaría la pérdida de la Ȯ en fecha tan temprana como 972. Sugiere esta idea la palabra berrondio ‘cobertor de varios colores’, que el DHist. cita de una cédula real de 1642. Berrendo aplicado a prendas de varios colores se halla en Cervantes de Salazar, Crón. de la Nueva España (h. 1570), p. 748.― ↩
3 Acerca de esto vid. Holder I, 354; III, 809; Vendryes, RCelt. XLIV, 221; Weisgerber, Spr. der Festlandkelten, 215 (con la bibliografía que cita acerca del orden de los componentes, sobre lo cual V. además Pedersen, Vgl. Gramm. II, 5). Para Cont-uinda y nombres conexos, V. el estudio de Weisgerber sobre la inscripción de la tumba de Nickenich (cerca de Coblenza, 1.ª mitad del S. I d. C), Rh. G. C. 90 n. 9, 94ss., 102, que proporciona otros casos de -uindos pospuesto.― ↩
4 VIVANDA vianda, VIVACIUS oc. viatz, cat. aviat, BENEVIVERE cat. Beniure y Biure (de Be[v]iure), PAVIMENTUM oc. païment, MOVIMENTUM cat. moïment. Detrás de vocal labial no es precisa la presencia de otra consonante labial: RUBENTUS cat. roent. Si partimos de BARRէVէNDOS el cambio en *barreendo, -rendo, está claro desde luego. Si preferimos partir de BARROVINDOS ―donde la pérdida de la -v- sería todavía más fácil― podemos comparar, para el cambio de *barruendo en -rrendo, casos como VERUINA cast. barrena, cat. barrina (= mall. barrobí), FEBRUARIUS febrero, JANUARIUS enero, MANUARIA manera; y además cast. ant. fruente, curueña, Burueba, frente a los modernos frente, cureña, Bureba. El único detalle que pide explicación especial es el cambio de barr- en berr-, que puede tener muchas causas, de entre las cuales parece más probable el influjo del sinónimo cast. ant. vero (hoy OVERO), procedente de VARIUS. ↩