Ésta es diminutivo de
barjola que en castellano sólo se halla, con la ac. ‘buche, vientre’ (comp.
barjuleta ‘estómago’ en Juan de Pineda, 1589), en el NO. de Murcia (G. Soriano, 138), pero es muy viva en toda Cataluña con las acs. ‘mochila de pastor’, ‘cesto de mimbres’, ‘bolsillo’, ‘vientre’
1, y el diminutivo
barjoleta ya aparece en el Fuero de Valencia, S. XIII (Ag.). El murc.
barja ‘bolsa de cuero o esparto’ (G. Soriano) y and. íd. ‘cesto de esparto para llevar la comida’ (AV) quizá no son más que regresiones de
barjola; quizá está ya en Torres Naharro (difícilmente podría significar ‘zarza’ como sugiere Gillet III, 719). La mayor vitalidad en catalán, la rareza del primitivo español, la terminación
-eta, la circunstancia de que
barjuleta se aplicara especialmente a una bolsa empleada en la distribución de prebendas en la Corona de Aragón
2, y especialmente el cambio de
o átona en
u, característico del cat. oriental, todo llevaría a creer que
barjuleta sea voz originariamente catalana. Del castellano, como admite Fig., pasaría al portugués
barjoleta,
barjuleta (éste en
LeitƟo de Andrade, h. 1600). Sin embargo también podría ser mozarabismo, puesto que hoy
barja es vivo en el Sur,
barjoleta figura, en el S. XVI, en las Ordenanzas de Sevilla y de Granada, y aquéllas hablan de
barjoletas moriscas. Creo que estamos frente a una variante del mozár.
barcha, val.
barxa, estudiado s. v.
BARCINA, con sonorización de la
ch por arabismo, variante que desde Valencia (y quizá de Andalucía) se extendería a Cataluña y por toda la Península. Sin embargo
bargilla o
bargella para ‘barjuleta’ se halla en el glosario latino del italiano Papias («mantica, pera viatoria, sportella» Du C.) y
bargila figura en otras glosas latinas (
CGL IV, 115.8; V, 220.44; 464.33; V, 507.10: «mantica,
πƲρα, zaberna»)
3.