BALADRÓN, ‘fanfarrón que blasona de valiente’, del lat. BALATRO, -ĶNIS, empleado como injuria o término despectivo por varios autores clásicos.

1.ª doc.: 1253, doc. leonés (Staaff 41.96), en calidad de apodo.

Horacio, Varrón, etc.; definido diversamente por los glosadores y escoliastas antiguos, se nota sin embargo que varios de ellos se refieren al que habla en vano o demasiado («a vaniloquentia», «derisores, liberiores in loquendo»). Con la equivalencia «parlero» está baladrón en Nebr. En Canarias significa ‘malvado’ (BRAE VII, 333; Millares). Hay variante balandrón en el Plata (Hidalgo, en Tiscornia, Poetas Gauchescos, I, v. 86), en la Hist. del Perú de Gutiérrez Santaclara y en otros americanos (Cuervo, Obr. Inéd., 206). Para documentación latina vid. Fisch, ALLG V, 62, y Ernout-M. Indudablemente relacionado con BALADRAR, del que formalmente deriva baladrear.

DERIV.

Baladrear ‘decir baladronadas’ [Crón. de Álvaro de Luna, h. 1460; Nebr.]; en Leomarte (S. XIV), p. 196, y en el Glosario de Toledo es ‘baladrar’. Baladronada.