BAHÍA, viene probablemente del fr. baie, que a su vez es de origen incierto, quizá derivado del fr. ant. ba(i)er ‘abrir’; un derivado participial baiée había de cambiarse regularmente en baíe en el Oeste de Francia, de donde por una parte la forma castellana, y por la otra el fr. mod. baie.

1.ª doc.: 1476.

La voz española aparece primeramente, escrita vaya, en una epístola de Diego de Valera, con referencia a la bahía de Cádiz (Kahane, nota 114), luego en 1492 (Woodbr.), y en Nebr.: «baia de mar: sinus, statio». En las relaciones históricas del S. XIV relativas a la bahía de Cádiz, se le dan otros nombres (Baist, ZRPh. XXXII, 31). Esta complicada cuestión ha sido estudiada detalladamente por H. y R. Kahane, HispR. XII, 11-28. En investigaciones anteriores se dió mucha importancia a un pasaje de San Isidoro, Etym., XIV, viii, 40, en el que afirma que «los antiguos» decían baias con el sentido de ‘puerto de mar’, de lo que unos dedujeron que era palabra ibérica (M. P., RFE II, 293; Uhlenbeck, etc.) y otros que estaba en relación con el nombre del puerto romano de Bayas, cerca de Nápoles, pronunciado en griego BαȒαι, sea como generalización de lo que fué originariamente un nombre de lugar (Covarr., Littré, Schuchardt), sea por proceder éste de un viejo apelativo itálico (Ernout-M.). Pero M-L., Rheinisches Museum, LXX, 334, indicó que la fuente de San Isidoro estaba en una glosa anterior, que él entendió mal, y que se refería al puerto de Bayas y no a un puerto general; y aunque Sofer, Glotta, XVI, 32-35, rectificó en parte a M-L. señalando que la glosa en cuestión no era de Servio, como creía aquél, sino uno de los Scholia Danielis, de fecha dudosa, queda en pie la probabilidad de que el santo utilizara estos escolios o una fuente común, y Sofer no logra hacer verosímil su hipótesis de que la fuente de San Isidoro fuese otra más antigua. Siempre será posible suponer con M. P. que la causa de que el santo entendiera mal su fuente fuese la existencia de un vocablo hispano vulgar baía, antepasado del nuestro, pero se hace difícil creer que esta palabra permaneciera luego más de ocho siglos enterrada en el lenguaje del vulgo, sin expresión escrita, y también sería extraño entonces que no se trasladara el acento cuando váina salió de vaína (VAGզNA); agrega Baist con razón que bahía sólo es popular en la toponimia de América y del Sur de la Península, desde Setúbal a Málaga, es decir, en zonas adonde el castellano y el portugués no fueron llevados hasta el S. XIII, y cuya toponimia es de creación por lo general moderna. En cambio nuestra voz se halla documentada en Francia desde la segunda mitad del S. XIV, por libros de navegación alemanes (en francés aparece en 1483), y de allí hubieron de tomarla el inglés bay [1317, como nombre de lugar, y 1387 como apelativo] y el alem. bai [S. XV]. Baye, participio del verbo baer ‘abrir’, que yo supongo base de baie ‘bahía’, aparece todavía, usado con el valor de tal participio, en Rabelais: «dormoient la gueulle baye et ouverte» (Pantagruel, cap. 28, p. 141); el timbre del fr. ay no es el mismo de é, luego este baye de Rabelais no saldrá de beée, contra lo que dice Spitzer. El significado ‘bahía’, siguen argumentando los Kahane, está atestiguado para formas germ. modernas de Suecia, Noruega, Islas Faroe y Shetland, a las que correspondería fonéticamente una forma *baga en frisón antiguo: el significado general sería ‘curva’, y el mismo origen tienen el ingl. bow y el alem. bogen ‘arco’. Los frisones, que durante los SS. VI-IX detentaron la hegemonía naval en el Mar del Norte, extendieron el vocablo a Francia; de donde más tarde pasó, por una parte, a Inglaterra y Alemania, y por la otra, a España y Portugal, no más tarde del S. XIII, cuando todavía se pronunciaba baye en francés.

Al penetrar este extranjerismo se trasladaría su acento, por influjo de ría, término de significado análogo, y en la era de los grandes descubrimientos los españoles y portugueses lo extenderían por el mundo; del cast. lo tomó el it. bàia [1520]1, y una antigua forma hispano-portuguesa badía, hoy conservada en Galicia, Asturias, la Montaña (Pereda, Sotileza, pp. 257, 303) y el vasco de Bermeo (baida), y usada antiguamente por Vespucio (1504), por los autores de portulanos genoveses de 1511-1527 copiados de originales portugueses, y por el andaluz Ordóñez de Ceballos (1614), pasó al árabe magrebí y al cat. badia2. La argumentación de los Kahane es convincente en cuanto al origen francés de bahía, y su artículo excelente ha introducido por fin la claridad en este oscuro problema.

Pero la procedencia germánica del original francés es muy dudosa, pues el vocablo frisón es hipotético, y apenas se conocen otros vocablos franceses procedentes de este idioma. Sobre todo se hace difícil creer que la acentuación baía, antigua y enteramente general en la Península Ibérica, sea secundaria y debida a una contaminación, cuando por el contrario es regular fonéticamente en francés el traslado acentual baíe > baie: esto sugiere que la acentuación en la i sea la primitiva en todas partes.

En cambio es muy posible reivindicar la etimología de Baist: fr. ant. baee ‘abertura’, derivado de baer ‘abrir’, lat. vg. *BATARE. Será cierto que el nombre de lugar Baye de Bourgneuf, en Bretaña, que Baist creía importante, no viene de la idea de ‘bahía’, sino de la de ‘salina’, otra ac. del mismo derivado de *BATARE, pero la evolución fonética de la palabra en esta otra ac. y el paso de la misma al ingl. bay, prueban justamente que también baie ‘bahia’ puede tener igual origen, y así sería posible explicar la acentuación castellana sin recurrir a contaminaciones de verosimilitud discutible (una ría es algo muy diferente), ya que la variante francesa bayee pudo contraerse en baïe como ocurrió a tantos nombres en -iee (V. ejs. s. v. BOYA y BACÍA). Se trata de un fenómeno regular y general en Normandía y en otras zonas del Oeste, única parte de Francia que interesa para el caso.

1 No nos consta en realidad la fecha de la forma acentuada así, ni si esta acentuación vino al italiano desde España o desde Francia-Inglaterra. Nótese que el Diccionario de la Crusca, consecuente con su criterio purista, no admite todavía este extranjerismo en su edición de 1763. Claro está que en los viajeros italianos del S. XVI que se refieren a los descubrimientos hispano-portugueses, baia pudo acentuarse a la española, y esto es lo más probable.―

2 Es forma de fecha reciente y poco popular, que no aparece aún en el diccionario de Torra (S. XVIII). El nombre popular de la de Rosas es golf de Roses, y en Mallorca ha circulado, junto a badia, la forma bahia. La emplea Alcover, BDLC XI, 316, con referencia a Juan Binimelis (S. XVI), aunque no puedo comprobar a cuál de los dos autores corresponde. De todo ello se deduce que el cast. bahía no puede salir del cat. badia, como opina la Academia, y que la forma con -d- no pudo originarse en catalán, como admiten los Kahane, por influjo de badar ‘abrir’. El origen estaría tal vez en Gascuña, donde existe el mismo verbo.