AÍNDA ‘aún, todavía’, adverbio gallego-portugués de etimología incierta; probablemente es de origen prerromano, y afín a la conjunción indi o inda, que con el valor de ‘y’ es frecuente en las inscripciones sorotápticas de época imperial, encontradas en el Poniente y el Oriente de la Península; es verosímil que sea una variante de esta misma palabra, que significando primero ‘todavía’, ‘y también’, pudo llegar a funcionar como una mera copulativa.

1.ª doc.: inda y aínda, ya frecuentes en cantigas gallegas desde med. S. XIII.

Acerca del origen e historia de esta palabra esencial se ha escrito poco, y en cuanto a su etimología lo más de ello es superficial o evidentemente desacertado.

Fué v. Richthofen (ZRPh. LXVII, 1951, 111) el que propuso un origen germánico. Realmente no hay duda de que un vocablo parecido existe en escandinavo, y hallándose en todas las lenguas de aquel grupo, no hay duda de que es antiguo. Los sentidos son algo diversos, predominando en las varias lenguas el de ‘a pesar’, ‘sin embargo’, que es el del noruego endda, sueco ändå, danés end y uno de los de uso más frecuente es el escand. ant. enda; pero en éste lo encontramos también en el sentido de ‘y, asimismo, además’ (Ranke, Altnord. Elb. 79) y lo vemos otras veces en el da ‘aun, incluso’ (que es casi lo mismo que el del vocablo portugués); aunque de forma algo distinta, en islandés moderno es enn?á, precisamente para ‘aún’, y en la misma lengua hay voces afines enn ‘aún’ ‘todavía’, en ‘pero’ ‘(más) que’1. Ahora bien supone Richthofen que el gall.-port, ainda saldría de una palabra gótica o sueba, hermana de este vocablo escandinavo; idea bastante arbitraria puesto que no hay nada parecido en gótico, que conocemos detalladamente (por larguísimos y variados textos, donde no podría dejar de salir un vocablo tan básico si hubiese existido) ni en ninguna de las lenguas germánicas occidentales (en algún dialecto de las cuales habría sobrevivido de haber existido en suebo); además la coexistencia de ennpá con en(n) y la variedad de las citadas acs. parece indicar que se trata de un compuesto formado dentro del período escandinavo y no heredado del germánico común, lo cual disminuye todavía la probabilidad de que pasara a ningún dialecto gótico ni alto-alemán (como el suebo). Confieso, además, que aun si tal existencia fuese verosímil me sentiría escéptico ante un germanismo en el terreno de las partículas, hecho que no se da ni siquiera en la lengua romance más influida por lo germánico, el francés.

Tampoco creo que haya ninguna relación directa con el murc. inda ‘hacia, hasta’, para el cual, vid. ENDE. Lo que más se acerca a lo posible es lo que dijo M-L., RG. III, § 495. En el REW3, 4368, la idea ha quedado mal redactada, y para hacerla sostenible y aun comprensible, era preciso introducir en ella cambios importantes. Así lo hice en las adiciones a la 1.a versión de este libro: ainda se extraería de *aindagora ‘hasta ahora’, ‘ahora todavía’ (V. ej. antiguo de indagora con este valor, en Moraes), analizado como un compuesto de agora con un ainda que hasta entonces no se emplearía; proceso paralelo al que se ha supuesto en la creación del it. anche ‘todavía’, extraído de ancora íd. si éste viniese del lat. (AD) HANC HORAM2. La forma primitiva en portugués sería endagora ‘todavía’, que se emplea ahora en las Asturias occidentales (citado de Fierro, Muros de Νalón, por GdDD 3413), y la variante andagora íd. en el asturiano de Cabranes (Canellada); de endagora vendría *aendagora (tal como ayer de yer, acá junto a ca, etc.) y de ahí andagora: la pronunciación aínda con acento en la i no aparecería hasta producirse el desglose de aindagora en sus dos elementos (no basta decir con M-L. que la i de e se debe a la posición átona). Luego el étimo en definitiva sería ende a agora ‘desde allí hasta ahora’3.

He desarrollado y rectificado la idea, y aun la he apoyado con nuevas explicaciones. Pero aunque así parezca sostenible, claro que no convence, y no sólo por excesivamente complicada. El carácter universal del empleo de una palabra tan importante, el hecho de que junto a ainda hallamos también un inda4 difícilmente compatible con esta combinación, y sobre todo el que aínda5 salga con una i absolutamente fija y general desde los orígenes, y eso en una palabra que se ha empleado siempre y con enorme frecuencia, son hechos sin duda incompatibles con la hipótesis tan complicada y rebuscada de esa formación regresiva.

En mi ponencia de los Coloquios prerromanos de Salamanca, de 1974, he expuesto y desarrollado la idea de que el gall.-port. inda y ainda procede de la partícula prerromana inda o indi que, con el sentido de ‘y’ ‘y también’, se documenta una docena de veces en las inscripciones sorotápticas de Portugal y Extremadura. Pese a la escasez de los textos que hasta aquí se han encontrado de esta lengua, tenemos ya un buen repertorio de testimonios. Con el valor evidente de conjunción copulativa sale ocho veces indi en la inscripción de Arroyo del Puerco, V. el texto en el repertorio de U. Schmoll, Vorkeltische Idg. Hispaniens, 88.49 y 29, § 113, y tres veces en la del Cabeço das Fráguas; para ambas se puede ver Tovar en Études Celtiques XI, 243, 251; y a esos ejemplos he agregado yo uno de la variante inna (< inda) al completar la explicación de esta última inscripción en mi comunicación a los Coloquios de Epigrafía y Ling. Prerromana celebrados en mayo de 1974 en Salamanca (V. las Actas, 1976, p. 132). Y en fin parece que se lee in... con la misma función en un trozo fragmentado de una de las raras inscripciones en el mismo idioma encontradas en el Oriente Hispánico: una de las tabletas que he interpretado en mi trabajo Les Plombs Sorothaptiques d’Arles, que ha salido en el tomo de 1975 de la ZRPh. (Ib12), y se reproduce ahora en mi libro Entre dos llenguatges (1976).

Ahí parece que algunas veces tenemos el sentido enfático ‘y también, y asimismo’, y en general meramente ‘y’. A este significado debilitado debió de llegarse en hablas locales ya en fecha prerromana, pero fué partiendo sin duda del sentido de ‘aún, todavía’ que ha conservado en todas partes el uso romance. Y no sólo en gallegoportugués sino también en el asturiano de Cabranes y del Nalón, o sea en el Occidente y el Centro de Asturias. Es la misma debilitación semántica a que llegó el lat. et partiendo de la idea del gr. έτι y del sánscrito e iranio áti; así también en occitano moderno el enfático emai (< e mais) ‘y es más, y también’ en el uso mistraliano se convierte las más de las veces en un mero sinónimo de ‘y’. En efecto no me cabe duda de que el sorotáptico indi, inna, tiene el mismo étimo indoeuropeo que el gót. y a. alem. und, ags. and y demás miembros de su familia (Pok. IEW I, 50), que sin duda son lo mismo que el tocario kutchano entwe ‘por tanto’, scr. atha ‘luego, igualmente’ (< the), de sentido mucho más lleno, y que el esc. ant. en, que vive hasta hoy como isl. mod. enn «stil, yet», enn?á «still», «but, (more) than». Para algunos detalles y para otros ejemplos de partículas romances de origen prerromano, remito a mis comunicaciones de Salamanca.

CPT.

Aindamáis, partícula empleada festivamente en castellano [1852]. Seguramente deben mirarse como combinaciones gallegas de (a)índa, algo alteradas: endebén (< aínda ben) ‘menos mal, por suerte’6, con el contrapuesto (seguramente creado por analogía) endemal7 ‘y lo peor es que’; endelí8 ‘aun entonces, ni entonces’; endexamáis9.

1 Zoega, Old Norse Dictionary, s. v.; Falk-Thorp, Now.-Dän. Etym. Wb. I, 192c; Glen-denning, Teach yourself Icelandic, pp. 68, 164.―

2 Por lo demás etimología seguramente errónea, en la cual creía yo a duras penas y que ya rechazaba M-L. (REW); también estoy convencido ahora de que es de origen prerromano.―

3 También se podría pensar que esta combinación pasara a *endagora, de donde *indagora por metafonía, y finalmente indagora con la eliminación de la , ya que esto es normal en portugués.―

4 Inda se encuentra ya varias veces en las Ctgs.: «se pode ynda seer» 272.30, «e ynda d’aquestes novos» 305.35; en las Inquisitiones portuguesas de 1258 («et dam inda, cada mes, cada uno d’eles ao Mayordomo del Rey...», p. 321) y sigue empleándose en el período clásico (p. ej. «inda que a cea nƟo era mui abasta de iguarias» JoƟo de Barros) y en el S. XVIII (Bluteau y Viterbo dicen que es más culto que aínda). Todavía menos se ha anticuado en gallego: Lugrís lo da todavía como normal junto a ainda y lo emplean bastante los escritores.―

5 También ainda, desde luego, es frecuente desde los orígenes literarios, y aun es la forma predominante en textos como las Ctgs., MirSgo., Gral. Est. (5.19, 104.23, etc.). En el estilo gallego de Castelao aínda predomina con mucho pero hay también bastantes ejs. de inda, seguramente obedeciendo a una distinción rítmica o sintáctica no muy simple, aunque inda parece empleado en condiciones más proclíticas: «co que aínda podemos comunicarnos...» 243. 7 y passim; pero «cando eu morra inda che quedarán anos dabondo», «armado da caldereta, inda se colaba na...» «tan famento, inda que tivese o fol estoupando de comida» 284.24, 215.1f., 212.4f. Lugrís distingue, p. 74, entre ainda adverbio e inda que locución conjuntiva ‘aunque’.―

6 «A terra non arrufía; pero endebén o ceo estrelecido da ilusión de frescor» Castelao 150.19; 147.18; Dónega, prólogo a la Escolma de Castelao, 7.12.―

7 «Endemal a siña Filomena tiña hestoria» íd. 231.4.―

8 De ainda alí (‘allí’) «pero endelí a siña F. non paraba de roñar» íd. 234.5f.―

9 ‘Todavía nunca’: «eu ben distingo un piñeiro dun carballo... mais ‘o albre’ endexamáis o vin» íd. 62.31. Más comúnmente mero intensivo ‘nunca jamás’: «eu non poderéi endexamais fuxir de min mesmo» 56.26, y en 80.11, 161.5.